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A juicio oral y público por matar a su amante para robarle

La mujer, de 33 años, fue detenida un año después del crimen. Mantenía una relación con la víctima desde hace 10 años.

Una mujer irá a juicio oral acusada de haber asesinado de 24 puñaladas, durante un aparente juego sexual y por dinero, a su amante, un comerciante con quien tenía una relación desde hacía más de una década. El hecho ocurrió en 2014 en el barrio porteño de Flores, informaron fuentes judiciales.

El caso tuvo como víctima a Julio César Vitoria, de 62 años, dueño de una cadena de heladerías de la localidad bonaerense de Moreno, y la imputada es Paula Mariana Romano, de 33, quien fue detenida el 6 de octubre pasado, tras algo más de un año de investigación.

El crimen se esclareció gracias a los mensajes de Whatsapp que la acusada le envió a la víctima y a las declaraciones del entorno del comerciante, que sindicaron como sospechosa a una tal “Paulita”.

La titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción 41, Silvana Russi, formuló ante el juez de instrucción Guillermo Rongo el requerimiento de elevación a juicio oral.

Russi pidió que Romano sea juzgada por el delito de “homicidio doblemente agravado por la alevosía y criminis causa”, es decir, cuando se mata para ocultar otro delito, en este caso, el robo de al menos 20.000 pesos que la víctima había retirado el día del crimen de uno de sus negocios y otra suma no determinada de pesos y dólares que guardaba en su casa.

Con esa calificación, si Romano es hallada culpable por el tribunal oral al que le toque realizar el debate, será condenada a prisión perpetua.

En el requerimiento de elevación a juicio al que accedió la agencia Télam, la fiscal Russi da por acreditado que el crimen de Vitoria ocurrió el 29 de julio de 2014, entre las 20.48 y las 21.16, en el interior de su departamento, el 1° “7”, de la calle Bacacay 2647, en Flores.

Según la fiscal, “con la finalidad de apoderarse de elementos de valor que se encontraban en la vivienda y aprovechándose de la particular situación de indefensión en la cual se encontraba la víctima”, la imputada “le dio muerte a Vitoria propinándole 24 puñaladas con un elemento punzocortante en diversas zonas de su cuerpo”.

Siete de esas puñaladas le provocaron al dueño de la heladería “Venezia” de Moreno “lesiones penetrantes en cavidad toráxica que alcanzaron pulmones y desencadenaron su muerte”, detalla la fiscal.

La investigación de Russi y de los detectives de la División Homicidios de la Policía Federal determinó que Vitoria y Romano comenzaron a ser amantes en 2003, cuando ella trabajaba para él como moza en un bar que él tenía en la esquina de Ravignani y Paraguay, en Palermo.

“Paula y Julio comenzaron a relacionarse íntimamente y en forma habitual mantenían relaciones sexuales”, señaló la fiscal, quien luego agregó que “más allá de los encuentros, solían conversar a través de Whatsapp, incluso ella le enviaba mensajes eróticos y fotos suyas desnuda o teniendo relaciones con otras personas”.

También detalló el requerimiento que en los meses previos al asesinato, los encuentros entre los amantes “se volvieron cada vez más frecuentes”, se daban “casi una vez por semana” y que en esas ocasiones Vitoria “le daba droga y le regalaba entre 300 y 1.000 pesos” a la chica.

Los mensajes de Whatsapp son la principal prueba para la Fiscalía, no sólo los que encontraron en los teléfonos secuestrados a la imputada, sino también aquellos que horas antes a su asesinato Vitoria les mostraba contento a sus amigos más íntimos para decirles entre otras cosas frases como: “hoy la veo a Paulita”, “hoy voy a tener un tiroteo” y “esta noche tengo matraca con la minita”.

Según esos testigos, la chica le decía en los mensajes que se preparaba para “la fiestita”, porque iban a hacer “cositas raras”, que “se dejara” porque lo quería atar “tal como se encontraba Vitoria al momento de su muerte, desnudo, con cintas en las muñecas y una cuerda en el cuello”, dice la fiscal en su acusación.

Russi acreditó además que el encuentro que terminó en el homicidio iba a darse originalmente el jueves 24 de octubre de 2014, cinco días antes del hecho, pero por diversas razones se postergó tres veces y finalmente se dio el martes 29.

“¿Cómo estás? Dale, ponele que tipo 9 llegaré mañana”, le escribe Romano a Vitoria el lunes 28, confirmando el encuentro del día siguiente, en lo que para fiscal es el mensaje que más la compromete.

Para Russi, ese mensaje “demuestra en forma inequívoca que la noche en la que Julio murió se encontró con Romano a las 21, es decir, exactamente en el horario en el que ocurrió el homicidio”.

Otro elementos que evalúa como “pruebas concluyentes” son los videos obtenidos en el lugar del hecho en los cuales, según la fiscal, “se observa a Paula Mariana Romano vestida con un tapado negro desde las 20.40 hasta las 20.48” en la puerta del domicilio de Vitoria, donde ambos ingresan juntos, y luego “a las 21.15, se la observa salir del inmueble” con una cartera y una bolsa.

Al fundamentar el agravante de la alevosía, la fiscal Russi afirmó que Paula Romano “planeó colocar a Vitoria en una situación de indefensión que le garantice el éxito de su plan” y para ello “lo persuadió para la realización de un juego sexual” para lo cual “lo ató” y “sorpresivamente lo atacó con arma blanca”.

Un comprometedor sistema de comunicación

Una serie de mensajes de la aplicación Whatsapp hallados en el teléfono de la acusada fueron la clave para incriminar a Paula Romano en el crimen de su amante, el heladero Julio César Vitoria, cometido en julio de 2014 en el barrio porteño de Flores.

“No sé si reírme o llorar!!! Les podemos dar todo a nuestras hijas!!!”, le escribió Romano a su marido a la 1.14 de la madrugada del 30 de julio de 2014, cuatro horas después del crimen. El hombre estaba al tanto de la relación de amante que su mujer tenía con el heladero, pero si bien en su momento fue imputado e investigado, terminó sobreseído en el expediente.

En su requerimiento de elevación a juicio, la fiscal Silvana Russi afirma que ese mensaje es una “clara alusión a lo que acababa de ocurrir y al dinero y efectos de valor que había sustraído de la casa de Vitoria”.

Matrimonio

Los peritos también encontraron en los teléfonos otras conversaciones de Whatsapp del matrimonio que comprometieron a Romano con los dos celulares que el autor del asesinato robó de la casa de Vitoria y nunca fueron hallados.

“Quiero ver si hay algún lugar donde pueda desbloquear los celulares”, le dice Romano a su marido el 31 de julio de 2014, a lo que el esposo le responde: “Llevá uno primero y fijate de sacarle”, y ella contesta: “Obvio!!! Por eso voy a pedir que me lo saquen ahí, así tiro el chip. Y veo qué onda el Nextel”.

Cuatro días más tarde, la acusada le vuelve a escribir y le dice: “Voy a tirar eso, sabés?, paso las fotos por Whatsapp”, a lo que el esposo le escribe: “No tires nada” y la mujer contesta: “Por qué no? No me siento segura teniéndolo”, a lo que finalmente él le dice: “Después hablamos”.

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