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Juicio por asesinato: sin condena por el beneficio de la duda

Tribunal absolvió a los tres imputados por el crimen de Daniel Casas, ocurrido el año pasado en zona sur. La Fiscalía declinó la acusación en su alegato de clausura sobre dos de ellos.

Dos hombres y una mujer acusados por el crimen de un muchacho en la zona sur, en julio de 2014, fueron absueltos por la Justicia provincial ayer al final de un juicio. En primera instancia, la Fiscalía había solicitado que los imputados pasaran tras las rejas entre 15 y 20 años por el crimen, aunque en la audiencia previa al veredicto declinó su postura sobre dos de los juzgados y solicitó que los condenaran sólo por las lesiones que recibió un amigo de la víctima fatal; mientras que mantuvo la imputación en pie sobre el tercero. Pero los jueces decidieron absolverlos, al entender que las pruebas presentas por los funcionarios del Ministerio Público de la Acusación eran inconsistentes y, en el caso del único apuntado por el crimen, por el beneficio de la duda.

Daniel Casas vivía en un ranchito que se había construido en Batlle y Ordóñez al 100, cerca de la intersección con Hungría, en una villa que está ubicada detrás del Parque Regional Sur. La noche del 7 de julio del año pasado Javier Enrique, su vecino, lo invitó comer a la casa de su papá, que cumplía años. Daniel aceptó la oferta y fue al festejo, al que también estaban invitados el hermano, la cuñada y los sobrinos de su amigo y vecino. Según se ventiló en el juicio, mientras los comensales asaban unas carnes, uno de los nenes quemó con un palito la campera de Casas, lo que devino en una fuerte discusión con Mariano Enrique, el padre de los niños. Javier intervino en defensa de su amigo, comenzó a pelearse con su hermano y su cuñada, para luego retirarse del lugar, en medio de una situación muy tensa. Mariano quedó muy alterado por lo ocurrido y decidió ir a buscar a Daniel y a su hermano, acompañado de Maira Ojeda, su mujer, y de Germán Ponce, un amigo del barrio. Llegaron a eso de las 23 y tuvieron una fuerte pelea en la que murió Daniel, luego de que un tiro se le incrustara en la espalda y le saliera a la altura de la pelvis. A su vez, según la acusación, Maira le pegó un palazo en la cara, momentos antes de que la víctima cayera desvanecida.

Los tres fueron detenidos por el homicidio. Los investigadores acusaron, en primera instancia, de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego y solicitaron a los jueces una pena de 15 años para Ojeda y 18 para Enrique, ambos defendidos por Rodrigo Mazzuchini, y 20 años para Ponce, asistido por la defensa pública (Silvana Lamas y Pablo Tojo).

Los fiscales pretendían probar la participación del trío mediante la declaración de Javier Enrique, amigo de Casas y a la vez hermano de Mariano, quien aseguró haber visto lo que ocurrió aquella noche y estaba decido a incriminarlos. Sin embargo, los dichos de Javier no fueron concluyentes. Señaló durante una audiencia, la semana pasada, que vio a su hermano con un arma en la mano, momento en que resultó golpeado, pero que no estuvo al momento en que fue ejecutado Daniel. A su vez, en medio del proceso legal Ponce y Enrique se incriminaron entre sí. Ambos aseguraron que el matador era el otro, lo que generó mayores dudas en favor de Ponce, a quien la Fiscalía decidió acusar de todas maneras por el homicidio.

Los fiscales Adrián Spelta y Ademar Bianchini, durante los alegatos de clausura del juicio, decidieron declinar la imputación y solicitar que el trío fuese penado por las lesiones sobre Javier Enrique, y sólo Ponce por el crimen. Ayer por la mañana los jueces Alejandro Negroni, Héctor Núñez Cartelle y Carlos Leiva determinaron que no existían pruebas suficientes para condenarlos y decidieron absolverlos y ordenar su inmediata liberación. En el caso de Ponce, por el beneficio de la duda en la acusación de homicidio y falta de pruebas en las lesiones. En los otros dos, por esta última razón. El próximos 24 el tribunal dará a conocer los fundamentos.

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