Con la presencia del gobernador Antonio Bonfatti, se puso en marcha la Unidad Microscópica Avanzada en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR), la que está equipada con un flamante microscopio confocal de barrido láser de alta gama.
El nuevo instrumental, de origen alemán y que tuvo un costo aproximado a los 250 mil euros, se incorporó a través de primera convocatoria de proyectos de la Agencia Santafesina de Ciencia, Tecnología e Innovación. “Nos habíamos propuesto una meta con la Agencia de Ciencia y Tecnología dando pasos graduales en los diferentes ámbitos, vinculándonos con el sector de la investigación y el de la producción de la provincia, con el claro objetivo de cambiar la matriz productiva de la provincia”, expresó el gobernador Antonio Bonfatti, para quien, a días de completar su mandato, haber concluido estos proyectos representa “un sueño cumplido”.
Bonfatti valoró lo hecho al recordar que, desde la Agencia, se hicieron sendos llamados a proyectos en los dos últimos años. “Ya entregamos los correspondientes al primer año que fueron en total 17 proyectos, y en 60 días concluiremos con las entregas para los 28 proyectos del segundo año”, se entusiasmó.
El jurado encargado de seleccionar los proyectos que se presentaron en ambas convocatorias hechas por la Agencia de Ciencia, Tecnología e Innovación, era profesionales destacados en sus áreas y de afuera de Santa Fe, para evitar suspicacias.
Cuando se le pregunta al gobernador por la proyección de estos subsidios, responde: “Son pasos significativos, ya que a medida que la ciencia avance podremos mejorar la calidad de vida de los seres humanos y también mejoraremos el sistema productivo, que tiene que cambiar. Hay que agregar permanentemente innovación y valor; cambiar nuestra matriz productiva. Ya no basta con exportar commodities, debemos agregar valor a la cadena de producción, lo que redundará en múltiples beneficios. Tenemos que aprovechar el capital humano volcado a la investigación científica; el empuje y la creatividad que encontramos en el sector productivo, al que se une el gobierno de la provincia a través de la Agencia de Ciencia Tecnología e Innovación, articulando, fomentando y financiando en parte estos proyectos que sin duda abrirán un nuevo horizonte de posibilidades”, trazó.
“Este logro fue producto de una construcción colectiva”, enfatizó de inmediato Bonfatti.
David Asteggiano, que está al frente de la Secretaría de Estado de Ciencia, Tecnología e Innovación desde hace ocho años dijo sentirse “feliz de haber podido participar” en los proyectos. “Estoy muy satisfecho y muy contento de ver cómo la comunidad se ha apropiado de todo este proyecto”.
El secretario de Ciencia, que estuvo al frente de la cartera en dos gobiernos consecutivos, destaca que todas las propuestas que fueron seleccionadas “se constituyeron a partir del diálogo” con distintos sectores. “Escuchamos las necesidades de la gente; y fuimos a consultar a los saben”, marcó.
Asteggiano recuerda los comienzos: “Pudimos llevar adelante proyectos teniendo como guía el Plan Estratégico Provincial. Tuvimos en cuenta aquello que fue solicitado en las Asambleas Ciudadanas, realizadas desde 2008 en las cinco regiones de la provincia. Fue una construcción colectiva de la que participaron miles de santafesinas y santafesinos. Se creó la Agencia de Ciencia y Tecnología. Recorrimos la provincia en busca de gente con deseos de innovar y vocación productiva; hablamos con la gente de ciencia que reúne un capital social envidiable”.
“Pienso –continuó Asteggiano– que los santafesinos debemos sentirnos orgullosos de haber logrado lo que una sociedad moderna alcanza cuando se parte del respeto del diálogo del consenso de la transparencia”.
Todos coinciden en señalar que para que se haya alcanzado este objetivo se debieron contar con líneas de financiamiento a la pequeña y mediana empresa; conectarlas con el conocimiento de los profesionales de los laboratorios de investigación asentados a lo largo de la provincia, a los que se agregaron emprendedores e instituciones como el Polo Tecnológico y adquirir el equipamiento de alta tecnología para volcarlos a la concreción de los proyectos locales.
“Hay cosas a las que les llamamos sueños; y, cuando se convierten en realidad, nos hacen sentir muy satisfechos”, dice David Asteggiano, para agregar: “Ahora disponemos de los mejores equipos que manejarán personas altamente calificadas en proyectos tecnológicos adecuados al desarrollo de la producción local”.
Alcances que se multiplican
“La microscopía abarca un amplio espectro de posibilidades y Rosario cuenta con varios instrumentos; la adquisición e instalación de un aparato de estas características permitirá a Rosario y a la región contar con una tecnología a la cual sólo podíamos acceder viajando al exterior. Hoy estará disponible para las instituciones que lo necesiten; además de permitirnos formar a muchos profesionales que tendrán la posibilidad de ser incorporados a empresas o a laboratorios de diagnósticos. Disponer de este recurso nos permite acceder a mayor conocimiento”, expresa Ramiro Rodríguez licenciado en biotecnología y doctor en ciencias biológicas, responsable de la puesta a punto y el manejo del equipo.
“Se trata de un microscopio confocal de florescencia por barrido láser”, detalla Rodríguez. Junto a un equipo de profesionales e investigadores, define al instrumental puesto en funcionamiento en el IBR como “un equipo versátil, cuyas configuraciones son casi infinitas”.
“El nuevo equipo –explica– nos va a permitir trabajar con imágenes tridimensionales; podremos ver células y tejidos en volúmenes. Nos permite hacer películas dejando la célula o el trozo de tejido por horas e incluso días expuestos, para poder «hacer la historia» de esa célula o tejido. Las imágenes cuentan con alta resolución. Así se pueden estudiar muy bien las diferentes estructuras de las células”.
Además, el profesional agrega que “los laboratorios de alta complejidad podrán pedir estudios para diagnósticos por citogenética más complejos y eficientes que los que se hacen actualmente”, y destaca que “se podrán estudiar las respuestas de las células frente a un fármaco que se le está administrando al paciente”. Y eso no es todo: “Se puede hacer lo mismo con una droga en fase de desarrollo ya que esta tecnología permite seguir las secuencias de las diferentes respuestas de las células a la acción del fármaco”, subraya.
El microscopio podrá ser usado además para analizar topografías de superficies de materiales y hacer control de calidad de diferentes materiales; analizar el desarrollo de plantas, estudiar su comportamiento, tamaño, reproducción, cómo y para dónde crecen.
Para el doctor Diego Mendoza, integrante del consejo ejecutivo de la Agencia Santafesina de Ciencia, Tecnología e Innovación, sostiene que “la incorporación de un equipo de este nivel hace que la comunidad científica aumente notablemente la calidad” de los trabajos.
“Además, debemos tener en cuenta que estos equipos se vuelcan a la prestación de servicios a instituciones de la región y del país que lo requieran”. Cuando se le pide al doctor Mendoza trazar un balance de los últimos treinta años, cuando con otros investigadores recién regresados al país crearon el Instituto de Biología Molecular y celular de Rosario, destaca que hubo un cambio profundo: “Treinta años atrás empezamos a luchar y hoy tengo el privilegio de presenciar los resultados de aquel esfuerzo; y eso me hace sentir que la realidad ha superado mis sueños”, concluye.