En su última visita a Rosario, en un show en el Anfiteatro bajo una lluvia torrencial, Andrés Ciro había prometido que, en su próxima visita, tocaría tres horas. El sábado último, en Metropolitano, le cumplió la promesa a sus más de 7 mil fanáticos de todas las edades y procedencias en un show donde repasó sus discos y la historia de Los Piojos. Fue una noche mágica de rock. Las banderas y la pirotecnia en los alrededores del salón, desde temprano, le pusieron el marco ideal a la previa de un show que, en el interior, se desarrolló con total normalidad y donde el público, de todas partes del país (las banderas identificaban a localidades santafesinas, cordobesas, entrerrianas y bonaerenses) volvió a expresar el idilio e incondicionalidad que siente por el ex líder de Los Piojos.
Producto de una demora en los ingresos, la velada comenzó una hora más tarde de lo previsto. Fue a las 22 que Ciro y Los Persas inauguró la noche con un set potente donde sonaron “Banda de garage”, “Barón Rojo” y la celebrada “Pistolas”, a lo que le siguió un bloque de baladas poderosas con los éxitos “Vas a bailar”, “Tal vez” y “Antes y después”, tema con que inicia Espejos, segundo disco de la banda.
Fueron veintiséis los temas que sonaron en una noche que estuvo signada por la potencia y entrega de la banda y la retroalimentación de sus fanáticos que, al igual que los músicos, nunca dejaron de cantar. Renglón aparte para el dominio escénico que Andrés Ciro le imprime a sus shows donde, incluso frente a temas que ya sonaron mil veces, logra asumir en vivo una naturalidad sorprendente que contagia.
Con la sensibilidad a flor de piel que lo caracteriza, el líder agradeció cada muestra de afecto cantando al borde del escenario e incluso descendió para saludar a la gente.
Es cierto que esta vez estuvo mucho menos dialoguista con su público que otros años pero eso no restó proximidad y, al igual que en 2014, con la balada “Mírenla”, bajó para dar la vuelta al perímetro del escenario cantando, actitud aplaudida por todos para, más tarde, arremeter con “Como Alí” que puso a bailar a las 7 mil almas.
Mixturando sus discos Espejos y 27 con viejos temas de Los Piojos, la banda más federal del rock diagramó un repertorio donde no faltaron clásicos como “Tan solo”, “Fantasma”, “Taxi Boy” y “Farolito”. Ciro no abandonó nunca el escenario pero, a lo largo del show, sólo se pronunció dos veces: la primera para anunciar que, en 2016, comenzarán a grabar un nuevo disco, “que esperamos volver, antes de fin de año, a presentarlo en Rosario”, dijo. Y la segunda, ya despidiéndose, para pronunciarse en solidaridad con los inundados del Litoral por quienes, el miércoles, brindará un recital en el Luna Park para juntar fondos.
“Lo prometido es deuda, les dije la otra vez que iba a tocar tres horas”, cerró Ciro cerca de la 1 de la madrugada de ayer para luego, ya sólo, interpretar en armónica un fragmento del Himno Nacional con el que dijo adiós “hasta pronto”.