El nivel del río Paraná descendió 10 centímetros y esta mañana se mantenía estacionario en 6,30 metros frente a la ciudad entrerriana de Victoria, donde unas 180 personas siguen evacuadas o autoevacuadas con asistencia y contención de las autoridades, informó la Prefectura Naval Argentina y fuentes municipales.
Del total de evacuados, solo ocho familias permanecen en dos de los Centros de Asistencia, mientras que el resto fueron trasladados a viviendas de familiares o amigos que tienen su hogar en un lugar alto para esperar la bajante.
Las familias evacuadas en la capilla San Benito, del barrio Quinto Cuartel, y en el refugio situado a metros de dicha capilla «recibieron donaciones y agua potable y alimentos» provistos por la Secretaría de Desarrollo Social municipal, como así también «las personas autoevacuadas», indicaron desde el organismo.
La situación «está contenida, estamos en un escenario donde más allá de las necesidades de alimento, está todo controlado», dijo el titular de la secretaría local, Carlos Schultheis.
«La demanda más acuciante es el agua potable, ya que con la creciente las napas suben y los pozos se contaminan», aseguró a la prensa local.
Schultheis señaló que «un gran número de evacuados vive de la pesca, y este contexto hace prácticamente imposible sostener la actividad».
En ese sentido, mencionó que la crecida «genera gastos extras y problemas para los pescadores, ya que en esta zona se complica la actividad no solo porque no hay lugar para trabajar sino porque es peligroso salir con los elementos que ellos tienen».
Finalmente, resaltó que «esta inundación va a ser prolongada en el tiempo, lo que genera que hasta fines de marzo vamos a tener el agua a un nivel importante».
Por otra parte, desde el Municipio comunicaron que en la semana se reunieron con el Comité de crisis y los organizadores del Carnaval, y decidieron «desarrollar como todos los años la fiesta de los carnavales» en la ciudad de las siete colinas.
El río en Victoria tuvo su pico máximo al marcar 6,60 metros de altura, por lo que el pasado miércoles 13 de enero desbordó en algunos sectores del puerto y la zona de la fábrica de ladrillos de hormigón, donde superó el piso «de las dársenas y alcanzó el local».
Esta mañana las aguas descendieron diez centímetros para ubicarse en 6,30 metros, y en las próximas horas, se estima, se mantendrá estacionario.