“En febrero está de vuelta y sale a recorrer”. Julio De Vido fue el transmisor de la pista que, antes de dejar el poder, Cristina de Kirchner sembró para advertir que, sobre el fin del verano, tiene previsto estar activa e, incluso, podría abandonar el secretismo para encabezar alguna actividad política.
Que el mensaje lo haya viralizado, entre propios, el histórico ministro de Planificación de la era K, tiene un significado. La ex presidenta parece recostarse en lo que queda del viejo nestorismo y no por fascinación sino porque detecta que si hay forma de generar diálogo y vínculo con los sectores del PJ clásico es a través de figuras como De Vido y no por intermedio de los caciques de La Cámpora, a los que gobernadores, intendentes y dirigentes coinciden en criticar con ferocidad.
De Vido es uno de los pocos ministros que la ex mandataria bendijo con una banca en el Congreso. Al margen de garantizar fueros a las firmas de tres áreas hipersensibles como infraestructura, Ansés (Diego Bossio) y Desarrollo Social (Carlos Castagneto), De Vido será el proto K más cercano al peronismo –por la relación ministerial con intendentes y gobernadores– en quien Cristina de Kirchner delegará “la diaria” de algunos vínculos.
Supone, de mínima, la admisión de que su scrum preferido de dirigentes, La Cámpora, no es un vehículo para avanzar en el diálogo y el acuerdo con sectores del PJ. Desde la derrota del 22-N, el cristinismo incluyó en su libreto político el concepto de “peronismo” como idea central y espacio desde el cual encarnar la oposición –o resistencia– a Mauricio Macri.
Máximo y Guillermo
Así y todo, el principal interlocutor y mensaje de la ya ex presidenta en el Congreso será su hijo, Máximo Kirchner, que asumió como diputado nacional y empezará a apuntalar, según dicen a su lado, su propia jefatura y liderazgo político. “Va a hacer lo que hizo Néstor: recorrer el país, pueblo por pueblo, como hizo en la campaña en Santa Cruz”, dicen a su lado.
Con una hoja de ruta propia, pero siempre tributario de la ex jefa del Estado, también Guillermo Moreno puso en su eje al PJ y junto a un grupo de dirigentes, entre los que están Roberto Porcaro, y luego de algunas charlas como la que mantuvo con Santiago Montoya, prepara el lanzamiento de la agrupación La Néstor Kirchner con propósito de disputar un espacio en el peronismo.
La conducción del PJ
En el otoño de 2016, deberían elegirse nuevas autoridades del Consejo Nacional del PJ.
Aunque se sugirió el nombre de ella, avisó que no tiene interés por ocupar ese cargo aunque eso no implica que busque incidir sobre cómo quedará conformada la conducción partidaria.
Ese sector del kirchnerismo, que viene de Néstor y perdió terreno con ella, promete de todos modos peregrinar a Río Gallegos al mausoleo donde descansan los restos del ex presidente y, a la vez, remitir de manera periódica a Cristina de Kirchner que, aseguran, se instalará en su departamento porteño a partir del año próximo.
Aeroparque
Pero antes de ese futurismo de resultado incierto, la mandataria preparó su show del adiós: fue ayer en Plaza de Mayo, luego de presentar el busto de Néstor Kirchner, y en un contexto que el kirchnerismo imaginó masivo y tumultuoso. Como en un ritual de despedida, agrupaciones y sectores que estos años confluyeron en el FpV estuvieron en la plaza para el último discurso de ella antes de dejar la presidencia.
Pero la expectativa del cristinismo fue que se convirtiera, sobre todo, en una convocatoria silvestre sin las referencias partidarias clásicas.
De hecho, no concurrieron –por lo menos no masivamente– sectores, intendentes y gremios, sobre todo aquellos que han tenido tensiones explícitas con La Cámpora. La ilusión de ella, cuentan en gobierno, fue que la plaza estuviera llena de simpatizantes y adherentes más que de militantes en el sentido clásico.
El discurso tuvo ese mismo tono. Un cierre de ciclo, la autorreferencia por los doce años de gobierno y, a la vez, un mensaje de regreso.
La foto del escenario de ayer, que mostró a los dirigentes que ella puso a su lado, también tiene un mensaje político sobre lo que vendrá.
El último acto de la saga en el poder será hoy, cuando se trepe a un vuelo comercial de Aerolíneas Argentinas rumbo a Santa Cruz.