El ex ministro de Economía, Axel Kicillof, calificó hoy como “decepcionante” y “vergonzosa” la oferta realizada por el Gobierno a los fondos buitres para intentar terminar con ese conflicto de larga data y poder salir al mercado a colocar deuda financiera.
Kicillof precisó que la oferta firmada por el presidente Mauricio Macri le otorga a los fondos especulativos una ganancia del 1.200 por ciento por sobre lo que invirtieron para comprar los bonos argentinos después del default y de la reestructuración de la deuda.
“Es un disparate”, criticó el ex funcionario kirchnerista sobre la posibilidad concreta de que el acuerdo se haga realidad y el Gobierno argentino pague unos 6.500 millones de dólares en efectivo, cuando hasta los propios acreedores rebeldes ya habían aceptado en 2014 cobrar con bonos de largo plazo.
El ex ministro defendió la dureza que mantuvo el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con los acreedores al recordar que los mismos nunca le prestaron plata a Argentina sino que compraron los títulos después del default e incluso después de la reestructuración con el propósito de buscar un juez que les dé la razón.
“La sentencia de (Thomas) Griesa cumple ese objetivo y les otorga una ganancia de 1600 por ciento, que con el descuento que ofrece el gobierno de Macri se reduciría a … ¡1200 por ciento! Un disparate”, dijo Kicillof en una columna de opinión firmada este domingo en el diario Página/12.
Entonces, según el ex funcionario, con la propuesta de Macri, los buitres cobrarían 6500 millones cuando apostaron cerca de 500 millones: “Como se ve, no se está pagando por el juicio del siglo sino que el gobierno estaría convalidando la estafa del siglo”, agregó.
Y aclaró que cuando el país estuvo en las peores condiciones, por la presión internacional para que pagara lo que indicaba Griesa, los fondos buitres llevaron una oferta a la mesa que consistía en un descuento del 15% y cobrar en bonos de largo plazo, no en efectivo.
“Ante la firme postura de nuestro gobierno y más adelante ofrecieron, a través de terceros, un descuento todavía mayor: 30 por ciento y en bonos, es decir, como se dice vulgarmente, en papelitos y no en dólares contantes y sonantes”, dijo Kicillof.
El Gobierno kirchnerista rechazó esa oferta de los buitres porque no admitió el monto reclamado ni la quita y, en segundo lugar, porque si se levanta la ley cerrojo “no sería para nada extraño que en breve aparezcan bonistas (ya reestructurados) que reclamen el mismo tratamiento que recibieron los buitres”.
“Tampoco sería raro que un juez, con mejor criterio que Griesa, reconozca que el tratamiento debe ser equitativo entre los acreedores, multiplicando toda la deuda de Argentina por dos o por tres”, dijo el ex ministro.