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Agnes Heller o la filosofía como resistencia a la tiranía

La investigadora húngara, sobreviviente del Holocausto, indagó por décadas la ética que permitió la llegada del régimen nazi.

Agnes Heller es una filósofa de origen húngaro que desde hace décadas realiza estudios sobre la dinámica social contemporánea. Su perspectiva ideológica, en principio orientada por el materialismo histórico, ha abordado cuestiones tales como una sociología de la vida cotidiana y la crítica de la modernidad en Occidente.

Alejada de los dogmatismos, es una referente de suma importancia para la teoría social actual. “Además del pensamiento político y social, también se centra en la filosofía hegeliana, la ética, y el existencialismo. El desarrollo de su pensamiento evidencia una atención cuidadosa a los acontecimientos de las últimas décadas y a la vez revela un dinamismo constante de maduración”, dice uno de sus biógrafos.

Esbozo biográfico

Agnes Heller nació en la ciudad de Budapest (Hungría), el 12 de mayo de 1929, en el seno de una familia judía de clase media. Su padre, Pál Heller, cambiaba con mucha frecuencia de actividad laboral. Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), empleó sus habilidades legales y su conocimiento del idioma alemán para ayudar a innumerable cantidad de personas perseguidas por el régimen nazi y sus gobiernos satélites en Europa del Este a reunir la documentación necesaria para emigrar, huyendo del exterminio.

En 1944 el Pál Heller fue uno los 450.000 húngaros judíos deportados hacia el campo de concentración de Auschwitz, donde murió antes del fin de la contienda bélica. Agnes Heller y su madre lograron evitar la deportación, salvando sus vidas por azar.

Acerca de la experiencia del Holocausto provocado por los nazis y la influencia en sus investigaciones filosóficas y sociológicas, la enciclopedia virtual Wikipedia reseña que la propia Heller, entrevistada por Csaba Polony, editora de la publicación Left Curve: la explica: “Mi padre fue asesinado, y también muchos de mis amigos de la infancia. Así que esta experiencia ejerció una influencia inmensa sobre toda mi vida, particularmente sobre mi trabajo. Siempre estaba interesada en la pregunta: ¿Cómo fue posible que pasara esto? ¿Cómo puedo entenderlo? Y esta experiencia del Holocausto estuvo acompañada de otra, la de vivir en un régimen totalitario. Esto despertó preguntas muy similares en mis inquietudes personales y en la investigación mundial. ¿Cómo puede pasar esto? ¿Cómo puede la gente hacer cosas como éstas? Así que tuve que averiguar qué moralidad hay en todo esto, ¿cuál es la naturaleza del bien y el mal, qué puedo hacer respecto al crimen, qué puedo saber sobre las fuentes de la moralidad y del mal? Este fue el primer interrogante. El otro interrogante fue una pregunta de corte social: ¿Qué tipo de mundo puede producir esto? ¿Qué tipo de mundo permite que estas cosas pasen? ¿Qué es la modernidad? ¿Podemos esperar redención? ”.

Estudios y actividad intelectual

En 1947 Heller comenzó sus estudios de física y química en la Universidad de Budapest.

Ese mismo año cambió su orientación e inquietudes de las ciencias naturales por la filosofía. Su pareja de entonces le hablaba con insistencia sobre las clases que dictaba el filósofo marxista György Lukács sobre las intersecciones de la filosofía y la cultura. En esa época los conocimientos de Heller sobre filosofía eran muy rudimentarios.

“De inmediato –dice otro biógrafo– se sintió atraída por la manera en que los tópicos que escuchaba expuestos en las clases de filosofía a que asistía coincidían con sus preocupaciones e intereses sobre cómo vivir en el mundo moderno, especialmente después de la experiencia de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. Enfrentando la decisión existencial entre marxismo y sionismo, Heller eligió el marxismo y decidió no emigrar a Israel”. Así, Heller se unió al Partido Comunista de Hungría, pero se alejó años después por disidencias.

“Revolución de la vida cotidiana”, el libro de Agnes Heller, lleva como subtítulo “Por una transformación radical de la vida cotidiana”. En este volumen se reúnen una serie de ensayos que abordan problemáticas tales como incitaciones teóricas y prácticas que acucian a las mujeres y hombres contemporáneos: la opción del humanismo socialista que sitúa en la filosofía radical y vertebra su exigencia de una transformación radical de la vida cotidiana, su empeño por establecer las bases de un pensamiento antropológico  ajeno a cualquier naturalismo de método o de supuestos.

Algunos de los trabajos recopilados son: “La teoría marxista y la revolución de la vida cotidiana”, “Estructura familiar y comunismo”, “El futuro de las relaciones entre los sexos”, “El ideal del trabajo desde la óptica de la vida cotidiana”, “Movimiento Radical y Utopía Radical”. Heller se ubica en la corriente filosófica denominada en los años 60 como “Nueva Izquierda”.

Crítica de la Ilustración

Un analista de la obra de Heller señala que “Crítica de la Ilustración está formado por doce ensayos cuyo común denominador es una idéntica intencionalidad teórica: la apropiación crítica del pensamiento que apostó por el progreso en los umbrales de la modernidad, por una parte, y la persistencia de del proyecto ilustrado en la reflexión contemporánea, por otra.

A través del análisis de autores representativos, desde Karl Marx a Jürgen Habermas,  Heller define las características del pensamiento ilustrado en el momento de consolidación del mundo burgués contemporáneo. Recurre principalmente a la obras de Ludwig Feuerbach y Lukács, filósofos que han influido fuertemente en su formación intelectual e ideológica”.

Obras

Entre los trabajos de Agnes Heller es posible mencionar los siguientes: “Historia y vida cotidiana: aportación a la sociología socialista”  (1972), “Hipótesis para una teoría marxista de los valores” (1974), “Sociología de la vida cotidiana”, (1977), “Teoría de las necesidades en Marx” (1978), “El hombre del renacimiento” (1980), “Por una filosofía radical (1980)”, “Instinto, agresividad y carácter: introducción a una antropología social marxista” (1980), “Teoría de la historia” (1982), “Aristóteles y el mundo antiguo” (1983).

“Análisis de la Revolución húngara” (coautoría con Ferenc Fehér) (1983), “Anatomía de la izquierda occidental” (coautoría con Ferenc Fehér) (1985), y “Políticas de la posmodernidad: ensayos de crítica cultural”, en coautoría con Ferenc Fehér (1989).

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