El capitán de Barcelona y la selección argentina, Lionel Messi, llegó ayer a Rosario, procedente de San Juan, a pasar el fin de semana en su ciudad natal, antes de viajar a Madrid, donde debe declarar en un juicio por supuesta evasión fiscal.
Messi llegó a las 17.10 en un vuelo privado, que aterrizó en el aeropuerto Islas Malvinas, acompañado por dos integrantes del cuerpo técnico de la selección argentina: el médico Daniel Martínez y el kinesiólogo Marcelo D’Andrea. Vestido de pantalón, chomba y zapatos negros, el crack rosarino estuvo escoltado por tres custodios.
El rosarino bajó no hizo declaraciones al bajar del avión privado y se dirigió a una camioneta Jeep blanca, donde lo esperaba su esposa, Antonella Rocuzzo, con la que partieron hacia su casa situada en la localidad santafesina de Arroyo Seco.
Messi sufrió en San Juan una contusión en la parrilla costal izquierda, por un traumatismo directo, que lo sacó de la cancha a los 31 minutos del complemento del partido amistoso que la selección argentina le ganó a Honduras, por 1 a 0, en la ciudad de San Juan, preparatorio para la Copa América.
Si bien hubo alerta, al descartarse una lesión ósea la tranquilidad llegó al búnker argentino y ahora habrá que esperar que Lio regrese de su viaje a España donde deberá declarar por un tema fiscal.