El ministro de Energía, Juan José Aranguren, consideró que la solución al conflicto en Chubut por la caída de la actividad petrolera por el bajo precio del crudo a nivel internacional, vendría «cediendo todos un poco, mejorando la productividad de la fuerza laboral, cobrando menos horas extra, mientras la provincia resigna algo de regalías y la Nación acerca algún tipo de subsidio directo para aguantar esta situación».
Las compañías, en tanto, deberán «aceptar que van a tener que perder, al menos temporalmente, por el crudo que van a exportar al actual precio internacional».
Adicionalmente, el problema «se va a empezar a resolver al menos en la mitad del volumen que se exporta a partir de una inversión que está haciendo YPF: a partir de julio va a poder tomar en su refinería de La Plata unos 20 mil barriles del crudo pesado que produce Chubut, y que es demandado por sólo tres refinerías locales».
Sobre el impacto en el país por la baja del precio de los hidrocarburos, Aranguren señaló que esa tendencia afecta en función de las inversiones que el país necesita para recuperar su autoabastecimiento y no depender de la importación.
Concluyó que «también afecta positivamente, ya que en esa factura de importación a la que tenemos que hacer frente disminuye su valor por la disponibilidad más barata de los energéticos en el mundo».
El ministro rechazó, por otra parte, que se vaya a importar naftas, para aprovechar la baja de precio internacional de los hidrocarburos.
«En diez de los últimos doce años ocurrió al revés; el precio internacional estaba arriba de 100 dólares el barril y acá era de 40 a 60 dólares», lo cual permitió estabilizar el valor de los combustibles, recordó.
Aranguren advirtió luego que una eventual importación de naftas tendría un fuerte impacto en la fuerza de trabajo, que quedaría en la calle como ocurre hoy en Estados Unidos; mientras «las nueve provincias que producen petróleo y gas tendrían problemas financieros porque dependen de las regalías».
Además, amplió, «no tenemos facilidades logísticas para importar el equivalente a la producción local, por más que quisiéramos: no tenemos puertos, canales e acceso adecuadamente dragados ni facilidades de almacenaje».
En cuanto al conflicto de Chubut, el ministro sostuvo que «no queremos que haya afectación en la actividad y en los puestos de trabajo».
Por otro lado, Aranguren anticipó que «en una semana o diez días» se anunciarán los ajustes tarifarios en electricidad y gas, y afirmó que importar naftas para aprovechar la caída en los precios internacionales de los hidrocarburos «es imposible físicamente».
En declaraciones a radio Mitre, el ministro dijo que «estamos trabajando para diseñar un programa que permita tener una tarifa social».
De ese modo, señaló, los aumentos tendrán un paliativo «para aquellos que no están en condiciones de remunerar el costo de producir energía en el país».