El nene correntino de 12 años que se accidentó conduciendo un cuatriciclo en una zona de médanos de la localidad balnearia de Cariló murió por “aplastamiento de tórax”, según lo reveló ayer la autopsia que le practicó.
“De la forma en que ha sucedido, no constituye delito alguno. Más allá de la responsabilidad que le pueda caber a los padres, es una tragedia y no hay responsabilidad penal”, indicó en declaraciones periodísticas el fiscal de la UFI 4, Pablo Calderón.
El niño “estaba solo”, apuntó el funcionario y agregó que el menor “no tenía ningún elemento de seguridad para manejar” este tipo de vehículo.
La autopsia desechó las dudas que existían sobre el motivo de la muerte del niño, llamado Nahuel, ya que en un principio no estaba claro si el accidente con el moto-vehículo había sido efectivamente la causa de su fallecimiento: se hablaba incluso de que podría haberse descompensado mientras conducía.
“El cuatriciclo le aplastó el tórax”, remarcó ayer el secretario de Seguridad de Pinamar, Matías Yannes, en diálogo con un canal de noticias.
Según el funcionario, el terreno donde se accidentó el menor, de nombre Nahuel, “es muy inestable”, por lo que “una mala maniobra en el vehículo puede hacer que vuelque”.
Según las fuentes, el niño salió manejando su cuatriciclo, con dos amigos que lo acompañaban en otros dos rodados similares, a tres kilómetros del balneario “Divisadero”, cuando se produjo el accidente fatal.
Los padres del menor, oriundos de la provincia de Corrientes, lo encontraron tirado en la arena, en una zona plana, tras lo cual un turista lo llevó a una sala sanitaria, donde falleció minutos después.
El trágico hecho ocurrió a orillas de la playa, lo que provocó que la ambulancia no pudiera ingresar por no tener tracción 4×4.
“Te genera una impotencia enorme, desgarra el corazón. Nos queremos matar, es un nene de 12 años”, enfatizó el intendente de Pinamar, Martín Yeza.
“El costo que le toca pagar a los padres es altísimo”, agregó el joven Yeza, de 30 años, en declaraciones radiales. En este sentido, agregó: “Nosotros hacemos controles, pero el Estado tiene sus limitaciones, no podemos poner un agente estatal por casa”.
“Acá hay una cuota importantísima de responsabilidad que la tienen que cumplir los padres”, manifestó.
El episodio reconoce otros antecedentes, la mayoría de ellos en Pinamar, aunque no todos con el mismo saldo trágico. El último ocurrió en enero de 2014 en una zona conocida como La Frontera, donde un niño de 10 años murió tras volcar el cuatriciclo conducido por un familiar.
Según el director de Tránsito municipal, Sebastián Manrique, los menores tienen prohibido andar en cuatriciclos, salvo que tengan 17 años y que cuenten con permiso de los padres.