Un hombre de 66 años quedó tras las rejas luego de admitir el crimen de su hermana. El hecho tuvo lugar en diciembre pasado, cuando la mujer recibió un disparo en el cuello y luego de un mes de agonía falleció sin contar lo sucedido, aunque pudo asentir con la cabeza que el autor del tiro había sido su hermano, con quien convivía en una casa de zona noroeste. Tras el disparo, el acusado intentó simular un robo como móvil del ataque, pero la investigación del fiscal Rafael Coria dejó al descubierto el fratricidio y ayer, en audiencia imputativa, aceptó su responsabilidad. Dijo que accidentalmente se le disparó el arma cuando estaba por limpiarla y entró en shock. La jueza Raquel Cosgaya dispuso preventiva por 60 días en una dependencia con asistencia médica, ya que enfrenta problemas de salud.
Anabella Franco tenía 67 años y vivía con su hermano, su mujer e hijo en González del Solar al 1300 bis. Pasado el mediodía del 3 de diciembre último Anabella recibió un tiro de un calibre menor en el cuello. Su cuñada llamó al Sies y la versión original fue que la víctima llegó a la casa ensangrentada tras sufrir un robo cuando caminaba a un quiosco. Pero Coria dudó de la versión cuando no hubo indicios del asalto: no había testigos, ni manchas de sangre ni vainas servidas en el supuesto lugar del atraco. Entonces comenzó a hurgar en el entorno familiar.
La acusación
De ello surgió que Alcides F., de 66 años, tenía problemas con el alcohol y que solía manipular un arma calibre 22. Muchos de los testimonios recolectados hicieron referencia a esta situación y a la duda sobre la historia del robo. Incluso una declarante refirió que le había preguntado a la víctima si el autor del disparo era Alcides y Anabella asintió con la cabeza. Otro testimonio fue el de una hija de Alcides: le contó a parientes que su padre le había pegado un tiro a la tía y un testigo de identidad reservada sostuvo que llegó a la casa, que Anabella estaba herida y la mujer de Alcides, que estaba alcoholizado y en estado de shock, limpiaba la sangre.
Ante ello el fiscal solicitó el allanamiento a la casa familiar y de una pared se extrajo un proyectil que había quedado incrustado durante una manipulación del arma anterior al hecho, según un testigo. También fue allanada la casa de una vecina, donde se secuestró un arma. Ayer, en audiencia oral, el fiscal le imputó el homicidio agravado por el uso de arma de fuego de su hermana y refirió que su pareja tiene pedido de captura. A su turno, Alcides hizo un silencio y enfatizó: “Yo hice mal en haber mentido, se me escapó el tiro. Tengo un problema en la mano, no sé cómo hice y se me disparó; ella estaba sentada al lado. Me asusté y hasta hoy estoy conmovido. Esa es la verdad, no lo quise hacer, fue accidental”. El imputado dijo que estaba limpiando el arma cuando se le disparó y luego la tiró en un contenedor de basura frente a su casa.
La defensa
Coria pidió prisión preventiva sin plazo para el acusado mientras que el defensor oficial Hernán Soto sostuvo que el hecho encuadra en lesiones graves, ya que no estaba clara la causa de la muerte de la mujer, quien estuvo un mes internada. En su defecto, interpretó homicidio culposo, porque su cliente no tuvo dolo. Además pidió la libertad o subsidiariamente un arresto domiciliario por contar con numerosos problemas de salud. Ante ello, el fiscal refirió que la causa de la muerte fue un deterioro sistémico generado por el disparo y la jueza Cosgaya resolvió admitir la calificación fiscal. A su vez, la magistrada dictó la preventiva por 60 días a cumplirse en un establecimiento con enfermería. También dispuso una revisión médica por el forense para determinar si el imputado está en condiciones de permanecer detenido y, en caso contrario, habilitó la posibilidad de pedir nueva audiencia para discutir este punto.