La canciller, Susana Malcorra, y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, rechazaron ayer las críticas por el escaso tiempo que duró el encuentro en Roma entre el papa Francisco y el presidente Mauricio Macri, y descartaron que el jefe de la Iglesia católica tenga un “prejuicio ideológico” contra el líder del PRO.
La ministra de Relaciones Exteriores y Culto desestimó que Jorge Mario Bergoglio tenga “un prejuicio ideológico” hacia el mandatario argentino, y aseguró que en el transcurso de la entrevista Macri y Francisco “dialogaron mucho del terrorismo, del narcotráfico, de la pobreza, de la inequidad y también hablaron mucho de la unidad de los argentinos”.
“Lo que quedó claro es que el papa Francisco tiene interés de venir, pero dijo claramente que su agenda no se lo permitía este año”, aseveró en declaraciones a radio La Red.
En tanto, Peña indicó que Francisco “no es ni kirchnerista ni de Cambiemos” y que “no es más amigo de uno o de otro” (en referencia al kirchnerismo y al macrismo).
“El Papa no es un dirigente político argentino. Tenemos que entender eso. No es ni kirchnerista ni de Cambiemos. No es más amigo de uno o de otro. Es el Papa. Su misión excede ampliamente las divisiones de la política argentina”, afirmó el funcionario en un mensaje que publicó en Facebook.
Las declaraciones de estos dos encumbrados funcionarios del gobierno nacional se producen en medio de las fuertes repercusiones que generó la reunión de Macri con Bergoglio, y que a diferencia de las audiencias con Cristina Kirchner en los años previos, no se apartó de lo protocolar.
Muchos analistas remarcaron la “frialdad” del Papa hacia Mauricio Macri, no solamente por la exigua duración de la entrevista, sino además por la interpretación del “lenguaje no verbal” de Francisco.
Un aspecto que genera recelo en la Casa Rosada es el trato que el pontífice le dispensa a la líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala, a quien le hizo llegar un rosario bendecido tras su detención.
“Empodera a violentos”
A su turno, la aliada de Macri en Cambiemos Elisa Carrió se apartó de las interpretaciones del gobierno y cargó con dureza contra el papa Francisco, de quien señaló que el gesto que tuvo con la dirigente kircnherista Sala “no ayuda” a pacificar el país.
“Macri quiere pacificar el país, de ahí que no habla de la herencia recibida. No quiere enfrentamientos. Y la verdad es que Bergoglio no ayuda. Empodera a violentos”, aseveró la líder de la Coalición Cívica en declaraciones a un matutino porteño.
Además, Carrió afirmó que si estuviera en el lugar de Macri, ella no visitaría al Papa, y afirmó que el pontífice “hace muy bien el juego de fotos y tiene un doble discurso respecto de la Argentina”, porque a su criterio “se rodea de personajes menores y le gusta el chisme político”.
Urtubey, otra mirada
En tanto, el gobernador de Salta, el peronista Juan Manuel Urtubey, rechazó los dichos de la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, y afirmó que no ve al jefe de la Iglesia católica “metiéndose” en las disputas partidarias de la Argentina.
“No lo veo al Papa metiéndose en la política doméstica”, declaró Urtubey en diálogo con radio Mitre.
De esa manera, el mandatario salteño, que participó junto al presidente Mauricio Macri de la visita oficial al Vaticano, se deslindó de las expresiones de Carrió y desestimó las interpretaciones políticas sobre el rosario bendecido que Francisco le hizo llegar a Sala, detenida sin condena por la Justicia jujeña desde hace alrededor de 45 días por presunta asociación ilícita, defraudación al Estado y extorsión.
“No hay que asignar significado político al rosario del Papa a Milagro Sala”, analizó.
Para Urtubey, “lo del rosario fue una cosa mecánica” y recordó que “cuando Juan Pablo II fue a visitar a un terrorista que quiso matarlo le regaló un rosario”.
Tras la comparación de la líder de la Tupac Amaru con un “terrorista”, el líder del flamante espacio Justicialista (desprendimiento del Frente para la Victoria) calificó a Sala como un “personaje” que hizo “barbaridades”, y con la que tuvo “diferencias muy duras”.
“Tengo un entrañable amor por Jujuy y he sufrido como propio lo que le tocó vivir con Milagro Sala”, admitió el salteño.
“He tenido diferencias muy duras con este personaje. Hizo barbaridades esta mujer. Pero no corresponde asignarle un contenido político a que el Papa le haya enviado un rosario. Es una acción casi mecánica”, insistió.
Sobre el contenido de la reunión que el Papa sostuvo con Macri y la delegación argentina, relató que el jefe de la Iglesia católica “hizo una apelación a la unión de los argentinos”.
“Yo valoro del gobierno que estemos poniendo énfasis en lo que nos une. Hoy la Argentina nos pide esto y es lo mismo que nos pidió el Papa”, finalizó.