La lluvia –anunciada– de ayer finalmente se produjo y aunque no consiguió correr al calor sí lo hizo con la agenda política nacional y con los festejos del rey Momo: el presidente Mauricio Macri, que llegó a tocar suelo rosarino, finalmente se bajó del acto que iba a encabezar en la vecina ciudad de San Lorenzo por otro aniversario del único combate que el general San Martín protagonizó en suelo argentino. Por el mismo motivo, y ante la renovación entrada la tarde de un alerta meteorológico, la Municipalidad suspendió la programación de los festejos de Carnaval, una saga cuya continuidad quedará supeditada esta semana a los caprichos climáticos.
Lo del jefe del Estado tuvo sus rarezas: Macri viajó desde Córdoba hacia Rosario en avión. Pero minutos pasadas las 18, ya en el aeropuerto de Fisherton en donde tenía a su disposición un helicóptero y una combi como alternativas para recorrer los pocos kilómetros que lo separaban de San Lorenzo, desistió de continuar con su agenda. Fue, según avisaron oficialmente, por recomendaciones fundadas en el protocolo de seguridad ante adversidades climáticas. Así, los actos por el 203 aniversario del Combate de San Lorenzo no contaron con la presencia del mandatario nacional, en torno a la cual se había generado alta expectativa y una significativa movilización institucional.
A esa altura, de todos modos, la lluvia que se desató con intensidad en la ciudad vecina apenas después de las 17 había obligado a desplazar el epicentro de la celebración unos 100 metros: desde el Campo de la Gloria al parabólico del colegio Santa Rosa de Viterbo. En ese gimnasio, a muchos de los presentes no les resultó grato que desde el entorno del jefe del Estado informaran sobre su ausencia justo a la hora en que se lo esperaba: las 18.40.
El cronograma de los festejos prescindió también de la carga de Caballería y del desfile militar programados como principales actividades, y se redujo –bajo techo– a sus aspectos protocolares y a los discursos del intendente anfitrión, Leonardo Raimundo, y del gobernador Miguel Lifschitz. Fue este último el que puso un inesperado color a un día que terminó gris y pasado por agua: el rosarino desgranó frases enfáticas con cerrados reclamos a la administración nacional.
“Obras de infraestructura que hace años que fueron prometidas por distintos gobiernos, como el sistema de accesos ferroviarios y viales a los puertos de esta región. Hemos dado desde Santa Fe mucho más de lo que recibimos. Sólo pretendemos que nos acompañen y nos ayuden. Necesitamos que se hagan la autovías de las rutas 33 y 34 y 11, para que de una vez en este país podamos viajar en autopista desde Buenos Aires hasta Resistencia, atravesando toda la provincia de Santa Fe. También los puentes Santa Fe-Paraná y Reconquista-Goya”, enumeró un encendido gobernador.
“Desde la provincia ya estamos haciendo lo que sabemos”, continuó Lifschitz en el mismo tono. Y destacó la puesta en marcha del “plan para el campo, ya presentado en Alcorta”, junto al anuncio de que en breve hará lo propio con el programa industrial de la provincia desde la ciudad de Las Parejas. Reclamó en esa línea a la gestión de Cambiemos “que aliente a los pequeños productores del campo” y que “promueva un plan para la industria”.
El gobernador se extendió en su discurso, cargado de consideraciones políticas y de gestión, que apuntó en su mayor parte a la Casa Rosada. Planteó la necesidad de “un Estado más eficiente, sin ñoquis”, para a renglón seguido aclarar que lo que quiere es “un Estado firme y duro con los poderosos pero cercano y amigable con los trabajadores, los ancianos, las mujeres, los niños y jóvenes. Hay muchas demandas y los ciudadanos saben que no todo se cambia rápidamente, pero siempre debe haber una respuesta, hay que dar la cara, estar presente en el lugar donde se necesita al gobierno; hablar con la verdad, sin demagogia. Ese es nuestro compromiso”, se puso firme el mandatario provincial.
Una ausencia y una presencia
Cuando Lifschitz informó en el colegio Santa Rosa que el presidente no sería de la partida, comenzaron a escucharse silbidos y abucheos. Provenían de un grupo de entre 15 y 20 personas identificadas con agrupaciones kirchneristas que rápidamente desplegaron una pancarta con la leyenda “Macri = Hambre”. El incidente no pasó a mayores, duró poco y el resto de los que colmaban el gimnasio escolar desplazó al grupo –sin violencia– fuera del recinto.
Momo debe esperar
El desfile de las comparsas y las actuaciones de grupos musicales previstos para anoche en Rosario debieron ser suspendidos debido a un nuevo alerta meteorológico que se declaró alrededor de las 19, luego de la lluvia intensa que se desató casi cuatro horas antes.
Según explicó a El Ciudadano el titular de Defensa Civil, Raúl Rainone, “hasta último momento desde la Secretaría de Cultura y Educación municipal esperaban el visto bueno para que se desarrollen los corsos”. Finalmente, las esperadas actividades en honor a Momo no se realizaron, indicó el funcionario, “por razones de seguridad y en base al informe meteorológico”.
Anoche, el alerta meteorológico abortó las actividades previstas en el marco de la popular fiesta en el parque Alem, y el desfile en el corsódromo de avenida Belgrano.