El exsecretario de Obras Públicas, José López, ya se encuentra frente al juez Daniel Rafecas, ante quien deberá declarar en el marco de la causa que lo investiga por enriquecimiento ilícito.
López arribó a los tribunales de Comodoro Py esta mañana, donde en un primer momento se negó a los gritos a declarar ante el juez, y amenzó con autolesionarse.
Escoltado por un fuerte operativo de seguridad, que lo trasladó desde la fiscalía de General Rodríguez, López se mostró en «estado de shock» y hasta pidió cocaína a los efectivos policiales que lo acompañaban.
Si bien su abogada, Fernanda Herrera, señaló ayer que el exsecretario «escuchaba voces» y «alucinaba», los médicos que examinaron a López descartaron un brote psicótico, y afirmaron que estaba en condiciones de declarar.
El médico Patricio Díaz,jefe de Guardia del hospital, señaló a la prensa que el exfuncionario fue sometido a una evaluación clínica y psiquiática cuyos resultados fueron normales, ya que estaba «lúcido y sin inconvenientes, ubicado en tiempo y espacio».
«Se le hicieron los controles clínicos, neurológicos, psiquiátricos, de laboratorio, radiografía y tomografía computada. No aparecía ninguna lesión por lo cual fue externado del hospital. Se fue compensado y con total conocimiento de sus acciones. Para nosotros está apto para declarar, no hay nada que lo impida», indicó Díaz a los periodistas y agregó que sólo se le detectó una «leve alteración de la presión arterial» debido a que «no estaba tomando la medicación».
Poco antes de su traslado, el Juzgado de Rafecas había librado oficios a los distintos registros de la propiedad automotor e inmueble del país para disponer la inhibición general de los bienes atribuidos a López, su esposa Amalia Díaz; y su suegra Lucila Amalia Corvalán de Díaz.
En este marco, Rafecas dispuso una serie de allanamientos simultáneos en las ciudades de Río Gallegos, Calafate, Tigre y la provincia de Tucumán, donde aparecen inmuebles atribuidos al exfuncionario, que estuvieron a cargo de efectivos de la Policía Federal.