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La última colonia africana

Mohamed Salem Bachir, delegado de Sahara Occidental en la Argentina, visitó Rosario, donde cuestionó la ocupación marroquí.

La República Árabe Saharaui Democrática (RASD), también conocida como Sahara Occidental, sufre el último caso de colonialismo en África, con una ocupación ilegal de parte de su territorio a manos de Marruecos, que lleva adelante distintas violaciones a los derechos humanos y controla militarmente un muro, que tiene dividido al país. Se trata de un territorio de 266 mil km. cuadrados, cerca de la décima parte de la Argentina, cuya población es de 549 mil habitantes.

El representante en la Argentina de Sahara Occidental y del Frente Polisario –que controla la parte del país africano no ocupada por Marruecos– Mohamed Salem Bachir visitó Rosario el miércoles pasado, a donde llegó por iniciativa del profesor Néstor Antonio Suleiman, secretario general de la Federación Nacional de Entidades Argentino Árabes (Fearab), y compartió dos actos sobre la guerra de Malvinas en el museo de la Memoria, acompañando a alumnos de las EEMPA de los colegios Brigadier General Juan  Manuel de Rosas y República de Irak.

Es que la causa saharaui y el reclamo argentino por la soberanía del archipiélago tienen varios puntos en común. Ambos están inscriptos en la cuarta comisión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como territorios pendientes de descolonización.

Según contó Bachir en diálogo con El Ciudadano, la diferencia pasa porque la ONU todavía considera a España como potencia administradora de Sahara Occidental y a la monarquía marroquí como ocupante ilegal.

Sin embargo, España abandonó estas tierras ubicadas al noroeste de África luego del Acuerdo de Madrid, el 14 de noviembre de 1975, en las postrimerías de la dictadura de Francisco Franco. “Este tristemente célebre acuerdo fue firmado por la España franquista, Marruecos y Mauritania contra la voluntad del pueblo saharaui. Se realizó en plena Guerra Fría y fue orquestado internacionalmente por (el ex secretario de Estado de Estados Unidos) Henry Kissinger”, recordó el delegado de Sahara Occidental.

Pero el 17 de febrero de 1976, Mauritania cambió radicalmente su postura y reconoció a la República Saharaui ante la ONU.

A partir de ese momento, Marruecos quedó como única potencia ocupante y llevó adelante un plan de exterminio. Según Bachir, actualmente hay más de 660 desaparecidos saharauis en la zona ocupada por Marruecos, separada del territorio controlado por el Frente Polisario por un muro de 2.720 kilómetros, controlado por la monarquía de Mohamed VI.

Esa pared dividió familias que nunca más volvieron a verse. Además, es el muro más minado del mundo, con unas 7 millones de minas.

“El pueblo saharaui resistió el genocidio hasta el 29 de abril de 1991, cuando el Consejo de Seguridad de la ONU consiguió un plan de paz. Si bien fue firmado por las dos partes del conflicto, hasta el día de la fecha Marruecos no lo respeta”, lamentó el delegado en la Argentina, quien señaló que actualmente el gobierno marroquí lleva adelante constantes bombardeos contra la población civil.

Apoyo regional

Marruecos es el único país africano que está afuera de la Unión Africana (UA). Liderado por Sudáfrica, este organismo lleva adelante una campaña internacional para hacer llegar al mundo la postura africana en defensa de la causa saharaui.

En marzo de 2016, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, visitó Sahara Occidental, pero Marruecos no dejó que acceda a la zona que ocupa. “Esto es una rebelión contra la comunidad internacional por parte de Marruecos. Además, la monarquía expulsó a 84 componentes de la misión de paz, es una irresponsabilidad”, manifestó el delegado saharaui.

Según aseguró Bachir, Sahara Occidental cuenta con vastos recursos naturales en petróleo y pesca. Esa es la razón por la que Marruecos se resiste a abandonar el territorio. “El objetivo de la ocupación es el saqueo de las riquezas saharauis”, se quejó.

Deuda argentina

Pese a la similitud del caso con la ocupación británica en Malvinas, argentina tuvo siempre una posición neutral, excepto durante el gobierno del presidente Raúl Alfonsín, cuando el padre de la democracia reconoció a la RASD.

“Ser neutral en un caso de injusticia es alinearse al opresor. A pesar de ello, contamos con una enorme solidaridad del pueblo argentino y de organizaciones de derechos humanos como las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo”, consideró Bachir. Y cerró: “Tenemos la confianza de que la nueva canciller de Argentina (la rosarina Susana Malcorra) nos ayudará. Cuando estaba en la ONU visitó Sahara Occidental y dijo que llevaba la causa saharaui en su corazón”.

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