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Miles de personas acompañaron a Macri al grito de “sí, se puede”

Las concentraciones se dieron a lo largo de la avenida de Mayo, entre las plazas de Mayo y de los dos Congresos.

“¡Sí, se puede!”, fue el grito que embanderó a quienes fueron a acompañar la asunción del presidente Mauricio Macri, que transcurrió entre la plaza de los dos Congreso hasta la plaza de Mayo bajo un fuerte operativo de seguridad.

En la plaza del Congreso había dos pantallas gigantes que permitían seguir la jura del nuevo mandatario, que llegó en medio de aplausos y vítores, enmarcado por granaderos a caballo. En la plaza de Mayo, se erigía un mural televisivo que se apagaba cada tanto.

A lo largo de toda la avenida de Mayo, embanderada de celeste y blanco, había un vallado y un despliegue de uniformados de Gendarmería, Prefectura, Policía Metropolitana y Federal.

Además, el operativo que ocupó a 11 mil personas, se completaba con francotiradores en lo alto de los edificios, dos helicópteros, decenas de vehículos que se mezclaban con unidades del Same y personal de seguridad de traje.

El sol fue implacable, pero no logró apagar el entusiasmo ni en el Congreso ni en plaza de Mayo (esta última se llenó), como tampoco lo hizo un cruce con militantes que cantaban “Madres de la Plaza, el pueblo las abraza”.

Se trataba de un grupo que acompañaba a las Madres en su ronda tradicional de los jueves, mientras hacían los dedos en V, en el único baluarte opositor visible en el día de la asunción del líder de Cambiemos.

En silencio, Gabriel un hombre de mediana edad de la ciudad de Santa Fe repartía banderas de plástico argentinas camino hacia el Congreso: “Somos de Cambiemos, pero somos de Argentina, no queremos mezclar, por eso repartimos banderas argentinas”.

La gente salía a los balcones, bajaba de los edificios, se subía a andamios y travesaños, reinaba el respeto y la alegría.

En dos ocasiones estallaron las plazas, una vez fue cuando Macri habló de “honestidad” en su primer mensaje presidencial.

El otro estruendo fue cuando recibió el bastón de mando de manos de Federico Pinedo y luego hizo las delicias de sus seguidores, al salir al balcón de la Casa Rosada y bailar al son de “No me arrepiento de este amor”, de Gilda, canción que entonó (micrófono en mano) la nueva vicepresidenta Gabriela Michetti frente a una multitud en la plaza.

A 20 pesos se vendía el agua; las banderas argentinas grandes a 100 pesos y las medianas a 50 pesos, se deslizaba alguna cerveza, pero la gente estaba tranquila y respetuosa y a pesar de lo que se podría haber esperado, el perfil fue de pueblo no de Recoleta.

Beatriz del barrio porteño de Almagro con un grupo de cinco manifestó que esperaba “una buena gobernabilidad” y un “apoyo del pueblo hacia el nuevo presidente y sobre todo honestidad”.

Tambores y gritos se sucedieron con los slogans de, “Se siente, se siente Mauricio presidente”, mientras Jonatan (22 años) del sindicato de Remiseros de Quilmes explicaba: “Espero trabajo”, lo mismo que Diego (46), un desocupado desde hace dos años y estudiante de Historia.

Un cartel anunciaba que de la lejana El Bolsón, de Río Negro, estaban presentes; una española de Madrid, Laura, explicó a <Noticias Argentinas> que se encontraba de vacaciones, pero concurrió al Congreso: “En España también esperamos un cambio. Ojalá les vaya bien”.

Mientras que un ruidoso grupo consignó que habían salido a las 10 de la noche de Santa Rosa, La Pampa, y que eran 68 en el micro; por su parte, Edgardo Vera habló en nombre de 69 compañeros que viajaron desde Merlo, San Luis, acompañados del intendente del PRO de la cercana Villa Larca.

De Córdoba, donde Cambiemos obtuvo el porcentaje más alto de votos en el pasado balotaje, salieron anoche 15 ómnibus con 400 personas de la capital y de Río Cuarto, 40 jóvenes del PRO: de éstos habló con Gabriel Spinosa, que confesó que por fin podía “conocer Buenos Aires”. “Estoy muy feliz de que la gente haya votado por el cambio y aunque muchos hayan votado por (Daniel) Scioli. La política la vamos a hacer entre todos, hay que mantenernos unidos”, dijo.

Esteban, de la capital cordobesa, agregó: “No nos imaginábamos que esto iba a pasar” por el triunfo de Macri.

Finalmente, jóvenes del PRO de San Luis, unos 20, coincidieron  en que fue “un día soñado”.