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Día Clásico

Con distintas realidades, Newell’s y Central se vuelven a enfrentar

Los equipos se ven las caras otra vez, a 70 días del primer enfrentamiento por el campeonato de Transición 2016. Desde las 14 en el Coloso del Parque.


Inédito escenario para el Clásico de Rosario. En este torneo de Transición 2016 que convoca a 30 equipos, herencia de los últimos actos del grondonismo en la AFA, Newell’s y Central vuelven a enfrentarse después de poco más de dos meses. Exactamente a 70 días de aquella inobjetable victoria por 2-0 del Canalla en Arroyito, que le costó el puesto a Lucas Bernardi como DT de la Lepra. Ahora llega el turno de jugar en el Parque, desde las 14 bajo el arbitraje de Fernando Rapallini, en un encuentro válido por la 12ª fecha, que irá televisado por la señal América.

Por más que el Clásico muestre una tendencia netamente favorable a Central en los últimos años, cada partido ofrece una historia distinta. O al menos particularidades. En un semestre de movida proselitista, Newell’s llega aturdido por otra mala campaña, que lo ubica en los últimos puestos de la Zona 2. Ni siquiera la victoria del sábado pasado ante Huracán -después de 7 fechas sin alegrías- alcanzó para descomprimir la presión que ejercen los hinchas por ganarle al acérrimo rival. A los leprosos no les interesa otra cosa que amargar al equipo de Coudet. En la fecha anterior daba lo mismo perder con el Globo o ganarle al Barcelona de Messi. El objetivo ya estaba puesto en Central.

Y esa presión, que algunas veces se manifiesta nocivamente a través de mensajes intimidatorios, deberá absorber Newell’s para convertirlo en la intensidad que tanto promueve Diego Osella para bloquear los aceitados circuitos ofensivos de Central e ir en búsqueda de un resultado desahogable.

Para no dejar pasar el tren de la pelea por el título, Coudet sabe que debe irse otra vez vencedor del Coloso. La obligación de Central para no perderle pisada a los punteros San Lorenzo y Godoy Cruz, versus la urgencia de Newell’s por salvar el honor de una rivalidad en el Clásico que viene siendo nefasta en los últimos años. Un eventual empate tendría el sabor de un insípido mate cocido. Ganar y vivir, para ambos.

A Osella le costó unas cuantas fechas encontrar solidez en el bloque defensivo. Y ahora que parece haberlo conseguido, dejó flotando la disyuntiva táctica entre incluir otro volante (Mancini) o mantener al tercer delantero (Fertoli en lugar de Tevez). Por su parte, Coudet estaría dispuesto a meter tres variantes: Cetto debuta en el torneo en reemplazo de Álvarez, mientras que Colman y Aguirre entrarían por Montoya y José Luis Fernández.

Reconciliación o divorcio (Por Mariano Faurlin)

Newell’s tiene ante sí la chance de sepultar (o al menos maquillar un poco) todo lo malo que le ha pasado en este último tiempo, de lo que ha sido principal responsable, dicho sea de paso. A veces el Clásico te salva. Y la Lepra busca aferrarse a esa oportunidad en un semestre tan malo como los anteriores.

Una de las tantas frases que gira en torno a este partido es que no importa demasiado cómo llegue cada uno. Que al ser un partido de alta carga emotiva, el presente futbolístico queda un poco de lado porque priman el orgullo y el amor propio. Newell’s deberá entonces darle entidad a esa presunción, cosa que en los últimos clásicos no hizo. Ni siquiera emparejó las cosas desde lo actitudinal, salvo el 0-0 con Lucas Bernardi en Arroyito.

Los jugadores saben que con la gente no hay margen: el Clásico fomentará la reconciliación o acelerará un divorcio que ya está encaminado. Y que, justamente, se inició tras las últimas derrotas ante el rival de siempre. Un proceso plagado de desilusiones para el hincha, que ha reclamado hasta el hartazgo que el equipo muestre otra cosa.

La importancia que el Clásico tiene en la ciudad es más que conocida. La historia de este partido tiene ejemplos de sobra. Un gol te eleva a la condición de ídolo eterno; una derrota te condena al infierno futbolero.

Newell’s puede recomponer en tan solo 90 minutos la relación con su gente, que ha decidido darle una nueva oportunidad y que espera no volver a ser defraudada. Pero la deuda es también consigo mismo. Porque el plantel también ha sufrido demasiado en este tiempo y tiene ganas de ponerse de pie.

Para rubricar la escritura (Por Enrique Genovar)

Central está ante la gran oportunidad de revalidar su título. El título de equipo ganador de Clásicos y así rubricar la escritura como dueño de la ciudad. El Canalla ya demostró que sabe cómo ganarlo y el hecho de que los protagonistas casi sean los mismos que se enfrentaron en febrero, en la previa, le da una ventaja. Es por eso que esta tarde no deberá apartarse del libreto que viene llevando a cabo y el que terminó de rubricar en el duelo de la segunda fecha de este torneo.

El equipo del Chacho deberá tener paciencia al comienzo del encuentro y luego ir por el triunfo. Encima la presión será del local y la misma irá creciendo si es que no abre el marcador.

Paciencia, bien parado en todas las líneas y concentración son los puntos principales del libreto que deberá llevar a cabo Central en el Parque.

Por supuesto que más allá de revalidar el título de equipo ganador de clásicos, hoy pondrá en juego la chance de seguir camino hacia el objetivo de jugar la finalísima por la gloria. Pero este hecho, no menor por cierto, no debe ser un estorbo dentro de los deberes que tendrá que hacer para alzarse nuevamente con la victoria.

Claro que por ser un Clásico y por algunas dudas generadas en las últimas semanas, la empresa no asoma sencilla. Pero este equipo tiene fundamentos concretos como para quedarse nuevamente con el partido de la ciudad.

Un Central descansado, con jugadores que seducen a potencias mundiales, con el mejor centrodelantero del fútbol argentino y más virtudes que defectos, irá hoy a rubricar la escritura de la ciudad y seguir camino hacia horizontes superadores.

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