El fiscal ante la Cámara Nacional Electoral, Jorge Di Lello, lamentó hoy el rechazo a su pedido para hacer el escrutinio definitivo voto por voto y consideró que «si se toman 600 personas, podría hacerse en diez días».
«No me cabe la menor duda de que el sistema no puede dar lugar a fraude. Distinto es que pueda haber algunas irregularidades. Pero no sólo es importante que el sistema no produzca fraude, sino que la sociedad, el elector esté convencido de que es así», sostuvo el integrante del Ministerio Público Fiscal.
En declaraciones radiales, Di Lello justificó su intención de que el conteo de votos se haga abriendo todas las urnas del país: «Qué más lógico, qué más prueba de pruebas es que se cuenten los votos, independientemente de que el Código no lo prevé».
«Era una especie de mayor abundamiento, que es fundamental que cada uno de los argentinos esté convencido de que en las urnas está lo que voto, en unas elecciones en las que, particularmente, la incertidumbre es total sobre cómo pueden combinarse matemáticamente las posibilidades», agregó.
Consultado sobre cómo se podría haber llevado a cabo ese procedimiento en el caso de que la Cámara Nacional Electoral lo hubiera aceptado, el fiscal afirmó que «haciendo un cálculo aproximado, si se toman 600 personas, en prácticamente diez días puede haber un escrutinio con la urna raspada hasta el fondo para saber qué pasó, por lo que podría estar el 5 o 6 de noviembre».
«No sólo es cumplir lo jurídicamente correcto, sino lo políticamente creíble y que nos deje a todos tranquilos», resaltó el fiscal ante la CNE.
Además, Di Lello se refirió al horario estimado de la difusión de los primeros datos del escrutinio provisorio que, según el director nacional electoral, Alejandro Tullio, sería a las 23 del domingo.
«Tullio es un experto y se está curando de salud: Si todo viene bien y a las 21 está, todos van a estar chochos. Si los datos se demoran diez minutos, la demora nos pone nerviosos», concluyó.