La aprobación en el Concejo Municipal al filo de la medianoche del miércoles de los proyectos del Ejecutivo del Presupuesto 2016 y el revalúo fiscal, que implica una programación de aumentos automáticos en los próximos tres años de la Tasa General de Inmuebles, trajo polémica. La iniciativa que finalmente se avaló fue una contrapropuesta del PRO que fija topes decrecientes en la suba del 36 por ciento promedio para el año próximo, 26 en 2017 y 18 por ciento en 2018. El acuerdo fue duramente cuestionado por el resto de la oposición, que criticó no sólo el aumento sino también la falta de debate en el recinto.
La votación que autoriza el incremento en la TGI se realizó cerca de la medianoche, momentos antes del vencimiento del mandato de los ediles salientes y sin discusión.
Se llegó a ese punto luego de la larga negociación que se dio durante todo el día, ya con la nueva composición de cuerpo de 28 ediles, para definir las autoridades del Concejo por los próximos cuatro años.
Allí fue Daniela León la elegida como presidenta, tras superar por 17 votos a 10 a su correligionaria María Eugenia Schmuck. La definición dejó al interbloque oficialista al borde de la fractura, con una interna expuesta que podría presagiar fuertes cruces en el gabinete de la segunda gestión que ayer arrancó Mónica Fein.
Con todo, el consenso en torno a la iniciativa que permitirá incrementar la TGI llegó luego de una modificación ofrecida por el PRO a la Ordenanza General Impositiva en su artículo 8. Los ediles macristas aceptaron fijar topes decrecientes en la suba de tasas del 36 por ciento para el año próximo, 26 en 2017 y 18 por ciento en 2018.
Una de las justificaciones fue que esos aumentos son menores a los que proponía el Ejecutivo, que quería un 48 por ciento para el año próximo.
Verónica Irízar, quien hasta anteayer fue secretaria de Hacienda municipal, ahora es concejala por el Socialismo y fue ungida como presidenta de la comisión de Presupuesto, contó que los concejales del partido que encabeza Mauricio Macri también pusieron sobre la mesa de negociación las proyecciones inflacionarias que establece el gobierno de Mauricio Macri a nivel nacional.
“Es en el marco de un programa económico que, dijeron ellos, buscará frenar la suba de precios en el país, que también pidieron suavizar los topes”, relató la edila socialista.
Así, quedó configurado que para el radio 1 (comprende, 27 de Febrero, Oroño y el río) el incremento para los años 2016, 2017 y 2018 será del 40 por ciento, 30 por ciento y 21 por ciento respectivamente; para el radio 2 (parte del macrocentro y barrios linderos a ese sector) será 36, 27 y 19 por ciento; radio 3 (barrios de la periferia de la ciudad) 32, 24 y 17 por ciento; radio 4 (Fonavis y viviendas sociales) 28, 21 y 15 por ciento; radio 5 (barrios cerrados y el frente costero del centro y La Florida) 42, 33 y 23 por ciento; y radio 6 (Puerto Norte), 44, 36 y 25 por ciento.
El Ejecutivo deberá aplicar los topes porcentuales distribuyéndolos en los distintos trimestres del año garantizando que en ningún caso la emisión de un año supere a la del año anterior en los porcentajes indicados.
Al cierre de cada ejercicio, el municipio comparará la variación interanual de la emisión de la TGI con el IPC informado por el Indec para el mismo período. En caso de que el IPC supere para el período un 5 por ciento el monto establecido como tope, el Concejo establecerá un nuevo mecanismo de fijación de topes anuales, acorde a las condiciones económicas vigentes en ese momento. Es decir, si la inflación supera los guarismos que establece la ordenanza la tasa podría subir aún más.
La polémica
La suba trajo una fuerte polémica una vez avalada en el recinto. Lorena Giménez Belegni, del PPS, reprochó con dureza la ausencia de discusión y mostró su proyecto alternativo “con modificaciones que ni siquiera pude presentar porque nadie me invitó a la reunión por el presupuesto”.
“Se ha firmado un cheque en blanco al municipio”, dijo y denunció que no están claros los valores reales de la suba sancionada.
Gigliani, en tanto, tildó de “caraduras” a sus pares del oficialismo. “La verdad es que nunca en la historia del Concejo pasó esto, vergonzoso. Habría que cerrar el Concejo, ya le otorgaron la posibilidad de aumentar automáticamente el boleto, y ahora aprueban el aumento por tres años de la TGI”, disparó.
Otro que mostró su bronca en plena sesión fue el concejal radical Jorge Boasso. “No se puede cerrar el debate de un Presupuesto y un revalúo, es una vergüenza”, gritó en plena sesión.
El edil de la Coalición Cívica-ARI Carlos Comi se defendió al instante y dijo que la votación se realizó de “acuerdo a reglamento” y que son las leyes de las mayorías y las minorías, algo que, señaló, vio muchas veces en sus cuatro años como diputado nacional.
Su par del PRO, Roy López Molina –con cargo hasta la medianoche del miércoles porque desde este jueves deja su banca (como muchos otros presentes) y será diputado provincial– defendió la legitimidad de un “acuerdo político” y parafraseó a la presidenta al afirmar que él también desde la hora cero se convertía en “calabaza” y eso explicaba el apuro en la forma de la sanción del paquete de ordenanzas.
Desde el Frente para la Victoria, Roberto Sukerman saludó la actitud de “dar la cara” de Molina, se incluyó entre los ediles “calabaza” pero señaló que la votación se hizo “casi a la hora de la madrugada, cuando no se van a enterar muchos rosarinos de lo que está pasando”. Cuestionó el argumento del PRO de que para qué se iba a debatir si total nadie iba a cambiar de posición porque, dijo Sukerman, ese es el espíritu de la democracia.
“Hay un acuerdo político del socialismo con el PRO para meterle la mano en el bolsillo al rosarino”, acusó el ex candidato a intendente y pidió enérgico: “Dejen de mentir, se aprobó un presupuesto sin debate”.
“No es una buena práctica no poder debatir en el recinto”, completó Diego Giuliano.
Irízar: “Traban el desarrollo”
La ex secretaria de Hacienda y ahora concejala Verónica Irízar le dijo a El Ciudadano que por el lado de la oposición quedaron expuestas dos formas “bien distintas de entender la política”.
“Hay un sector que ha trabado el desarrollo de la ciudad. Mientras que otro (en referencia al PRO) aporta a la gobernabilidad. Que entiende que necesitamos ponernos de acuerdo y evitar la confrontación”, señaló.
La flamante edila señaló luego que el sector que se negó a votar el incremento “intentó durante toda la jornada boicotear la sesión buscando que llegue la medianoche y así el Presupuesto no quedara aprobado”.
Y recordó por último que el fin de la suba es que con los recursos que genera la TGI se pueda costear el alumbrado, barrido y limpieza de la ciudad. “Hoy estamos en el 72 por ciento de ese costo y la idea es llegar al año que viene al 75”, señaló.
Los que acompañaron
Los concejales que acompañaron la aprobación del Presupuesto 2016 y el revalúo fiscal fueron Zamarini, Cappiello, Sciutto, Foresi, Poy, Rosúa, López Molina, León, Cardozo, Roselló, Martínez, Bonifacio y Comi, en tanto que el resto de los ediles lo votó en contra.