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El Presupuesto Participativo destinará 8 millones a oficios

La capacitación laboral está entre los proyectos más votados en los distritos de la ciudad para 2016.

Los cursos de capacitación en oficios, junto a diferentes iniciativas de convivencia, integración y seguridad, fueron los proyectos más votados en la elección del Presupuesto Participativo 2016 en todos los distritos de la ciudad. En ese marco, la posibilidad de una salida laboral a través de la formación continúa siendo una de las necesidades más marcadas que se traducen en la votación: los cursos ocuparon el primer lugar en los distritos Centro (6.769 votos) y Oeste (5.439), el segundo en el Noroeste (3.225 votos) y el tercer lugar en las votaciones en el Norte (1.596), Sur (3.364) y Sudoeste, con 5.010 votos. Como consecuencia de la elección se invertirán en total en la ciudad durante el año que viene unos 8.378.000 pesos en los talleres de formación, lo que implica destinar, con un promedio ficticio, casi 23 mil pesos diarios del Presupuesto municipal a la capacitación.

Aunque los niveles de participación son sensiblemente menores a los de una votación electoral, ya que la alternativa del sufragio es voluntaria en lugar de obligatoria, la elección de proyectos para el financiamiento estatal en cada uno de los distritos expresa lo que cada uno de los electores consideró una necesidad. Así, hasta el pasado 17 de noviembre, cada persona mayor de 16 años pudo incluir hasta seis proyectos que consideró imprescindibles para su barrio.

En ese marco, los cursos de capacitación vienen ocupando los primeros lugares en todas las ediciones de la votación del Presupuesto Participativo, y volvieron a hacerlo en la que se realizó durante el mes pasado. El resultado va en línea con el último informe anual de los indicadores laborales de la Encuesta Permanente de Hogares en el Gran Rosario. Es que el documento, publicado en marzo de este año por el gobierno provincial, marca que hacia el cuarto trimestre de 2014, de la población desocupada del Gran Rosario el 44,1 por ciento del total resultaban ser jóvenes de entre 20 y 29 años. La tasa de desocupación de este grupo etario era del 15 por ciento, casi el doble de la tasa de desocupación general, que promedió los 8 puntos con un mínimo de 6,7 por ciento al fin del primer trimestre de 2014 y un pico de 9,4 en el segundo trimestre.

En complejo cuadro, la tasa de desempleo en jóvenes se reducía casi cinco puntos por nivel de instrucción, con un 10,6 por ciento para quienes tienen hasta secundario incompleto y un 11 para quienes tienen universitario incompleto. Pero la variación, sobre todo en la última franja, podía dar lugar a un margen de causas distintas, según marcaba el análisis. Ocurre que también fueron relevados allí jóvenes que estaban estudiando tanto en el nivel medio como en el superior que se retirarían del mercado de trabajo para dedicarse a finalizar sus estudios o para acelerarlos, en el caso de una mejoría económica en el grupo familiar de pertenencia. El dato que centra ese análisis es la tasa de actividad, que mide qué parte de la población se encuentra participando activamente en el mercado de trabajo: en los jóvenes con secundario incompleto la tasa de actividad midió el 41,4 por ciento, subiendo al 66,2 para estudios hasta superior o universitario incompleto, y para los que tienen estudios superiores o universitarios completos y más, arrojó el mayor valor, con el 86,4 por ciento.

Capacitados

Si bien la capacitación en oficios es tomada como una de las principales herramientas del Estado en todos sus niveles para impulsar la reinserción laboral de desempleados y facilitar el ingreso de nuevos trabajadores, el sistema local ensayó un giro determinante durante este año. El origen fue  un estudio pormenorizado que se hizo desde el Concejo Municipal en 2014, cuyo diagnóstico arrojó que un bajo porcentaje entre quienes se capacitaban lograron después efectivamente conseguir un empleo.

Los ediles Sebastián Chale y Martín Rosúa, que habían llegado al Legislativo desde la Secretaría de la Producción municipal ,elaboraron, en ese marco, un proyecto que se encontraba con otro de autoría de otro radical, Jorge Boasso –todos revistan hoy en distintos bloques– que ya había sido aprobado. La idea era corregir “un error de planificación” en la capacitación en oficios.

Así las cosas en octubre de 2014 el Concejo acompañó con voto unánime una serie de proyectos que reorientaban la capacitación en oficios. Uno de ellos establecía un mecanismo para que el Ejecutivo pudiera contar con información sobre el mercado laboral. Y con esa información otra iniciativa confirió al Ejecutivo municipal la responsabilidad en la orientación de los cursos, hasta entonces en manos de la mismas instituciones capacitadoras, que son asociaciones civiles.

El mecanismo estableció la realización de una consulta anual –la primera en 2015– entre 1.000 empresas de los ocho sectores productivos más desarrollados en la ciudad, agroindustria, construcción, metalurgia, comercio y servicios, producción de alimentos, gastronomía, plásticos y tecnología. En base a esa consulta se obtiene información sobre cuáles son los perfiles laborales buscados, y la consecuente reorientación, a partir de la demanda laboral, de “la conformación de la oferta”, según razonaron los autores.

“La política de empleo del Municipio consistía en mejorar las condiciones de empleabilidad de los propios trabajadores. Pero a partir de la ordenanza aprobada, los recursos municipales estarán directamente orientados a vincular oferta y demanda laboral, para estimular el ingreso de los desocupados al mercado formal de trabajo”, explicaron los autores.

“Ahora el que define en qué se capacita es el Estado municipal. Y lo determina en función, obviamente, de lo que está demandando el marcado”, marcaron entonces los ediles.

Las modificaciones introducidas al sistema también se enlazaron con otros proyectos para orientar, ya involucrando a otros niveles del Estado, una mayor eficiencia, por ejemplo buscando reorientar las currículas de escuelas técnicas en función de las realidades barriales. Como ejemplo más claro aparecía la zona sur en el eje de Ovidio Lagos, donde se concentra la industria del frío local: allí la capacitación y la formación que aparecían como ideales tenían que ver en forma directa con los requerimientos de esa rama industrial y con producción de materiales que utiliza o, en forma indirecta, con los emprendimientos satélites que esa producción puede generar.

“Lo que buscamos es generar más eficiencia en la inversión que la Intendencia realiza en esta materia. La capacitación en oficios ya no será solamente un instrumento de contención social, sino que será una verdadera herramienta de inserción laboral, generando así un proceso virtuoso de empleo formal e inclusión social”, había puntualizado entonces el concejal Rosúa. La nueva planificación ahora en marcha y votada en el Presupuesto Participativo tiene ese horizonte, desplazando a la capacitación para la formación de microemprendimientos, al entender que estos son las únicas posibilidades de salida laboral para personas que “están imposibilitadas de acceder al mercado formal de trabajo”.

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