La Delegación Rosario de la Policía Federal Argentina (PFA) dio por desbaratada ayer una organización narco con base en la localidad de Pérez tras numerosos allanamientos desarrollados en esa ciudad, en Rosario y en Granadero Baigorria. Según voceros del caso, la llamada Banda de los Pepes, por el nombre de un salón de fiestas propiedad de su cabecilla, obtenía dinero a través del robo de autos y canalizaba los dividendos a través de la comercialización de drogas con modalidad delivery, para luego reinvertir el dinero en sendos negocios ilegales. Tras una investigación de un año, los efectivos federales detuvieron a ocho personas, se incautaron de cuatro autos, tres motos, tres armas, 500 mil pesos en efectivo, tres kilos de cocaína y precursores químicos, entre otros elementos, de acuerdo con la misma versión, la que vinculó este procedimiento con otro desarrollado dos años atrás en la misma zona, que terminó con la detención del sindicado líder, Walter Rivero, a quien se señaló entonces como un lugarteniente de Esteban Alvarado, preso desde agosto de 2012 por robo, desguace y melliceo de vehículos en la zona norte del Gran Buenos Aires y mencionado como socio del empresario Luis Medina, asesinado en diciembre de 2013.
Voceros del caso dijeron que ayer un centenar de efectivos de la sección Delitos Federales y Complejos de la Delegación Rosario de la PFA, con apoyo del Grupo de Operaciones Federales (Geof), desarrolló un operativo denominado Banda de los Pepes, en referencia a un salón de fiestas adjudicado al cabecilla de la organización, cuyo nombre no trascendió, llamado Pepe y ubicado en Larrea al 3900 de Rosario.
Los 14 allanamientos se llevaron adelante en Pérez, Rosario y Granadero Baigorria luego de una investigación de un año bajo el monitoreo del juez federal Marcelo Bailaque y la Fiscalía Federal Nº 1, dijeron fuentes de la causa. Por entonces, la punta del hilo de la pesquisa la dio un hombre al que se detectó comercializando por delivery drogas en la zona oeste de Rosario. Con el correr de los meses, a través de escuchas, se detectó a los proveedores y los demás integrantes de la banda y se determinó que la organización se dedicaba a levantar vehículos en la vía pública y luego los reintroducía en el mercado ilegal por procedimientos como melliceo o desguace; los dividendos los reinvertían en el negocio de las drogas.
Como resultado del operativo, fueron detenidos siete hombres y una mujer, a quienes se les incautó 500 mil pesos en efectivo; cuatro autos (una Jeep Patriot, un Citroen C3, un VW Fox y un Fiat Duna con pedido de secuestro); tres motos (entre ellas una Honda CVR de 600cc, también con pedido de incautación); tres armas cortas (una pistola 22, un revólver del mismo calibre y una 3.80); además de municiones de distintos calibres, agendas, celulares, chips, seis balanzas, bolsas para envoltorios, precursores químicos y alrededor de tres kilos de cocaína. Las fuentes aclararon que la banda no tenía cocina propia sino que compraba el clorhidrato de cocaína y lo estiraba antes de venderlo.