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El perfil de los presidenciables

Un ex motonauta que entró a la política de la mano de Menem, un ex presidente de Boca, un ex funcionario de los gobiernos kirchneristas, una ex dirigente radical, un caudillo que fue fugazmente jefe del Estado y un joven trotskista, los seis en pugna.

Fe, constancia y optimismo – Daniel Scioli (FpV)

Tras un período como vicepresidente y dos como gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli busca quebrar la “maldición” que impide a los  gobernadores bonaerenses ser electos presidente. Surgido del ámbito empresarial (su padre era dueño de una cadena de casas de electrodomésticos), conocido para el público a partir de su incursión en la motonáutica, e hincha de Boca, hizo del “futsal” su cable a tierra, aunque incursionó en varios deportes hasta que perdió el brazo derecho. Fue en diciembre de 1989, en un accidente en su lancha “La Gran Argentina” a la altura de Ramallo. Este episodio lo obligó a forjar su temple para reponerse frente a las adversidades, según remarca el propio dirigente, y a partir de allí desplegó una carrera política que tiñó con “fe y optimismo”, el mantra de su filosofía de vida al que le añadió el color naranja como bandera distintiva. Scioli, además, es padre de Lorena, a quien reconoció cuando la joven tenía 15 años y desde hace dos años y medio es abuelo de Camila. Moviéndose con una extrema diplomacia y exhibiendo una notoria habilidad para acercar posiciones y eludir cualquier inconveniente, se ganó el mote de “hombre de amianto”. El candidato del FpV cuenta con el respaldo de la estructura del peronismo tradicional y dio cada vez más lugar a su mujer, la modelo y empresaria Karina Rabolini. Mirado con desconfianza por el kirchnerismo puro, el bonaerense finalmente fue ungido por Cristina Kirchner como el único postulante del oficialismo, que decidió apoyarlo masivamente al haber conformado fórmula con el secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Zannini. Apadrinado a mediados de los 90 por el  presidente Carlos Menem, se metió en política como parte de la renovación peronista, en la que también se encuadraban otros personajes que habían ganado fama en el ámbito del deporte y el espectáculo, entre ellos el ex piloto de Fórmula 1 Carlos Reutemann y el cantante Ramón “Palito” Ortega.

Con el cambio como lema – Mauricio Macri (Frente Cambiemos)

El líder del PRO, Mauricio Macri, competirá por primera vez por la Presidencia luego de haber esquivado la contienda en 2011, envalentonado por las competencias ganadas desde su llegada a Boca Juniors hasta su consagración en la Ciudad de Buenos Aires, en un camino con varios giros y cambios. Nacido en Tandil el 8 de febrero de 1959, el Mauricio Macri que hoy se muestra junto a vecinos del Conurbano bonaerense tomando mate no es el mismo que egresó del exclusivo Colegio Cardenal Newman, ni el que se graduó de ingeniero civil en la UCA. En los últimos 15 años, fue puliendo su personalidad pública: cambió su apariencia, su forma de hablar y de vestir hasta borrar aquella imagen de joven criado en los círculos sociales más exclusivos por ser el hijo del empresario Franco Macri. Tras abandonar los negocios familiares, llegó a la presidencia de Boca Juniors en 1995 y se fue en 2007 con el pergamino de haber gestionado el período más exitoso del club en lo futbolístico. Macri todavía usaba traje y corbata, lucía bigote y hablaba con el tono nasal y poco entendible asociado siempre a las clases acomodadas cuando, en 2003, fundó el partido Compromiso para el Cambio, con el que se postuló como candidato a jefe de Gobierno, pero perdió en el balotaje con Aníbal Ibarra. En 2005, junto a Ricardo López Murphy creó la alianza PRO. Ese año conoció al consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba y fue electo diputado nacional. En 2007 volvió a postularse para jefe de Gobierno y comenzó la transformación que incluyó hasta el apellido: empezaron a llamarlo simplemente “Mauricio” para evitar la carga negativa asociada a su padre. Una vez que asumió, se afeitó su bigote, le quitó formalidad a su vestuario y corrigió su dicción. Fue reelecto en 2011. Desde entonces el PRO trabajó para convertirlo en candidato presidencial, con el mensaje de que se venía “un cambio” igual que el que, según él, se llevó a cabo en la Ciudad de Buenos Aires.

Un desprendimiento del FpV

El peronista Sergio Massa peleará hoy por desplazar a Mauricio Macri y meterse en un eventual balotaje contra el candidato del oficialismo, Daniel Scioli, tras haber construido una candidatura y un espacio por fuera de las estructuras partidarias tradicionales. Con 43 años, Sergio Tomás Massa es el más joven de los candidatos presidenciales con chances reales de ganar el poder –el trotskista Nicolás del Caño tiene 35 años– y se embarcó con este objetivo el 22 de junio de 2013, cuando anunció su candidatura a diputado nacional por el Frente Renovador, por fuera del PJ. El ex intendente de Tigre, oriundo del partido de San Martín, había formado ese mismo año su partido junto a intendentes bonaerenses y seis meses después cosechó casi 4 millones de votos, luego de su paso por la Jefatura de Gabinete de la presidenta Cristina Kirchner. Entonces, Massa se convirtió en la principal figura de la oposición, al haberle sacado 12 puntos como líder de la lista de candidatos a diputado nacional del FR a la nómina el Frente para la Victoria, que encabezó el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde. Tras liderar durante varios meses las encuestas, por encima de Scioli y Macri, Massa no logró el año pasado sostener su imagen en la opinión pública ni la fortaleza territorial: la mitad de los intendentes que tras la victoria de 2013 llegaron a sumarse al FR abandonaron este espacio durante los primeros cinco meses de este año. Massa sufrió el avance de Scioli, quien terminó siendo el único postulante presidencial del oficialismo, y de Macri, quien en la oposición le ganó la pulseada y consiguió un acuerdo institucional con el radicalismo para formar el frente Cambiemos. Fue seis años director ejecutivo de la Anses, durante las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner, de quien fue después jefe de Gabinete (entre 2008 y 2009). Antes de enrolarse en el peronismo, Massa perteneció a la Unión del Centro Democrático (Ucedé), fundada por Álvaro Alsogaray.

La única mujer, con pasado radical – Margarita Stolbizer (Frente Progresistas)

A los 60 años y tras un pasado radical y de alianzas frustradas, la diputada nacional Margarita Stolbizer compite por primera vez por el Poder Ejecutivo, tras participar en tres oportunidades de la contienda por la gobernación bonaerense. En estas elecciones, la oriunda de Morón representa al progresismo, sector que llegó debilitado a la competencia tras sacar el 3,29% de los votos en la Paso, teniendo como antecedente los comicios presidenciales de 2011, cuando el socialista Hermes Binner quedó segundo en la clasificación general con el 17%.  En esta oportunidad, el ex gobernador de Santa Fe apostó al Senado y en su distrito juega con boleta corta, sin candidato presidencial, y Stolbizer debió cargarse al hombro al resto de los partidos que no acordaron en el frente Cambiemos, convirtiéndose además en la única mujer de la oferta electoral por la Presidencia. Está casada con el abogado Juan Laprovittola, con quien tuvo tres hijos varones, de los cuales el mayor, Nicolás, es jugador de básquet de la selección nacional. La presidenta del GEN empezó su militancia política en los 80, en la Juventud Radical, teniendo como líder y referente a Raúl Alfonsín.

El caudillo del modelo “San Luis” – Adolfo Rodríguez Saá (Compromiso Federal)

Adolfo Rodríguez Saá, quien fuera presidente de la Nación durante apenas una semana en los convulsionados días de fines de 2001, compite por llegar nuevamente a la Casa Rosada intentando no quedar diluido entre las opciones que hegemonizan la competencia, para lo cual intentó convencer a los votantes acerca de las bondades del “Modelo San Luis”. Alejado desde 2003 del Partido Justicialista dominado por el kirchnerismo, el exgobernador de San Luis (1983-2001) es uno de los caudillos que intentó articular un polo del justicialismo disidente en clave federalista. Cuando parecía que para las primarias de agosto pasado Rodríguez Saá se encaminaba a integrar una interna junto a José Manuel de la Sota y al líder del Frente Renovador, Sergio Massa, finalmente le dieron la espalda al puntano. El Adolfo no se desanimó y decidió presentarse a los comicios por su cuenta con Compromiso Federal. El resultado de su aventura electoral fue modesto: alcanzó apenas un 2%, muy lejos de sus mejores desempeños (como lo que tuvo como candidato presidencial en 2003 con el 14,3%), pero al menos pudo franquear la barrera del 1,5% que exigen las Paso.

El trotskista que venció a Altamira – Nicolás del Caño (Frente de Izquierda)

Con 35 años, el candidato presidencial del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), Nicolás del Caño, aspira a fortalecer la izquierda tras haber derrotado en las primarias de agosto al histórico líder trotskista Jorge Altamira. Nacido en la capital cordobesa, Del Caño estudió Sociología, carrera que no finalizó, y se desempeñó en distintos trabajos: cadete, telemarketer en un call center y vendedor de ropa independiente, entre otros. Hijo de padre y madre militantes del Movimiento al Socialismo (MAS), Del Caño es hoy uno de los principales dirigentes del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), el socio fundador del FIT junto al Partido Obrero (PO). En 2006, en “una apuesta de militancia”, se fue a vivir a Mendoza con el objetivo de armar allí el PTS, con el que a partir de 2011, con el FIT ya conformado, logró formidables resultados electorales que le permitieron al trotskismo conquistar bancas, y él ganó en 2013 un escaño en la Cámara de Diputados de la Nación.  Desde su asunción en la Cámara baja, destina parte de su sueldo a fondos de lucha de trabajadores en conflicto y sólo percibe el equivalente a un salario docente.