Un adolescente de 15 años fue atacado a tiros anteanoche por un vecino en barrio Bella Vista, y quedó internado en grave estado. Según contaron familiares de la víctima, el muchacho llevaba varios meses enfrentado con un hombre que le había quemado la casa a su mamá y, tras una serie de peleas, fue emboscado por su contrincante, que le gatilló medio cargador de su arma de fuego. Al cierre de esta edición el herido peleaba por su vida en el Heca y el pistolero estaba prófugo.
A la 0.30 de ayer un hombre golpeó la puerta de una casa de Cerrito y Servando Bayo para contar a sus habitantes que unos momentos antes habían baleado a Juan, un adolescente de 15 años. La abuela y la mamá del chico corrieron poco más de una cuadra y lo encontraron en Cerrito, entre Servando Bayo y Lima, tirado sobre un charco de sangre.
Entre vecinos, cargaron al baleado en un auto y lo llevaron al Heca. Ni bien entró al hospital de Pellegrini y Vera Mujica los médicos decidieron llevarlo a quirófano, debido a la gravedad de sus heridas. Pero no pudieron operarlo, porque adolescente presentaba numerosas hemorragias internas y cualquier intervención podía provocarle la muerte. “Ni siquiera lo pudieron coser; le cerraron las heridas con unas pinzas y le pusieron gasas para intentar detener el sangrado”, contó un allegado al chico.
Según sus familiares, el adolescente recibió seis tiros: dos en la espalda –que le provocaron heridas en dos vasos sanguíneos y en la médula espinal–, tres en las piernas y uno en el brazo. Todos gatillados con una pistola calibre 9 milímetros. Anoche seguía internado en grave estado.
El tiratiros, de acuerdo con allegados al caso, fue Sebastián L., conocido en ese sector de Bella Vista como Tang, en honor al jugo soluble.
De acuerdo con vecinos, los uniformados ni siquiera fueron a buscar pruebas al lugar del ataque. A su vez, familiares del herido aseguraron que en la Fiscalía se negaron a tomarles la denuncia. Voceros del Ministerio de la Acusación dijeron que no tenían información para dar sobre el caso.
Según allegados al adolescente baleado, hasta hace no mucho tiempo, el Tang y Juan eran parientes políticos. Incluso vivían todos juntos en un pasillo paralelo a Servando Bayo, que tiene ingresos por Riobamba y por Cerrito.
Por cuestiones que no fueron explicitadas, el año pasado la relación entre ellos se rompió y el Tang comenzó a exigirle a Lucy, la mamá de Juan, que dejara su casa, porque pretendía ocuparla él. Ella se negó y el 18 de abril sus ex familiares saquearon la vivienda y la quemaron. Lucy, Juan y sus hermanos de 7 y 4 años quedaron en la calle. Desde entonces, el adolescente baleado ayer por la madrugada y su supuesto agresor protagonizaron varias peleas.