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Cuevas buscan resistir dólar único que prometió Macri

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Fueron, durante mucho tiempo, obligado refugio para ahorristas que buscaron en su clandestinidad escapar de la debilidad de una moneda nacional que se escurría de las manos. También perseguidas, allanadas y denunciadas por funcionarios que veían en su existencia la causa de todos los males. Con adeptos y detractores, las “cuevas” –esa ya célebre institución de la turbulenta economía argentina– se preparan una vez más para la resistencia.

Después de varios años de esplendor, alentadas por la amplia brecha entre la cotización oficial y el ilegal blue, la promesa del próximo presidente, Mauricio Macri, de regresar a un dólar único obliga a quienes operan en este sector marginal a replantear el negocio.

Algo está claro: pese a todos los pronósticos, no desaparecerán. Con una economía informal de más del 30 por ciento, hay un gran mercado potencial para seguir operando. Como contrapartida, se espera el resurgimiento de las casas de cambio.

Mal de siempre

“El dólar paralelo siempre existió. Sólo en la época de la convertibilidad se había reducido a su casi extinción pero esta vez no va a ser así. Hay mucha gente que maneja plata negra que no va a ir a un banco o a una casa de cambio a comprar dólares. Por eso, el negocio va a seguir”, explicó un veterano hombre de este mercado ilegal.

La duda es de cuánto será la brecha una vez producida la unificación del mercado cambiario.

Algunas fuentes consultadas estiman que un 10 por ciento sobrecosto respecto del dólar oficial puede ser un buen precio. Esto depende de dos factores. Por un lado, la magnitud de la devaluación que se produzca en las próximas semanas. No será lo mismo con un dólar a 13 pesos que con uno a 16. Por el otro, las exigencias y controles que se dispongan para la compra libre de dólares. “Si piden muchos requisitos, clave fiscal o ese tipo de cosas, más gente va a seguir comprando en el mercado ilegal y la brecha puede ser un poco mayor. Hay que esperar”, explicó otro operador. En esto hay algo a tener en cuenta. Quienes conocen el comportamiento de este mercado aseguran que muchos clientes, aun pudiendo comprar en el mercado legal, optan por el paralelo, pese al mayor costo, para evitar estar bajo la lupa de la Afip.

Los ilegales

Si se cumplen los anuncios del próximo gobierno (levantar el cepo y permitir la compra de moneda extranjera) la actividad puede caer hasta un 40 por ciento, según las estimaciones de los especialistas. Pero en esto hay que discriminar según la escala del negocio. Las “cuevas” que operan en la City porteña mueven un público y un volumen de dinero más importante. En estos casos, se trabaja más con empresas o comerciantes que reciben muchos pesos y necesitan convertirlos en dólares. En este caso, el monto diario de operación puede superar los 500.000 dólares. Aquí, la actividad se va a resentir menos. Distinto es lo que sucede en los barrios de la Capital o el Gran Buenos Aires donde se trabaja con volúmenes más bajos y un público denominado como “chiquitaje”.

Camuflados

“Operaciones inmobiliarias”, “Servicios financieros”, “asesoramientos para empresas” o los más diversos disfraces son lo que se utilizan en locales que, como negocio central, tiene la compra y venta de dólares en esas zonas más alejada del centro porteño. Una de estas oficinas puede mover hasta unos 100.000 dólares diarios con un monto promedio de operación de entre 500 y 1.000 dólares. Estos operadores esperan una caída de la actividad, especialmente por el fin del “puré, la operatoria tan usual en los últimos tiempos de comprar dólar ahorro al precio oficial más el 20 por ciento y venderlo al valor blue para ganarse la diferencia que permite una brecha que superó el 60 por ciento.

El dato positivo es que la menor actividad no impactará en el “mercado laboral” específico. La mayoría de estas oficinas tienen la plantilla mínima para operar.

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