Norberto Saúl S., de 62 años y domiciliado en General Lagos, quedó imputado como el conductor que atravesó un piquete en Villa Gobernador Gálvez atropellando y provocándole la muerte al joven Franco David Monzón, quien participaba de la protesta que se había montado en reclamo de justicia por el violento ataque a un remisero.
El hecho, que había conmocionado a la ciudad, ocurrió en la madrugada del pasado viernes 20, y mientras Horacio Colberg aún se debatía entre la vida y la muerte por un balazo en la cabeza, familiares, colegas y vecinos cortaron el acceso a la ciudad. En ese piquete estaba Monzón, de 19 años, quien fue embestido por una camioneta de alta gama que según sus familiares y otros testigos “le pasó por encima y lo dejó tirado”. El muchacho murió a causa de las heridas dos días después –con horas de diferencia con el fallecimiento del remisero– y anteayer, en un allanamiento quedó secuestrado el vehículo y detenido el conductor. Ayer se hizo la audiencia imputativa y Norberto S. quedó acusado de homicidio culposo agravado, un delito excarcelable y se le fijó una fianza de 20 mil pesos para recuperar la libertad.
La Policía encontró al sospechoso en la zona de General Lagos junto a la camioneta que habría estado involucrada en el fatal episodio, a la que se le realizarán distintos peritajes. En tanto, el conductor fue encontrado a partir de descripciones que fueron reconstruyendo testigos y familiares, quienes ayer reclamaban justicia por las dos víctimas fatales: Colberg, por cuya muerte fue detenida una joven pareja –ella de 25 y él de 29, quienes además están sospechados por venta de drogas, en el marco de un entramado en el que habrían asesinado al remisero para silenciarlo–, y Monzón, por cuyo caso fue detenido Norberto S.
El acusado de atropellar al joven, cuya liberación ayer no se había confirmado, una vez que traspusiera las rejas estará obligado a cumplir con una serie de condiciones, como comparecer una vez por semana en la Oficina de Gestión Judicial y no conducir ningún tipo de vehículo.
Con todo, antes de la audiencia imputativa encabezada por el juez Gonzalo López Quintana, el fiscal Walter Jurado tomó declaración a varios testigos del siniestro, mientras en las puertas de Tribunales se habían concentrado familiares y amigos del joven. En la noche de la víspera otra movilización, en Villa Gobernador Gálvez, también había reclamado justicia por las muertes del joven atropellado y el remisero baleado.
“No sólo eso: lo atropelló, lo lastimó todo y lo dejó tirado. Los abogados dicen que lo roza, que mi sobrino se cae y se golpea la cabeza. Pero a mi sobrino la chata lo pisó y lo dejó ahí tirado y se fue. Esa es la justicia que yo reclamo”, dijo la tía del joven y destacó que Monzón “no tenía antecedentes, como se dijo”, que trabajaba vendiendo pan casero y vivía con sus padres, ambos parte de una iglesia evangélica
“Se fue y les dijo que se iba a jugar a la pelota, y cuando fue y vio a los amigos que pedían justicia por el remisero se quedó con ellos”, lamentó la tía.
“Que me ayuden a pedir justicia porque me dicen que se puede ir en libertad… ¿Cómo una persona que atropelló a sangre fría y se fue, que lo atropella tres veces y lo pasa por encima se va? Eso no es de ser humano”, concluyó con inocultable angustia.