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Se renovó la tensión en Diputados por los despachos

El titular de la Cámara, Emilio Monzó, instó al FpV a desalojar las oficinas que ocupan Máximo Kirchner, Héctor Recalde y Teresa García. Les dio hasta el lunes para hacer efectiva la medida.

En nuevo escenario en el Congreso se avecina como un «superclásico» entre el oficialismo de Cambiemos y la oposición encarnada por el Frente para la Victoria. Y esa puja no se limita a cuestiones legislativas, como proyectos y distribuciones de las autoridades, sino también al reparto de los despachos.

El puntapié inicial del conflicto fue la oficina que ocupa Máximo Kirchner. El FpV forzó la ocupación del despacho, pero ahora el presidente de la Cámara, el macrista Monzó, ordenó reasignarlo, al igual que los que ocupan Carlos Kunkel (jefe de bloque) y Teresa García (secretaria parlamentaria).

En la antesala del inicio de las sesiones ordinarias, Monzó resolvió desalojar del tercer piso del Congreso a los tres diputados kirchneristas de sus despachos, decisión que les comunicó a través de una carta firmada por el secretario general de la Cámara, Guillermo Bardón. También dispuso que el FpV libere la Sala de la Juventud Néstor Kirchner, lugar habitual de reunión de los legisladores de La Cámpora.

«Me dirijo a usted muy respetuosamente a fin de solicitarle tenga a bien disponer la entrega en el plazo de 72 horas de las llaves de los espacios físicos que se detallan a continuación», dice la nota que recibió Recalde ayer, con la enumeración de los despachos a desalojar.

Desde el regreso de la democracia, el PJ tiene el control del tercer piso. De hecho, la intención de Monzó no parece ser la de desplazar al justicialismo de ese lugar, ya que a muchos peronistas se les respetó el lugar.

Al respecto, Recalde expresó en declaraciones a radio Millenium: «Nosotros no vamos a discutir por un metro cuadrado más o menos. Esta fue una inusitada resolución que nos notificaron ayer, intimándonos en un plazo de 72 horas a entregar prácticamente la mitad de los despachos que tenemos. No vamos a discutir eso. ¿Usted cree que Julián Domínguez habría tomado una resolución de este tipo sin consultarlo con Cristina? No creo que sea de Monzó. Creo que es de Macri».

«Con las autoridades de la Cámara, después de un tiempo de no vernos por el tema del Consejo de la Magistratura, hicimos borrón y cuenta nueva, y veníamos negociando no solo despachos sino comisiones y otros temas. La síntesis que planteé yo en estas reuniones que tuvimos hasta anteayer fue: ‘diferencias políticas e ideológicas, pero cordialidad administrativa’. Ahora nos sorprendieron con esto. La verdad es que fue un cambio tan abrupto que me cuesta pensar que haya sido idea del presidente de la Cámara, para mí fue una resolución que vino de la Presidencia de la Nación», acusó.

Asimismo, aseguró: «El despacho de Máximo Kirchner, si se ve la guía oficial elaborada por la Presidencia de la Cámara, está asignado a él. Máximo dijo ‘me hubieran avisado que lo querían y no habría habido problema’. Pero pusieron una faja de clausura, siquiera hubo una resolución como la que nos notificaron ayer».

«Es un problema menor que se convirtió en un problema grave porque es una especie de provocación. Y les quiero decir: si creen que nos van a provocar para que no vayamos a la Asamblea Legislativa del primero de marzo, se equivocan. Nunca se planteó no ir. No fuimos cuando por una disposición absolutamente inconstitucional se le recortó el mandato a la presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner, entonces en solidaridad no bajamos al recinto. Ahora no pasa nada de eso, más allá de esta provocación para que no bajemos. Nosotros no nos medimos por centimetraje de construcción, nos medimos por principios y por militancia», concluyó.

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