Dos supermercadistas chinos denunciaron que anteayer por la tarde fueron contactados e intimidados para entregar dinero a cambio de no ser lastimados. El primer episodio ocurrió en la zona sur cuando un ciudadano oriental de 37 años recibió un llamado extorsivo advirtiéndole que si no pagaba una alta suma de dinero le romperían todo el negocio. Horas más tarde, en zona oeste, otro integrante de esa colectividad, de 45, escuchó cuatro disparos en el portón de su comercio y al asomarse encontró una nota con un mensaje similar que hacía alusión a la “mafia china y argentina”. Con estos dos casos suman al menos siete las víctimas en Rosario, San Lorenzo y Pueblo Esther en 2016. Los investigadores aseguran que son varias las bandas que operan en la zona.
Alrededor de las 19 del sábado, Jian Ch., de 37 años, se presentó en la seccional 5ª como el dueño del supermercado Apolo, ubicado en Italia al 2700 (barrio Hospitales), para denunciar un llamado telefónico en el que un tal Martín, quien se identificó en la comunicación como representante de la “mafia china y argentina”, le exigió una suma alta de dinero bajo amenaza de romperle todo el negocio y efectuarle detonaciones. Horas más tarde, Guo L., de 45, denunció en la seccional 14ª que el frente de su comercio Sol de Granja, ubicado en Montevideo al 5700 (zona oeste), había sido atacado a tiros con el impacto de cuatro plomos. Y agregó que al escuchar las detonaciones se asomó a la vereda y encontró un sobre con una nota escrita en mandarín que tradujo a los uniformados: “Hola amigo, vos si no querés pagar a la mafia china estate seguro que vas a tener muchos problemas. Si vos no querés colaborar estate seguro que mis paisanos te van a matar a vos y a toda tu familia. Y si denunciás a la Policía estoy seguro que morís más rápido. Tu opción es abonar 100 mil pesos por año”.
Viaje oficial a China
Otros cinco casos similares que ocurrieron en 2016 son investigados por la fiscal de la Oficina de Imputados No Individualizados (NN), Verónica Caíni, quien actualmente se encuentra de viaje en China junto con el fiscal regional Jorge Baclini y dos efectivos de la Policía de Investigaciones (PDI) participando de un seminario de cooperación jurídico-policial.
El caso más reciente ocurrió el pasado 4 de junio, cuando Xian Ch. denunció en la seccional 17ª de Fisherton que dos hombres armados habían disparado contra su comercio ubicado en Sarratea al 900 bis provocando la rotura de vidrios, sin causar heridos. Días antes, Chen G., de 26 años y dueño del supermercado céntrico Tres Rosas de San Luis al 2300, denunció en la seccional 2ª haber recibido un llamado en el que le advertían que entregara 80 mil pesos por mes bajo amenaza de ser asesinado.
A partir de investigaciones, los pesquisas advirtieron que las amenazas ya no eran sólo entre integrantes de la comunidad china sino que comenzaron a aparecer ciudadanos argentinos. Así se develó en tres hechos ocurridos en los primeros meses del año en los que fueron detenidas personas de ambas nacionalidades. Uno de ellos tuvo como víctima a Li J., de 30 años y dueño de un súper en la localidad de Pueblo Esther. El comerciante había denunciado la llegada de una nota escrita en mandarín exigiéndole 50 mil dólares a cambio de protección, a la que no hizo caso, y terminó con una granada lacrimógena dentro de su local. Los agresores fueron detenidos al escapar y resultaron ser un villagalvense de 23 años y un rosarino de 57. Un caso similar ocurrió en la ciudad de San Lorenzo con la exigencia de 50 mil dólares a otro comerciante. En esa oportunidad, otro villagalvense de 46 años y un chino de 32 fueron detenidos en un operativo de entrega controlada de dinero. En los primeros días de marzo, una pareja de rosarinos fue detenida con 20 mil pesos dentro de una caja de zapatos luego de cobrar ese dinero en un supermercado de Gandhi al 7200 (barrio Ludueña), donde había dejado una nota escrita en mandarín a través del traductor de Google.