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“Me gusta mostrar de dónde vengo”

Lurrie Bell, guitarrista de blues oriundo de Chicago, habla del género. Desde las 20, en el Vorterix, junto a La Missisipi y Bonzo Morelli.

Esta noche desde las 20, en el teatro Vorterix (Salta y Cafferata), se llevará a cabo el cierre del Festival de Blues de la ciudad que ya contó con varias fechas. En esta ocasión, se presentará el guitarrista de Chicago Lurrie Bell, quien resultó ganador del Grammy Blues Award a la mejor canción de blues incluida en su disco Blues in My Soul. Será el broche de oro para una noche en la que también estarán presentes otros dos números fuertes: La Mississippi, que viene de editar el año anterior su disco Inoxidables del rock argentino, que incluye una selección de temas emblemáticos de bandas como Vox Dei, Manal, Pescado Rabioso y Sumo entre otros. Integrado por Ricardo Tapia en voz, guitarra dobro y guitarra eléctrica, armónica y flauta traversa; Juan Carlos Tordó en batería; Gustavo Ginoi en guitarra eléctrica y coros; Claudio Cannavo en bajo y coros, y Gastón Picazo en teclados y acordeón, La Mississippi es una de las formaciones señeras del blues argentino, reconocida además en no pocos escenarios latinoamericanos. En lo que respecta al crédito local, también hará de las suyas el cantante y guitarrista Bonzo Morelli, quien lleva más de tres décadas de carrera durante las cuales compartió escenarios con la mayoría de los exponentes del rock y el blues nacional. Esta vez, Bonzo estará acompañado de Pupe Barberis en batería, Tincho Valci en bajo y Lucas Russo en los teclados.

Maestro del blues

Nacido en 1958, e hijo del famoso armonicista Carey Bell, Lurrie Bell se crió en Chicago y de a poco se fue convirtiendo en un maestro del blues y se siente orgulloso de ser parte de su herencia. Bell fue votado como el guitarrista más destacado por la revista Guitar Player, en 2007, y fue nominado en el mismo año por la Blues Music Award Fundation como el mejor guitarrista de blues. En 1977, a los 17 años, Bell fue miembro fundador de The Sons of Blues de Chicago junto a otros jóvenes músicos como Freddy Dixon (hijo de Willie Dixon) y Billy Branch. Ese año, en el Festival de Jazz de Berlín, se presentan como la nueva generación del blues de Chicago. A los 20 años, Bell se unió a la llamada Reina del Blues, Koko Taylor, con quien salió por primera vez de gira recorriendo Europa y África. Luego Bell colaboró con su padre como miembro de Carey Bell’s Blues Harp Band. Durante 2002 editó el disco Cuttin’ Heads,  y en 2004 grabó en dúo con su padre, Carey Bell, trabajo que fue nominado como mejor álbum acústico por la Blues Fundation de Memphis.

A continuación el blusero de Chicago hace algunas apreciaciones sobre el género, su trayectoria y el lugar que ocupa luego de un mayor reconocimiento. “Puedo hablar de Chicago, sobre todo, y digo que es la capital del blues del mundo, ya que buena parte de los mejores bluseros proceden de allí. No hay lugar en el mundo que tenga más blues que Chicago”.

El guitarrista tocó con varios grandes, una de ellas fue la cantante Koko Taylor. En relación con su experiencia como miembro de su banda, cuenta: “Fue algo muy gratificante haber sido convocado por Koko Taylor; yo tenía 17 años y estaba dando mis primeros pasos como guitarrista profesional en Chicago. Recuerdo que fue mi primer tour internacional y no podía creer cuando al poco tiempo fuimos a Europa y África. Haber tocado en África fue muy importante para mí. Koko Taylor me ayudó mucho en mi carrera profesional”.

Sobre si a partir de su experiencia es posible todavía encontrar aristas desconocidas en la práctica del género, Bell señala: “Por supuesto que sí, hay muchos artistas de primer nivel que aún no son conocidos, en Chicago tenemos muchos. Espero que puedan encontrar el camino correcto para llegar más alto”.

Al parecer, a Bell le agrada mucho tocar en vivo. “Siempre es lindo tocar en vivo, ningún show es igual a otro, las sensaciones son distintas, el público es diferente, nunca se sabe qué puede pasar. Me gusta mucho mostrar de dónde vengo, mi música, difundir el blues en todos lados”.

Según expresa, la experiencia de tocar en una banda liderada por su padre lo marcó y fue fuente de aprendizaje. “Mi padre fue uno de los músicos más extraordinarios que conocí, para mí fue un placer y aprendí mucho de tocar tantos años junto a él. Realmente lo extraño mucho, siempre pienso que él está en el cielo apoyándome cuando salgo a tocar”.

Sobre si hubo algo que cambió en su carrera a partir de recibir el Grammy Blues Award por su disco Blues in My Soul, el guitarrista confesó que “fue importante haber ganado ese premio, tuve más entrevistas y me invitaron a tocar más en otros países y festivales alrededor del mundo. Siempre es importante un premio, te da más estatus dentro del género”.

Acerca de qué bluseros estadounidenses rescata y de quiénes aprendió, Bell apunta: “Tengo muchos de los que aprendí, en primer lugar mi padre, Carey Bell, pero como yo toco la guitarra puedo nombrar a mis grandes influencias, que son los tres King –B.B. King, Albert King y Freddie King–, y por supuesto Muddy Waters”.

Evidentemente hay un blusero y rockero argentino que traspasó fronteras. Bell lo refiere así: “Hubo un gran blusero argentino, Pappo, un gran guitarrista que era muy amigo de B.B. King, es una gran pérdida que ya no esté entre nosotros”.

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