El ministro de Agroindustria de la Nación, Ricardo Buryaile, sostuvo ayer que el precio de venta al público del asado debería ser de 90 pesos el kilo, porque remarcó que el valor de la costilla a la salida del frigorífico “es de 65 pesos”.
El funcionario del gobierno nacional indicó que en las últimas semanas “el asado estaba entre 140 y 160 pesos el kilo”, y destacó que por estos días “bajó un 20 por ciento, hay a 110 o 105 pesos”.
Sin embargo, Buryaile consideró que “ese valor todavía sigue siendo alto porque el precio de salida de industria de la costilla es de 65” pesos. Para el ministro, el precio bajó porque “no se consume costilla”. Y añadió: “La lógica es que si la gente se comporta, y analiza los precios, no consume”.
Asado a 90 pesos
En declaraciones radiales, y respondiendo a la consulta de a cuánto debería costar el kilo de asado, el ministro del gobierno de Mauricio Macri respondió: “90 pesos, que es un margen lógico para los 65 que tiene a la salida de fábrica”.
El funcionario afirmó que la comisión nacional de Defensa de la Competencia “va a empezar a ponerle coto a un margen de especulación muy alto”.
“Yo creo que lo que hay que hacer es transparentar la comercialización, transparentar los precios, porque cuando una sociedad está informada es una sociedad que puede tomar decisiones”, sostuvo el ministro Buryaile.
Exportación
El ministro descartó que la suba que tuvo la carne en los últimos meses haya sido por una mayor exportación del producto, como señalan algunos analistas.
Por el contrario, el funcionario alertó: “La política ganadera durante los últimos 10 años generó un exterminio del rodeo argentino, ya que de 60 millones de cabezas bajamos a 48 y ahora estamos alrededor de 50. Materialmente no tenemos animales para exportar”.
Sobre el sector externo, el ministro de Agroindustria dijo que la posibilidad de que la Argentina vuelva a exportar “es real”, aunque evaluó que “va a llevar un tiempo”.
En ese sentido, Buryaile estimó que el año próximo se venderán “alrededor de 300 mil toneladas de carne, cuando en realidad se exportaba normalmente alrededor de 500 mil, 600 mil, y se llegó a exportar 750 mil toneladas”.
“Va a ser un proceso lento, pero de recuperación de los mercados internacionales”, concluyó el titular de la cartera agraria.
“Se debilita el consumo”
La Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas advirtió ayer que el consumo de carne “muestra preocupantes señales de debilidad” por los precios de los distintos cortes.
Según la entidad, “el consumo ha mostrado sus límites y la exportación, pese a la drástica mejora en sus ingresos, todavía no arranca”.
La federación alertó que “el consumo popular muestra preocupantes señales de debilidad, porque los valores de la carne al mostrador han quedado en niveles que no guardan relación con el precio de la hacienda, especialmente si se consideran los precios de los cortes de los supermercados”.
“Las faenas de noviembre y diciembre fueron 6% más bajas que el año anterior. Gran parte de esa hacienda retenida a la espera de las elecciones, de los cambios económicos y de la devaluación estuvo saliendo a la venta en enero”, señaló. El informe añadió: “La exportación, después del parate de la mayoría de las grandes fábricas para las fiestas de fin de año, mejoró su ingresos tras la devaluación, pero todavía nuestro novillo está bien por arriba de la cotización de Brasil o Paraguay y algo por arriba de Uruguay, país que tiene más y mejores mercados abiertos que nosotros”.
El valor de la carne vacuna creció por encima de cualquier otro indicador
El precio de la carne en los últimos doce meses superó los incrementos registrados en la hacienda, en el índice general de precios y los costos salariales de los sectores vinculados con la actividad, según un análisis de la cadena cárnica que realizó la Fundación Mediterránea, que estimó que la suba de tarifas de servicios públicos y la mayor inflación de los últimos meses generará más presión para el reacomodamiento de los precios.
Durante enero, la hacienda representó el 50 por ciento del valor final de la carne, participación que se ubicó 3 puntos porcentuales por debajo de la media observada durante los últimos 8 años, según el estudio del Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), que destaca que el restante porcentaje es por los servicios de faena, transporte y comercialización e impuestos.
El aumento de precios de la carne observado entre enero 2015 y enero 2016, estimado por el Ieral en un 50,3 por ciento, superó al aumento del precio de la hacienda (46,7 por ciento), al aumento del nivel general de precios (31 a 34 por ciento según las fuentes) y al aumento de los salarios de actividades vinculadas con la industria frigorífica y al comercio minorista de carnes (entre 30 a 32 por ciento).
“En otros términos, el aumento observado en los precios minoristas de la carne, y por ende de participación de los servicios de faena, transporte y comercialización, luce excesivo considerando lo sucedido tanto con el precio de la hacienda como con los otros precios de la economía”, aseveró el estudio realizado por el Instituto de la Fundación Mediterránea.
A partir de la premisa que toma el estudio de que “el propio mercado, con sus tiempos, realice una corrección al respecto”, se advierte que “la suba de tarifas de servicios públicos y la mayor inflación de los últimos meses tendrá seguramente impacto sobre el poder de compra de amplios segmentos de consumidores, generando más presión aún para el reacomodamiento de precios de la carne”.
“Durante 2008 y 2009 la incidencia de la hacienda estuvo en sus mínimos, por debajo del 45 por ciento durante muchos meses, influida por la gran liquidación de animales que produjo la política intervencionista del gobierno”, explicó el informe.
Por el contrario, la incidencia estuvo por encima del 60 por ciento durante varios meses de los años 2010 y 2011, en plena fase de retención de vientres y escasez de animales para faena.
Para el informe, la corrección a la baja se inició en enero cuando el valor de la carne a consumidor final se redujo 2 por ciento de acuerdo con los precios Ipcva y la estimación de Ieral, y considera “altamente probable que en este mes se vuelva a observar una baja, aunque esta resulta difícil de cuantificar”.
Una referencia útil a la que apela el estudio para tener un orden de magnitud es que si el precio de la carne bajó 5 por ciento en febrero (respecto de enero) y el precio de la hacienda se mantiene relativamente constante, la incidencia de esta última en el valor del producto final volvería a ser aquella que tuviera en promedio en el período 2008-2015, en torno del 53 por ciento.