Un joven de 27 años fue imputado ayer del ataque a Samuel Q. R., un estudiante de nacionalidad peruana que el domingo pasado recibió un disparo en la cara por un solitario ladrón que ingresó a la residencia donde habita, en la zona de Mendoza al 4600. La víctima se encuentra en estado reservado mientras que el presunto agresor fue detenido cuando un familiar directo del sospechoso se acercó a la Fiscalía e informó que una versión lo ubicaba como protagonista de un hecho de sangre, aunque el sospechoso se despegó en la audiencia del hecho. En los próximos días, tendrá lugar una serie de ruedas de reconocimiento ya que varios habitantes de la pensión lograron ver al atacante y el juez Juan Carlos Curto –a pedido fiscal– dictó la prisión preventiva en su contra hasta fin de mes mientras se llevan a cabo estas medidas probatorias.
Lucas Emanuel R. tenía una orden de captura en su contra porque no había regresado de una salida transitoria.
Contaba con una condena unificada a 10 años y 8 meses que vencía en noviembre de 2017 en la que había sido declarado reincidente por tercera vez. Vive solo en Tupac
Amaru al 6200, donde fue arrestado durante un allanamiento y, según el testimonio de un familiar, tenía un trato distante con su entorno; no estudia ni trabaja.
El muchacho, quien dijo ser vendedor ambulante, fue acusado ayer por el fiscal Rafael
Coria de haber ingresado armado a una residencia estudiantil ubicada en Coolidge al 1200 (Mendoza al 4600) en la noche del domingo 12 de junio. El ladrón aprovechó cuando Samuel, un estudiante de medicina de 19 años, salía del lugar. Lo apuntó con un arma, comenzó a exigirle sus pertenencias y terminó efectuándole un disparo en la cara que ingresó por la mandíbula y se alojó en el cuello, a la altura de la quinta vértebra, según el informe médico.
El proyectil aún se encuentra en el cuerpo de la víctima, quien al cierre de esta edición seguía internada en el Heca en terapia intensiva con pronóstico reservado y asistencia mecánica respiratoria, sostuvo el fiscal.
Varios de los habitantes de la residencia lograron ver al atacante, quien huyó luego de sustraer un celular de última generación y una notebook, aunque la declaración de un familiar del presunto ladrón fue clave para su detención.
El miércoles pasado, una persona vinculada con Lucas R. se acercó a la Fiscalía e informó que el muchacho le contó a otro familiar que le había disparado a alguien y que creía que lo había matado. Ante ello, Coria solicitó una orden de allanamiento para la vivienda del supuesto agresor, donde se logró su detención y se secuestraron nueve cartuchos, dos vainas servidas y una moto.
En su descargo, Lucas R., asistido por el defensor oficial Juan Ignacio Bazet, se desligó del hecho y dijo que ese domingo le comentó a un familiar que había sido testigo de un problema donde habían querido robar y le dispararon a una persona, a lo que agregó que se malinterpretaron sus dichos. El sospechoso, quien quedó imputado de robo calificado, portación y tentativa de homicidio agravado por el uso de arma, afirmó que no hizo nada y al arribo del personal policial pensó que lo buscaban porque no había regresado de una transitoria.
A la vez, dijo no tener reparo en someterse a ruedas de reconocimiento de personas.
Por su parte el fiscal solicitó 15 días de prisión preventiva a los fines de llevar adelante la medida probatoria, mientras que el defensor requirió la libertad de su asistido y subsidiariamente una medida cautelar acotada en el tiempo. Ante ello, el juez Curto avaló el pedido fiscal y dispuso la prisión preventiva del imputado hasta el 30 de junio próximo.
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