Los Juegos Olímpicos de Río están cada vez más cerca y los diferentes deportes comienzan a definir el listado definitivo de participantes. Uno de ellos es el beach vóley, que tras el cierre de los ranking olímpicos (entregaron plazas para las quince mejores duplas con un límite de dos por país) tanto para varones como mujeres (por esta vía se clasificó la mejor dupla nacional del momento compuesta por la santafesina Georgina Klug y la entrerriana Ana Gallay), desde mañana y hasta el domingo llega el momento de la Continental Cup masculina y femenina que otorgará una plaza más a la dupla ganadora en cada rama.
Las chicas la disputarán en el balneario La Florida, mientras que los chicos estarán compitiendo en Peñalolén, una comuna de Santiago de Chile. Hacia allí partieron las dos duplas nacionales el día sábado luego de estar entrenando durante algunos días en la ciudad bajo la dirección técnica de Mariano Baracetti.
Uno de los integrantes de las parejas argentinas es el rosarino Nicolás Capogrosso, quien habló con El Hincha sobre el gran sueño que significaría estar en los Juegos de Río. “Estar en Río es un sueño que quiero cumplir para poder representar a mi país en un Juego Olímpico. Me encantaría poder lograrlo, pero si no se da hay que seguir esforzándose con la conciencia tranquila que dejaste todo y no hay nada para reprocharse”, comenzó relatando sobre su ilusión.
Tanto Nico como su compañero, el marplatense Ian Mehamed, saben que la tarea no será sencilla. El formato de competencia de la Continental Cup consta de unos 70 partidos, en los que los participantes se medirán por bandera, sumando puntos entre ambas duplas para su país, lo cual exige un desgaste muy alto. Junto a las dos parejas criollas habrá representantes de Uruguay, Venezuela, Colombia, Guyana Francesa y Chile para un único cupo directo, mientras que el segundo y tercer puesto darán plaza para un último repechaje mundial por otro pase a Río.
En ese contexto, hay tres duplas que parecen estar un escalón por encima del resto. Al respecto el rosarino expresó: “Los primos Grimalt (Esteban y Marco) de Chile (23º en el ranking olímpico) y las dos duplas venezolanas (Fañe/Henríquez y Peter/Trigito) son las más duras del torneo. También hay una muy buena pareja uruguaya. Pero los primeros tres son los candidatos y si bien sabemos que va a ser difícil, ya les hemos ganado, ellos nos han ganado, así que la ilusión y el sueño están. Esperemos que la presión la tengan ellos como candidatos y nosotros podamos aprovechar eso”.
—¿Cómo llegan al torneo para jugarse la plaza a Río?
—Llegamos con algunos inconvenientes por un problema físico de Ian (Mehamed) que arrastra una molestia en una de sus rodillas y estuvo engripado durante los últimos días, lo cual no permitió que entrenáramos de la mejor forma en esta recta final. Pero es más una cuestión física que de juego en donde nos tenemos confianza pese a todo. Es el torneo más importante del año y estar así los días previos es feo, pero también nos puede dar fuerzas. Lo veremos a la hora de salir a jugar.
—¿Fue una preparación larga pensando en el torneo?
—Sí, y muy exigente. Desde enero que venimos trabajando pensando en este campeonato. Tuvimos muchos torneos y etapas sudamericanas, con buenos y malos resultados. Algunas etapas de Word Tour también con suerte dispar, pero muy conformes con todo lo hecho y sin nada para reprocharnos en la previa.
—Si bien el gran sueño es estar en los Juegos, son jóvenes y una pareja con mucho para crecer aún. ¿Eso también cuenta a la hora del balance?
—Que a los 21 años y como una pareja joven (Ian Mehamed tiene 26) tengamos esta chance de estar en un Juego Olímpico es algo soñado. Vamos a dar todo para no desaprovechar esta oportunidad, pero soy consciente que me queda mucha carrera y esto es parte de mi aprendizaje para lo que viene. Ojala se nos dé y podamos cumplir el sueño como dupla. Pero sabiendo que no es el único Juego que me queda por delante y no tengo que desesperarme porque puede jugar en contra, sino disfrutar el momento y saber que esto recién empieza.
Con ese gran sueño en el horizonte y ya instalados en Chile a la espera del comienzo de la Continental Cup, Nicolás cierra con una reflexión que va más allá de la cancha de beach: “Lograr el pasaje a Río sería el logro más grande de mi carrera. Si bien haber jugado los Panamericanos de Toronto fue importante y hermoso, esto es un sueño que uno ve de chiquito en la tele. Por lo que uno se entrena todos los días y quiere estar ahí representando a tu país. Es algo que quiero vivir y lo tengo como un sueño. Pero sabiendo que no es lo único en la vida y con la tranquilidad de haber dejado todo para lograrlo, y si no se da seguir trabajando para mejorar y tener una nueva chance en el futuro”.
Comentarios