Un joven de 28 años imputado por un homicidio ocurrido en mayo del 2015 en la villa de La Siberia quedó en libertad luego de firmar un juicio abreviado en una causa que fue investigada por el fiscal Ademar Bianchini. Si bien la pena acordada fue de tres años, el hombre salió de la cárcel luego de que en el abreviado se acordara el cese de prisión cumplidos los ocho meses. La investigación estableció que el homicidio fue en riña y en ese hecho, o poco después, el condenado recibió un disparo, aunque no hay imputados por ese delito. Por el crimen, su hermano también fue condenado como coautor, con una pena de cuatro años. Tras el asesinato, la casilla en la que vivía la familia de los condenados fue incendiada como represalia y los vecinos no dejaron que los bomberos apagaran las llamas, echándolos a piedrazos.
El domingo 10 de mayo de 2015 por la tarde hubo una enorme pelea en La Siberia, en la zona de Pasco y Convención. En medio de la calle, Roberto Ariel Romero, un hombre de 39 años conocido como Coca, tuvo una discusión con los hermanos Jonatan y Ricardo Toledo, de 20 y 28 años respectivamente, quienes vivían a un par de casas de la suya. De acuerdo con vecinos, el entredicho subió de tono y terminó a los facazos.
El Coca llegó al hospital Provincial con varias puñaladas en el pecho, el abdomen y el muslo y murió poco después por la gravedad de las heridas. Casi a la par, entró al mismo lugar Ricardo, con puntazos en la espalda y el glúteo y un disparo. En su momento, el joven y su hermano Jonatan fueron señalados como los autores de las puñaladas que mataron al Coca.
Después del crimen, el rancho donde vivía la familia Toledo fue incendiado por un grupo de vecinos a modo de represalia. “Hasta los más pobres del barrio los miran desde arriba. Son los más pobres de toda la Sexta” –como también se lo conoce al barrio–, contó a los pocos días una vecina en relación con los Toledo y agregó que cuando llegaron los bomberos no pudieron apagar el fuego porque los echaron a piedrazos. “Se prendieron fuego hasta los perros y había un par de nenitos quemados. Como es problema entre pobres, ni la Policía ni los fiscales hicieron nada”, dijo la mujer.
La investigación de la muerte del Coca cayó en manos de Bianchini, quien imputó a Ricardo por homicidio simple cuando estaba internado en el hospital. Días después quedó detenido Jonatan y fue imputado como coautor. La defensa recayó en el defensor público Hernán Tojo.
En diálogo con El Ciudadano, Tojo contó que a lo largo de las audiencias los diferentes testigos dieron versiones encontradas que impidieron establecer cuál de los hermanos había dado muerte al Coca. Por eso, la calificación legal pasó a homicidio en riña y en diciembre la Fiscalía y la defensa acordaron un juicio abreviado en el cual Ricardo fue condenado a tres años de prisión y Jonatan a cuatro.
El acuerdo fue homologado por el juez Héctor Núñez Cartelle, pero no aún quedó firme la decisión por la feria judicial, instancia que permitió la revisión de la medida cautelar.
Ricardo había cumplido ocho meses de prisión efectiva y por tratarse de una condena a 3 años, con la que luego de ese período de cárcel se puede solicitar la prisión condicional, quedó en libertad en enero. Su hermano, en cambio, debe cumplimentar dos tercios de la condena, es decir, dos años y ocho meses. Según Tojo, para el acuerdo tuvieron en cuenta los daños que sufrió Ricardo al ser herido durante o después de la pelea fatal y que su familia perdió su casa, prendida fuego.
Estos dos hechos están en proceso de investigación. Sin embargo, no existen avances que apunten a esclarecer quiénes fueron los responsables tanto del incendio como de la herida de bala que recibió Ricardo ese día.
“Se trata de una causa que tuvo muchas declaraciones divergentes. No hubo datos objetivos que den cuenta cuál de las declaraciones se ajusta más a lo que ocurrió. Sí es cierto que Ricardo recibió un disparo y que su casa fue incendiada y no quedó nada porque los bomberos no pudieron acceder al lugar”, explicó Tojo y agregó que el terreno donde estaba la vivienda fue ocupado por allegados al Coca.