Una agitada jornada se vivió ayer en la ciudad producto del paro nacional de la rama de los camioneros que distribuye combustible. Desde bien temprano miles de automovilistas se fueron “agolpando” en las estaciones de servicio ante el temor de quedarse sin combustible, lo que provocó largas colas y algunos inconvenientes en distintos sectores. El apuro por llenar el tanque tuvo su fundamento. Y es que pasado el mediodía gran parte de los negocios se quedaron sin ningún tipo de nafta, lo que llevó a varios propietarios a cerrar sus puertas. La situación recién comenzó a descomprimirse entrada la noche luego de que el gremio que nuclea a los trabajadores decidiera acatar la conciliación obligatoria dispuesta por la administración central.
La ajetreada jornada que vivió este viernes la cuidad comenzó a gestarse con una medida de fuerza iniciada por los camioneros a primera hora del jueves en el marco de la discusión paritaria del sector.
Los trabajadores vienen exigiendo un aumento salarial del 42 por ciento (además de la revisión del impacto del impuesto a las Ganancias en estos salarios), cifra que las cámaras patronales se niegan a entregar (ver página 4).
Así, el paro de los conductores en la rama combustibles trajo problemas en el abastecimiento en todas las estaciones de servicio de Rosario desde las primeras horas de ayer.
Según un relevamiento que realizaron a las 14 las autoridades de la cámara que nuclea a los propietarios de esos locales, el 40 por ciento de los comercios ya se había quedado sin ningún tipo de combustible. Mientras que el resto se vio casi desprovisto de todas sus naftas y contaba apenas con algo de gasoil, que en ciudades como Rosario tiene un menor nivel de consumo y rotación.
El hecho provocó que ya entrada la tarde algunas estaciones optaran directamente por cerrar las puertas al público.
Mientras estuvieron abiertas hubo largas colas desde bien temprano para poder cargar. Eso se vio en un primer momento en los surtidores de la firma estatal YPF, que es la más concurrida y tiene la mayor porción del mercado. Aunque con el correr del día el fenómeno se extendió a todas las petroleras.
“Cuando suceden este tipo de situaciones carga el que necesita y el que no. La gente se pone un poco nerviosa. Está muy susceptible. Pero por suerte no hubo grandes conflictos. Se dio un escenario de ventas extraordinarias que encima llegó justo un viernes a la tarde. Fue todo muy rápido y la verdad es que a nosotros nos agarró desprevenidos”, admitió Marcelo Herrero, el presidente de la cámara que nuclea a los estacioneros rosarinos.
Con todo, ya a las seis de la tarde desde la conducción nacional de Camioneros anunciaron que habían aceptado la conciliación obligatoria dispuesta por el gobierno nacional. La postura fue acatada de inmediato por la filial santafesina, y así la situación se comenzó a descomprimir.
“Con esto en las próximas horas se debería estar normalizando la labor de los compañeros transportistas”, manifestó a esa hora Sergio Aladio, el secretario general del sindicato en la provincia.
Así, se aguardaba que esta madrugada comenzaran a ingresar los primeros camiones a las refinerías de San Lorenzo (en los casos de YPF y OIL, las dos petroleras que cuentan allí con su planta) para, luego, iniciar la distribución del combustible a la estaciones de servicio.
“Si todo transcurre de forma normal la ciudad debería estar mínimamente abastecida este sábado. Eso se ira dando en forma progresiva. Para normalizar la entrega las empresas deberán trabajar un poco más de lo habitual este sábado y domingo. Pero al menos habrá una primera carga que nos permita trabajar. En estas circunstancias lo que se hace es proveer un poco a cada negocio para después empezar a despachar. No todas tendrán el stock completo. Pero algunas petroleras podrán arrancar”, señaló Herrero.
Tras eso, el dirigente admitió que en el interior de la provincia “los lugares más alejados de las grandes ciudades seguramente tendrán más problemas”. “Pero aspiramos a que todo se vaya solucionando”, remató.