Si hay miseria, que se note. El Concejo Municipal aprobó ayer por mayoría de 17 votos contra 4 –votaron negativamente los ediles presentes del PRO– la creación del “Comité de asistencia a pymes comerciales e industriales en defensa del trabajo y la producción”, un organismo multipartito que funcionará en el ámbito del Consejo Económico y Social de Rosario, y como éste, tendrá la tarea de ser un espacio de consulta y asesoramiento, pero acotado a la situación de comercios, empresas y cadenas productivas locales que están atravesando situaciones de crisis por la política macroeconómica y energética del gobierno nacional. El decreto que abre camino al nuevo foro es el resultado de dos proyectos distintos: uno del edil Horacio Girardi, que impulsaba un foro para atender y tratar la situación de las pymes en la ciudad, y otro de su par Eduardo Toniolli, que directamente impulsaba la declaración de la emergencia económica para toda la ciudad.
“No tenemos capacidad de intervenir en la política macroeconómica, pero sí podemos trabajar con iniciativas y herramientas ya generadas para ayudar a las pequeñas empresas de la región”, explicó el socialista Ghirardi a este diario. En ese marco, la nueva mesa avanzará por el curso de buscar y elaborar hojas de ruta con medidas, propuestas y proyectos con un mismo fin: “Prevenir despidos y defender las fuentes laborales de la pequeña y mediana empresa de Rosario y su región”.
La mesa de trabajo se propuso para atender como se pueda situaciones que están generando alarma en la ciudad, como las suspensiones de trabajadores en industrias de línea blanca y del sector del frío, que en horas alcanzarán a casi mil empleados sólo entre las firmas Gafa –que ya implementó 360– y Bambi, que prepara otras 600. En esa línea se inscribe el anunciado cierre de un turno de producción de la planta Navarro, de Acindar –160 trabajadores– y el complejo panorama, ya regional, por el que atraviesan las carroceras de la zona sur y de Villa Gobernador Gálvez, con más de 4 mil empleos directos e indirectos, en una lista de rubros que se extiende hasta los recientes retiros voluntarios en las plantas Rioro –los históricos talleres ferroviarios de Pérez – y el cierre de la química Ar Zinc de Fray Luis Beltrán.
—¿Y como puede hacer frente a ese panorama un órgano consultivo?
—Hoy no existe un canal orgánico sostenido ni un ámbito que se reúna con periodicidad para tratar estos temas, responde el kirchnerista Toniolli. El edil hizo hincapié en que el Consejo Económico y Social, que viene funcionando hace años –integrado por los grandes actores de la ciudad, desde la universidad hasta el Arzobispado, la Cámara de la Construcción o la Bolsa– sumará a actores menores con el nuevo comité donde estarán, por ejemplo, el Centro Unión Almaceneros, la Sociedad de Carniceros, la Cámara de Heladerías, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular y el Movimiento Sindical Rosarino, entre muchos otros. Y puso como ejemplo de sus posibilidades de acción las gestiones que impulsó el Concejo sobre la planta Navarro, de Presidente Perón al 8000, que logró generar una instancia de diálogo con representantes de la multinacional Acindar, la UOM, y el Estado municipal y el provincial para encontrar alternativas para sostener empleo y producción.
Y en el menú, según ambos concejales, el oficialista y el opositor, hay ya herramientas, que van desde las instancias de diálogo a la rebaja de tasas, líneas de crédito, gestiones por tarifas –como la que logró alivio a los clubes de barrio en electricidad– y hasta fórmulas de compre local y puntaje por cercanía en las licitaciones públicas.