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Un joven resultó herido a puñaladas por sus hermanos

Ocurrió el lunes pasado en una pelea y se encuentra internado en el Heca. La esposa denunció que tras los incidentes fue amenazada por hacer la denuncia.

Un joven de 25 años fue golpeado y apuñalado el pasado lunes en una pelea con sus hermanos, quienes, según denunció junto con su mujer, ese día le incendiaron la casa que estaban por vender en el extremo sur de la ciudad, en cercanías del arroyo Saladillo. Por las puñaladas el chico tuvo que ser operado en el Heca, donde sigue internado en terapia intensiva. Su esposa denunció que tras el incidente fue amenazada por haber ido a la comisaría a dejar sentado lo que había pasado.

Cuando Alejandro Sebastián M. tenía dos años, la Justicia decidió que no podía vivir más con su mamá, Ana María S., porque lo maltrataba. A los 18 años, volvió al barrio familiar, en cortada León al 1000, al sur de Circunvalación y a pocos metros de avenida San Martín. Apenas pisó la zona empezaron los problemas con sus cuatro hermanos, Marcelo, Jonatan Elías y Juan Ezequiel F., y un menor de 16 años, y este lunes una pelea por una casa lo dejó internado en el Heca con golpes y cuatro puñaladas.

En diálogo con El Ciudadano, Natalia, de 35 años, contó que empezó a salir con Alejandro hace siete meses. La mujer vivía con sus hijos en una pequeña casa a una cuadra y media de la familia de Ana María, en un pasillo ubicado en Platón al 1400, y él se mudó con ella. Según Natalia, los problemas entre Alejandro y sus hermanos eran tan grandes que hace una semana la pareja decidió irse del barrio. “Yo no aguantaba más y me vine a Puente Gallego. Le dije que venga conmigo para poder vivir tranquilos porque la bronca iba a terminar mal. Están ensañados con él”, contó.

Natalia decidió vender la casa de Platón al 1400 para poder comprar otra en la zona de Puente Gallego pero el domingo la pareja recibió un mensaje desde el celular que decía que se olvidaran de la casa. El lunes fueron al barrio a encontrarse con posibles compradores y, al llegar, encontraron sólo cenizas. Empezaron a preguntar y les dijeron que los hermanos de Alejandro habían sido los responsables del incendio.

Según Natalia, Alejandro estaba furioso y fue a buscar a sus hermanos a cortada León. Allí se encontró con un amigo de ellos que había participado del incendio, Matías A., y empezaron a discutir. “Te quemamos todo porque no te queremos más acá”, le dijo Matías y se fueron a las manos. En ese momento, llegaron los cuatro hermanos de Alejandro. Uno de ellos lo agarró por el cuello con una cadena, mientras los otros le pegaban con un rebenque y Marcelo le daba con un cuchillo. “Lo querían matar. Yo me metí y logré que lo suelten y él corrió y corrió hasta que lo perdí de vista. Después lo encontré herido y fuimos al hospital”, dijo Natalia.

En el Sáenz Peña le dijeron que una de las puñaladas le había afectado el bazo y que lo tenían que derivar al Heca. “Como el traslado demoraba fuimos a la comisaría a hacer la denuncia”, contó Alejandra. Después lo operaron y quedó internado en condición estable. Pero los problemas no terminaron. El martes Natalia fue amenazada por uno de los hermanos de Alejandro, que fue a la casa de Puente Gallego a exigirle que no hiciera la denuncia.

“Perdimos todo. Perdí mi casa en el barrio donde nací. Él perdió el trabajo porque está en negro y los laburos que tiene son en esa zona. Vivo de prestado y me amenazan. La Policía y la Justicia no hicieron nada, a ninguno lo fueron a detener”, dijo Natalia sin entender qué llevó a los hermanos de Alejandro a atacarlo.

Antes de vivir en la zona de cortada León, Alejandro estuvo involucrado en un hecho que le valió una grave imputación. Fue el asesinato de Ana Laura Pioli, de 25 años, en septiembre de 2014 y en el marco una disputa entre dos clanes de Las Flores por la comercialización de drogas: los Pioli y los Píos. A fines de agosto de ese año, una batahola involucró a más de 30 vecinos y terminó con siete detenidos. Según la investigación, el 3 de septiembre, en España al 7000, los Píos fueron a matar a Matías C., de 26 años, cuando estaba en la puerta de la casa de su suegra, junto con ésta y su mujer, Ana Laura Pioli. Matías resultó ileso, pero su esposa recibió un tiro mortal en el abdomen mientras que su madre fue rozada por una bala en el brazo. Pero los tiros no terminaron ahí. Cuando llegó la patrulla de Intervención Barrial, Matías recibió un disparo policial en la nuca. Fue trasladado al Heca y al brindar su versión sostuvo que se encontró con un grupo que comenzó a dispararle a su familia, tomó un arma que había en el piso y tiró contra los agresores; y desmintió un enfrentamiento con la Policía, como había sido la versión oficial.

Tras el crimen, dos jóvenes fueron detenidos. Uno era Alejandro y el otro Ezequiel “Tronchola” G., de 18 años. Los dos fueron imputados por el caso Pioli aunque fueron desvinculados del asesinato al establecerse que el autor del disparo fatal fue Jorge G., alias Rati y hermano de Tronchola. Por ese hecho, Alejandro enfrenta acusación por abuso de arma.“Fue una época de mala junta, pero él ya está alejado”, dijo su pareja.

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