Habilidoso en espacios reducidos, con apenas un solo diputado nacional en la comisión bicameral de DNU, Sergio Massa logró centralidad política frente al gobierno de Mauricio Macri. El jefe del Frente Renovador le bloqueó al gobierno la ratificación del Decreto de Necesidad y Urgencia que dejaba sin efecto la restitución a las provincias del 15 por ciento de los fondos de la coparticipación que retiene la Ansés. No alcanzó para calmar a Massa el viaje relámpago que hicieron Rogelio Frigerio y Emilio Monzó a Tigre en la noche del lunes último, casi entrada la madrugada de anteayer, para conseguir el voto clave del massismo en la bicameral del Congreso que ese día pasó a cuarto intermedio hasta hoy.
Massa realizó un movimiento táctico que encolumna detrás de sí el reclamo de los gobernadores peronistas, y también de Cambiemos, a una semana del discurso inaugural de Macri ante la Asamblea Legislativa. El gobierno entró así en estado de alerta. Massa, que en los radares de la Casa Rosada aparecía como un aliado determinante, pivoteó en la comisión bicameral de DNU con los gobernadores del PJ huérfanos de liderazgo desde la caída de Daniel Scioli, definida por el salteño Juan Manuel Urtubey como “la peor derrota histórica del peronismo”.
La urgencia del Poder Ejecutivo Nacional quedó reflejada el lunes por la noche en el viaje que debieron emprender fuera de agenda Frigerio, junto a Monzó, titular de la Cámara de Diputados, a Tigre. Fue una cena reservada donde, woks de pollo mediante, Massa anticipó la posición del Frente Renovador: “La restitución del 15 por ciento es un reclamo legítimo de las provincias y además está respaldada por un fallo de la Corte Suprema. No se trata sólo de derogar el decreto de Cristina de Kirchner que ordena ese pago”. Frigerio y Monzó advirtieron en ese momento el escaso margen político para negociar. Massa ponía las condiciones.
Anteayer, a las 18.30, Frigerio volvió a viajar, esta vez hasta el Senado de la Nación, donde se encontró con Miguel Pichetto en las oficinas de la presidencia del bloque del FpV. También asistió Federico Pinedo. Más temprano, por la mañana, en el Salón Azul del Senado se había reunido la bicameral de DNU, que tiene 16 integrantes. Ocho pertenecen al Frente para la Victoria. La otra mitad se reparte entre seis legisladores de Cambiemos, más Adolfo Rodríguez Saá y el massista Raúl Pérez. En minoría, sin el voto del massismo, el oficialismo postergó el debate para esta tarde a las 18. Ése fue el dead line que otorgó Massa a Frigerio y compañía para elevar de urgencia una propuesta alternativa que atienda las necesidades de los gobernadores de provincias sin desfinanciar a la Ansés. El ex alcalde de Tigre pasó el martes por Rosario, donde se reunió con el gobernador socialista Miguel Lifschitz. Su teléfono celular ardía: recibió llamados incesantes de Frigerio y también de gobernadores peronistas como Urtubey, Sergio Uñac (San Juan), Sergio Casas (La Rioja) y Juan Schiaretti (Córdoba), entre otros. Además, el gobierno nacional le hizo llegar un paper con esquema alternativo de pagos a las provincias para alcanzar, en cuotas, la restitución del 15 por ciento de los fondos coparticipables que hoy retiene la Ansés.
El diputado Pérez, instrumento de Massa para bloquear anteayer el DNU 73/16 de Macri en materia de coparticipación, explicitó la situación: “Nosotros creemos en la buena fe del gobierno de Macri, el problema es que sus buenas intenciones nunca se plasman en los papeles. La reforma del impuesto a las Ganancias es otro buen ejemplo”, explicó el legislador del Frente Renovador.
Antes de la reunión de esta tarde, el gobierno nacional podría emitir un nuevo decreto correctivo. Ya no de necesidad y urgencia, sino reglamentario. El paper en el que trabajaba Frigerio contempla un plan de pago a las provincias para, en el mediano plazo, llegar a la restitución del 15 por ciento que algunos distritos, como Santa Fe, Córdoba y San Luis, ya lograron por la vía judicial en virtud de fallos de la Corte Suprema de la Nación. Además, anteanoche se incluía en ese borrador la convocatoria de un consejo federal de la coparticipación que estaría integrado por los 24 gobernadores de provincias, el Ministerio del Interior y el Congreso. En definitiva, Massa exige a Macri que acepte reactivar el temido CFI, fuente de presión de gobernadores que Néstor Kirchner había logrado congelar.
Massa se convirtió así en algo más que un árbitro del Congreso ante la minoría de Cambiemos en ambas Cámaras. Anteayer impuso condiciones de gobernabilidad y hasta mandó al presidente a hacer los deberes: redactar un nuevo decreto que atienda el reclamo de los gobernadores. Incluso, obligó a Macri a cambiar su agenda y a pronunciarse sobre la polémica desde Corrientes, donde ordenó en público a Frigerio que encuentre “la forma de que se restablezca (el 15 por ciento) en el tiempo y que los primeros efectos se vean en 2016”. El presidente reivindicó la “legitimidad del reclamo” de las provincias, pero pidió a todos los actores “velar por el equilibrio fiscal de la Nación”.