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Zona norte por ahora sin riesgo

La vecinal Empalme convocó para hoy a las 20.30, en su sede de Juan José Paso 2490, a una reunión informativa para evacuar las dudad de los vecinos sobre la posibilidad de que se desborde el cauce de agua como ocurrió en 2011.

La vecinal Empalme convoca para hoy a las 20.30, en su sede de Juan José Paso 2490, a residentes de distintos barrios de la zona noroeste de la ciudad, con el fin de informar sobre la situación del sector ante posibles inundaciones. El encuentro, que se realizará bajo el lema “Mitos, verdades y peligros”, fue organizado por la comisión directiva de la asociación que preside Osvaldo Ortolani, a causa de las numerosas personas que se acercaron al lugar para saber si existe la posibilidad de que los populares asentamientos cercanos al arroyo Ludueña sufran anegamientos, como ocurrió años atrás cuando el cauce de agua desbordó por las intensas lluvias.

“Será una reunión meramente informativa. Hoy por hoy no hay riesgos de desborde pero los vecinos están muy alarmados por la situación que se está viviendo en otros lugares de la provincia y por todo los que leen en los diarios o ven por la televisión sobre la crecida del río Paraná”, dijo a El Ciudadano María Fernanda Romero, de la Vecinal Empalme, quien junto a Ortolani, Daniel Gurevich y Daniel Pavoni integra también la organización Nunca más inundaciones.

Uno de los objetivos del encuentro es, sobre todo, llevar tranquilidad a los vecinos de la zona, ya que según indicó Romero, “hoy por hoy no hay peligro pero si mañana caen 200 milímetros de agua sí puede haber complicaciones”.

El subdirector de Defensa Civil, Gonzalo Ratner, fue consultado ayer por este medio sobre la situación de los vecinos que viven en las inmediaciones del arroyo Ludueña y aseguró que no es actualmente una zona vulnerable y con posibilidad de anegamiento.

“Hoy los barrios cercanos al Ludueña no tienen problemas de inundación, aunque sí habría riesgos en caso de que se conjuguen tres factores a la vez: lluvias intensas, un nivel extremadamente alto del río Paraná y el drenaje lento de los arroyos. Ahí sí se estaría en problemas, aunque hasta el momento no se han dado esas condiciones adversas”, aseguró el funcionario municipal.

Finalmente, Ratner remarcó que “uno de los sectores de la ciudad más comprometidos por las inclemencias del tiempo es El Mangrullo, en el límite sur de Rosario, sobre todo a la altura de Brazo Seco”, en donde cuadrillas de Defensa Civil y otras reparticiones municipales realizan trabajos de bombeo permanente para evitar desbordes.

Importancia de las obras

Romero hizo hincapié en la importancia que tienen para la vida de los vecinos de la zona noroeste de la ciudad los avances en las obras de infraestructura que contribuirán a descomprimir el drenaje del agua.

“Si bien ahora se está finalizando la primera etapa del Aliviador tres, es muy importante y urgente que se complete la segunda fase del conducto Ibarlucea. Ahí Empalme Granero estará plenamente tranquilo, aunque aún no está el proyecto de obra, por lo que ni siquiera está en miras el llamado a licitación para el inicio de los trabajos”, concluyó la mujer.

Fein: “La ciudad está preparada”

La intendenta Mónica Fein participó ayer de la reunión convocada por la Central de Operaciones de Emergencia Municipal (Coem), como parte de los encuentros que se realizan con regularidad, desde hace cuatro meses, con el objetivo de avanzar en el “plan de contingencia de Rosario” para hacer frente a las inclemencias que traerá aparejada la corriente El Niño.

“Estamos trabajando y preparándonos ante la probabilidad de que Rosario, como muchas otras ciudades, se vea afectada por lluvias intensas», comentó Fein. En ese contexto, la mandataria local explicó que “para evitar problemas en caso de necesidad de evacuación, tenemos un programa organizado en distintos puntos”, y destacó: “La ciudad está preparada”.

Viento y lluvia sumaron problemas desde el cielo

Al agua que llega desde el norte se le volvió a sumar ayer el agua caída del cielo, que contribuye a empeorar la situación. El temporal atravesó a las 13.51 la estación del Servicio Meteorológico Nacional del Aeropuerto de Fisherton, y poco después descargaba primero una llovizna y luego un fuerte chaparrón sobre Rosario, que en algunos barrios también fue granizo por momentos.

Según fuentes del SMN, en total desde que comenzó hasta pasadas las 18 cayeron 37 milímetros de lluvia, con mayor intensidad alrededor de las 16, cuando en menos de una hora llovió 22 milímetros.

La medición del pluviómetro del Servicio Meteorológico se tradujo en las calles rosarinas en una cortina de agua que redujo la visibilidad hasta tornarla casi nula por momentos, y con desagües que acumularon presión y pasaron a parecer geysers, como la boca de tormenta de bulevar Rondeau y Nansen, cuyas fotos circulaban a través de twitter.

La precipitación de las primeras horas de la tarde generó anegamientos temporarios en varias zonas de la ciudad, en tanto que ráfagas de viento hicieron caer algunas ramas de gran porte del arbolado público –un árbol cayó y bloqueó una mano de avenida de la Travesía al 100 bis– y hasta una columna en Circunvalación y Avellaneda. Según marcaron desde la estación de Fisherton, el pico máximo de viento ocurrió a las 14.02, con una ráfaga que alcanzó los 70,4 kilómetros por hora. En tanto, un viento constante y fuerte de 44,4 kilómetros por hora se mantuvo entre las 17.44 y las 18.20.

Con todo, a las 16.30 la tormenta llegó a cubrir prácticamente todo el territorio provincial, y se extendía más hacia el norte y hacia el sur. Pasadas las 18, continuó camino rumbo al oeste, cubriendo la Mesopotamia e ingresando a Uruguay.

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