Esta tarde el plantel de Rosario Central comenzará a transitar la semana que desembocará en el Clásico ante Newell’s, a disputarse el próximo domingo en el Coloso.
Para afrontar ese compromiso, Eduardo Coudet sabe que no podrá utilizar a Javier Pinola, quien todavía debe una fecha de suspensión tras su expulsión ante Vélez. Pero, como contrapartida, el Chacho dispondrá del resto de los jugadores del plantel, ya que todos cuentan con el alta médica.
Más allá del okey médico, lógicamente, el DT tendrá que evaluar cómo llegan al fin de semana los futbolistas que se recuperaron de distintos problemas físicos, y arrastran cierta inactividad. En este sentido, el caso emblemático es el de Marcelo Larrondo, quien podría regresar al equipo después de que le practicaran una artroscopía en la rodilla derecha hace más de un mes.
De todos modos, si no surgen bajas durante la semana, el equipo para visitar a los rojinegros no debería ser muy diferente al que protagonizó desde el minuto inicial el cotejo del último domingo ante San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro.
Larrondo ¿al banco?
Marcelo Larrondo fue sometido a una artroscopía de rodilla derecha por un problema en el menisco externo de esa articulación. La intervención se llevó a cabo el 17 de marzo pasado, y José Luis Aparicio, uno de los médicos que dirigió la operación, anticipó que la rehabilitación del delantero demandaría no menos de 30 días.
Con la fecha cumplida el jueves de la semana pasada, Larrondo avanza con la última etapa de la recuperación, que incluye trabajos en el campo de juego. El mal tiempo que castiga la zona en los últimos días atentó contra la puesta a punto del delantero mendocino, que ya se perdió los últimos 7 encuentros del Canalla, 4 por el torneo local y 3 por la Copa Libertadores.
Larrondo, ¿tiene chances de ser titular el domingo ante Newell’s? En principio, es muy difícil. Y el concepto va más allá del alta médica que recibió el jugador en estos días. La última vez en cancha del atacante fue el 13 de marzo pasado, en la derrota ante Patronato como visitante (0-1). Desde entonces, hasta el próximo domingo, habrán transcurrido 42 días, un período de tiempo bastante prolongado como para que Coudet decida correr el riesgo de apostar con Larrondo desde el minuto inicial.
Así, en caso de que el delantero avance con firmeza en la puesta a punto, es factible que integre el banco en el juego de domingo.
El probable equipo
Como la semana de trabajo comienza esta tarde en el country de Arroyo Seco, todavía no hay pistas concretas sobre el once titular para visitar a Newell’s. Pero, considerando que la molestia física que padeció José Luis Fernández no sería de relevancia, la formación inicial ante los rojinegros no debería diferir demasiado de los que protagonizaron el duelo del domingo ante el Ciclón. En especial, después del muy buen primer tiempo que realizó el Canalla en el Nuevo Gasómetro.
En cuanto a los nombres, habrá que ver cómo es la vuelta a los entrenamientos de Fernández y de Cristian Villagra, otro que pagó precio a la inactividad. El lateral, que volvió al equipo tras 40 días de ausencia, no pudo completar los 90 minutos. Claramente fatigado, Coudet sustituyó a Villagra cuando aún quedaba un cuarto de hora por jugar.
Mientras que Pablo Álvarez, que jugó con una infiltración por la lesión que padece en la parrilla costal derecha, terminó el partido sin inconvenientes. Por lo que no tendría problemas para seguir en el equipo cubriendo la baja del suspendido Pinola.
¿Y el sistema táctico? Tampoco hay muchas alternativas. El 4-1-4-1 empleado con ante Nacional en Montevideo y en el primer tiempo ante el Ciclón, asoma como la opción más potable. Pero no hay que descartar el 4-3-1-2 que Central utilizó en la mayor parte de los encuentros de la temporada. Para este sistema, con dos delanteros, el Chacho tendría que incluir desde el inicio a Germán Herrera, que ante San Lorenzo ingresó en el entretiempo. O ubicar a Franco Cervi más de punta.
Dos caídas, margen cero (Por Guillermo Ferretti)
Por primera vez en su ciclo como técnico auriazul, a Eduardo Coudet le tocó perder dos partidos consecutivos por el torneo. Y este segundo tropezón llegó en un momento que, por varias razones, puede calificarse como clave. Primero, porque fue ante un rival directo como San Lorenzo. Pero también, porque se dio en la antesala del Clásico y, a la vez, en la recta final por la clasificación para la final del campeonato.
El triunfo obtenido días atrás ante Nacional en Montevideo, que le permitió a Central ser primero en el grupo y asegurar el boleto a octavos en la Copa Libertadores, no alcanzó más que para maquillar, en parte, estas caídas en el torneo local. No hubo envión anímico, y el margen en la competencia de cabotaje se redujo a la mínima expresión.
Ahora, el interrogante basal pasa por saber cómo reaccionará el equipo en la adversidad, un escenario poco conocido por un grupo acostumbrado antes a obtener buenos resultados que a recolectar derrotas.
Y la situación se genera en la previa al Clásico, y también al cotejo de ida por los octavos de la Copa, que se jugará a mediados de la semana entrante y aún no tiene rival definido.
Acomodar el equipo para mantener las expectativas de pelea en los dos frentes representa un nuevo desafío para el Chacho. ¿Podrá sostener los objetivos hasta el final? En las próximas dos semanas se conocerá la respuesta.