Una disputa entre vecinos de Nuevo Alberdi tuvo como saldo un hombre apuñalado anteayer. Se trata de Carlos Irrazábal, hermano de Sixto, dirigente de la Uocra. El herido es parte de la comunidad paraguaya, que acusa de robos y usurpaciones a parte de sus vecinos. Sin embargo, del otro lado afirmaron que los hechos de violencia contra los paraguayos se desencadenaron luego de que un menor de 16 años de esa comunidad abusara de una nena de ocho años. La denuncia da cuenta de que el adolescente tocó las partes íntimas de la niña, un delito que es investigado por la Unidad de Delitos Sexuales. Los dos grupos estuvieron ayer en la puerta del Ministerio Público de la Acusación y el fiscal David Carizza pactó una reunión para hoy con el fin de conciliar las partes. Mientras, la zona donde se registraron los incidentes se mantiene con custodia policial.
El martes a las 19, un grupo de vecinos de la zona de Ciudadela y Gazcón, en el barrio Nuevo Alberdi, fue a una casa y la saqueó. Su dueño, Carlos Irrazábal, un paraguayo de 33 años hermano de Sixto, el conocido dirigente de la Uocra, se defendió y recibió piedrazas, gomerazos y una puñalada en el costado del tórax. Según su versión, los vecinos que fueron a atacarlo desde el pasado domingo están abocados a robar y usurpar casas de una comunidad de unas veinte familias paraguayas.
Sin embargo, una versión contrapuesta surgió de los vecinos que amedrentaron a Carlos y tiene como motivo de las disputas un posible caso de abuso infantil. Según el grupo de argentinos enfrentados a los paraguayos, el viernes pasado un joven de 16 años de esa comunidad abusó de una nena de ocho años. Si bien el muchacho fue demorado, el clima se volvió tenso en el barrio y anteayer los argentinos fueron a la casa de Carlos porque tenían en dato de que allí estaba el presunto abusador. El resultado fue una gresca entre los dos bandos, con el propio Sixto presente, que terminó con la intervención de la Policía, que custodia la zona desde ese día.
Carlos Izarrábal fue trasladado al Heca y de allí derivado a un sanatorio privado, desde donde dialogó con El Ciudadano y denunció hostigamiento hacia los paraguayos a través del robo y la usurpación de casas: “Son personas laburantes que consiguieron hacerse una casa con techo de hormigón y ahora se están yendo del barrio porque tienen mucho miedo. Les han robado todo, vienen a la madrugada, vacían las casas y la gente se termina mudando a otro lado”.
Desmentida
Si bien los vecinos paraguayos desmintieron la versión del abuso infantil y calificaron la denuncia como una maniobra para justificar los hechos de violencia, Carlos sostuvo que no sabe si el delito ocurrió, pero que “la respuesta no puede ser a través del saqueo de las casas de familias trabajadoras”.
En tanto, el presunto caso de abuso está siendo investigado por la Unidad de Delitos Sexuales, desde donde ordenaron realizar pericias físicas y atención psicológica para la niña. El viernes, los denunciantes dijeron en la subcomisaría 2ª que un adolescente de 16 años “tocó las partes pudendas de la menor”.
Ayer, los dos grupos se presentaron en la puerta del Ministerio Público de la Acusación y fueron recibidos por el fiscal David Carizza, a cargo de la investigación de los hechos de robo y las usurpaciones. Voceros de la Fiscalía confirmaron que existen denuncias cruzadas entre ambos bandos y que el robo del martes en la casa de Carlos está probado: “Se llevaron hasta la puerta”.
Carizza pactó una reunión que se realizará hoy con representantes de los dos grupos para conciliar. Asimismo, ordenó “presencia policial en la zona para mantener la calma”.