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Condenan a Ema Pimpi por el ataque al ex gobernador

Acordó un abreviado de tres años y medio de prisión. Es por amenazas agravadas, abuso de arma y daño calificado.

El único imputado de perpetrar el ataque a la casa del gobernador Antonio Bonfatti firmó un acuerdo abreviado donde admitió su participación en el hecho y aceptó una pena de 3 años y 6 meses de cárcel por la balacera. Este convenio, al que arribaron la Fiscalía y la defensa del acusado, pasará ahora al Juzgado de Sentencia 6ª para su homologación, lo que probablemente se realizará a principios del mes de febrero del año entrante. Mientras ello sucede, Ema Pimpi, como se conoce al imputado, permanecerá en arresto domiciliario.

Procesamiento

El 11 de octubre del 2013 la casa del entonces gobernador Antonio Bonfatti recibió una ráfaga de disparos que por milagro no hicieron blanco en el ex mandamás provincial y su esposa. Por el hecho cinco personas fueron detenidas, aunque luego de una extensa instrucción la jueza Alejandra Rodenas, que tomó el caso en el último tramo de la investigación a raíz de la redistribución de causa por el traslado de jueces al nuevo sistema, dictó resolución.

Allí la magistrada dispuso el procesamiento de Emanuel Sandoval por el delito de amenazas agravadas por el uso de arma y anonimato, abuso de arma y daño calificado.

Mientras que el policía Pablo Espíndola fue procesado por encubrimiento agravado. A su vez, otras tres personas fueron desvinculadas de la causa.

En diciembre de 2014 ambos procesados obtuvieron una morigeración a la prisión preventiva y accedieron a un arresto domiciliario, aunque la querella que representa a Bonfatti apeló y en segunda instancia la Cámara Penal revocó el beneficio al policía y mantuvo la medida de coerción respecto a Sandoval. En noviembre pasado, la querella que representa a Bonfatti decidió no presentar acusación contra Ema Pimpi al entender que no había elementos para llevarlo a juicio, aunque sí lo hizo con el uniformado Espíndola.

Con esa decisión, sólo quedó en pie la acusación de la Fiscalía a cargo de Enrique Paz, que el miércoles pasado arribó a un acuerdo con el defensor particular Marcos Cella.

Culpable

En el convenio, Sandoval admite su participación en el ataque a la casa del entonces gobernador –responsabilidad que encuadró en los delitos por los que fue procesado– y acordó una sanción de 3 años y 6 meses de cárcel. Ahora el documento pasará al Juzgado de Sentencia 6ª, que actualmente se encuentra vacante, donde tramitará la homologación del acuerdo abreviado. Allí nuevamente se citará a Sandoval para que formalmente y ante el magistrado actuante brinde su consentimiento. Una vez homologado, el convenio se transforma en una sentencia condenatoria, y  mientras ello ocurre Sandoval permanecerá con arresto domiciliario.

El policía

Por su parte Espíndola cuenta con tres causas penales en su contra, dos de ellas se encuentran en Sentencia 2ª a cargo de la jueza María Isabel Mas Varela. Una de ellas vinculada al ataque que sufrió el ex gobernador en su casa donde fue procesado por encubrimiento agravado de un arma utilizada en el atentado, y la otra por portación de arma, encubrimiento y documento falso. En ellas la Fiscalía ya realizó la requisitoria de elevación a juicio y aún resta el trámite por la querella. A su vez, Espíndola cuenta con una causa por tentativa de robo calificado que tramitó recientemente en la Cámara Penal y ahora está en condiciones de elevarse a juicio a pedido de la Fiscalía.

Hace diez días fue baleado

Emanuel “Ema Pimpi” Sandoval tiene 24 años y cumple arresto domiciliario en su casa de zona norte. Hace diez días terminó lastimado con 14 postas de goma en las piernas y su hermano adolescente con tres heridas similares en el torso detonadas por personal del Comando Radioeléctrico.

Las víctimas aseguran que los uniformados entraron a la vivienda de Cavia y Washington sin orden ni motivo alguno, sacaron envuelto en una toalla a Ema Pimpi hasta la calle y le dispararon con balas antitumulto que también alcanzaron a su hermano menor, de 16. El abogado del joven, Marcos Cella, entregó a los fiscales Lucas Altare y María de los Ángeles Granato los videos que filmaron los testigos del hecho donde se comprueba la versión de Sandoval. La secuencia de imágenes a la que tuvo acceso este diario refleja al muchacho con el torso desnudo y envuelto en una toalla en la puerta de su vivienda junto con su familia entablando una discusión con uniformados. “Me estaba bañando, querés entrar a mi casa porque me querés embagayar. Estoy con arresto domiciliario, no puedo salir”, grita Ema Pimpi mientras su madre intenta que los uniformados no se lleven detenido a ninguno de sus hijos. La situación continúa por unos minutos hasta que se escucha una detonación. A pesar de que no se registró esa acción, testigos señalan a una mujer policía que se ve con una escopeta como la autora del disparo.

En tanto, el sábado 28 de noviembre, un primo hermano de Ema Pimpi, Darío Sebastián Fernández, de 22 años y conocido como Oreja, salió a dar una vuelta, mandó un mensaje de texto y nunca más supieron de él. Se lo llevaron, lo torturaron y después lo mataron. El cuerpo apareció el jueves 3 en calle 1329 al 4500, en barrio Rucci. Según la autopsia, tenía varios tiros en la cabeza. Al día siguiente, Cella pidió custodia permanente en casa de Ema Pimpi, ante la eventualidad de que pudiese ser víctima de algún ataque. El letrado había adelantado a la prensa que se habían detectado “movimientos sospechosos” en la cuadra donde reside su defendido.

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