Final a la vista. El seleccionado argentino buscará desde las 22 en el NRG de Houston (con arbitraje del paraguayo Enrique Cáceres) ante Estados Unidos acceder a su tercera definición consecutiva, esta vez por la extraordinaria Copa América Centenario. A las ansias de una victoria, al partido que se jugará en Houston se le suma la expectativa de que Lionel Messi se convierta exclusivamente en el máximo goleador de la historia del seleccionado, luego de haber igualado ante Venezuela el récord de 54 conquistas que ostenta Gabriel Batistuta.
Argentina viene de golear 4-1 a Venezuela, que había dado la sorpresa al eliminar a Uruguay, mostrando momentos de muy buen juego y recuperando el poder goleador de Gonzalo Higuaín.
Para este choque de semifinales, Gerardo Martino no podrá contar con el delantero Nicolás Gaitán, suspendido y lesionado, quien había cumplido primero como reemplazante de Lionel Messi y luego de Ángel Di María. Ezequiel Lavezzi y Erik Lamela son las alternativas para ingresar por el ex Boca. Además el Tata deberá definir si Augusto Fernández seguirá en el mediocampo o si entra desde el vamos Lucas Biglia, recuperado de un desgarro.
Estados Unidos, a su vez, tendrá tres bajas importantes por suspensión, en especial el delantero Bobby Wood, por doble amarilla, al igual que Alejandro Bedoya y el volante Jermaine Jones, al ser expulsado en los cuartos ante Ecuador, al que le ganó 2-1. La dirigencia de la US Soccer pidió a las autoridades que revean la aplicación de las tarjetas a Wood y Jones pero en las últimas horas respondió negativamente. Con las ausencias, sobre todo de Wood, los dos hombres principales que le quedan al equipo que dirige el alemán Jürgen Klinsmann son el atacante Clint Dempsey y el volante Michael Bradley.
Messi va por todos los récords
Por Federico Cánepa
“Las estadísticas nunca me importaron. Ahora, cuando Leo me saque el récord… y un poquito me va a doler… Pero no me lo quita cualquiera, no me lo saca un normal, no, me lo saca un marciano. Eso me deja un poco más tranquilo”. Así se refería hace un tiempo atrás quien deja un lugar histórico en el seleccionado nacional luego de catorce años. Es que Gabriel Batistuta ya no está solo como máximo goleador de la historia del seleccionado nacional. Es que Lionel Messi lo alcanzó y tomará la posta. Era cuestión de esperar el momento, y ese día llegó. “Lo empaté, no lo quebré, pero estar junto a Gabriel Batistuta como máximo goleador de la selección, con todo lo que eso significa, para mí es un verdadero orgullo”, dijo tras seguir inscribiendo su nombre con letras de oro en el fútbol mundial, en este caso en la historia del seleccionado nacional.
Desde su debut en el seleccionado y a la par de su irrupción a nivel mundial transformándose como el mejor de la actualidad, y para muchos de todos los tiempos, se sabía que más temprano que tarde el récord anotador con la camiseta albiceleste sería otro de sus registros alcanzados.
Desde aquel primer gol ante Croacia el 1º de marzo de 2006 hasta el partido ante Venezuela pasaron poco más de diez años. En ese tiempo, el rosarino disputó 110 cotejos. Además del conjunto vinotinto, otros veinticinco conjuntos nacionales sufrieron el poder goleador del capitán argentino.
Esta Copa del Centenario ya es especial para él por el registro alcanzado y porque es en la que más goles logró anotar, incluso superando la totalidad de sus tres participaciones previas: sumaba dos en Venezuela 2007 (frente a Perú y México) y uno en Chile 2015 (ante Paraguay); sin poder anotar en Argentina 2011.
Más allá de los récords, nada desvela más a Messi que un título con la albiceleste. Más de una vez ha manifestado que cambia mucho de sus logros personales por levantar una copa con la mayor. Estuvo muy cerca en el Mundial 2014, también el año pasado en la Copa América de Chile. Y tras ese gran sueño está en esta Copa de Estados Unidos. A tan sólo dos pasos. El primero esta noche ante el local. El segundo desea que sea el próximo domingo ante Colombia o Chile.
“El récord para mí es lo de menos”, supo decir hace algunos días Messi al ser consultado por la inmediatez de su logro. Y aunque para muchos pueden parecer declaraciones de ‘casete’, en él hay que creerlo porque nada parece hacerlo más feliz que jugar y divertirse dentro de un campo de juego. El resto llega como lógica consecuencia de un talento inmensurable e inigualable.
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