La final de la Copa América Centenario se disputará en el estadio Nueva Jersey de EEUU, a las 21, hora argentina, en el partido que será controlado por el brasileño Héber Lopes y será transmitido por TV Pública y TyC Sports.
«La tercera es la vencida», una frase popular bien vale para esta ocasión donde el seleccionado argentino, sediento de revancha, está ante una nueva oportunidad, la tercera final consecutiva, para ganar un título.
La Argentina, con Messi como máxima figura y atracción para el certamen, llega invicta con cinco triunfos consecutivos, con 18 goles a favor y tan solo dos en contra aunque con equipos de menor categoría a excepción de Chile, en el estreno. Su condición de máximo favorito se extiende al último partido.
La preocupación para Gerardo Martino reside en las lesiones, aquellas que maltrataron al equipo en la previa de la competencia y no le dieron tregua hasta en la mismísima final con Ángel Di María (edema en aductor medio) y Nicolás Gaitán (molestia isquiotibial derecho) en la pelea por llegar en óptimas condiciones y con Augusto Fernández y Ezequiel Lavezzi ya descartados.
Por su parte, Lucas Biglia, en lugar de Fernández, se alista como titular por primera vez y Javier Pastore, quien no jugó minuto alguno en el certamen por un desgarro, quedó considerado por Martino para el último partido, según sus declaraciones en conferencia de prensa.
Con Di María en el inicio del equipo, según la práctica previa a la final en una apuesta arriesgada del jugador y del entrenador, Argentina se prepara para ganar un título tantas veces postergado. Este plantel jugará la tercera final consecutiva junto con la del Mundial Brasil 2014 y la de Copa América 2015, ambas con derrota ante Alemania y Chile, respectivamente.
«Perder la final de la Copa América Centenario no sería un fracaso, sino una decepción», afirmó el capitán, quien en el certamen se convirtió en máximo goleador histórico del seleccionado, como pensamiento general de una generación de jugadores que necesita coronar sus esfuerzos con un campeonato.
A pesar del buen momento futbolístico, la Argentina sufre por cuestiones institucionales. En la previa del partido hubo un cruce entre jugadores y dirigentes relacionados a las desprolijidades en AFA que colmaron la paciencia del plantel, en especial de Messi quien prometió decir más cosas después del torneo, en un momento inoportuno, en horas previas a la final.
Enfrente estará Chile, último campeón de la Copa América, y a juzgar por Martino, el mejor seleccionado del mundo por su «presión alta y mejor elaboración».
El camino de «La Roja» tuvo un comienzo errático (derrota ante la Argentina) y dubitativo con un triunfo polémico ante Bolivia en la segunda fecha que lo encaminó a la clasificación para la siguiente fase. Ese fue el envión para un rendimiento brillante con Arturo Vidal, Alexis Sánchez y Eduardo Vargas, goleador con seis tantos, como máximas figuras.
Chile, que buscará no repetir los errores del primer partido ante la albiceleste, jugará sin tanta presión ante la Argentina porque el año pasado, ante el mismo rival, se sacó una mochila muy pesada, con su primer título oficial. En tanto, Argentina, hace 23 años que no gana la Copa América y el plantel se juró ganar de una buena vez un campeonato tras las finales perdidas.
Para Pizzi es «el partido más importante» de su carrera como entrenador y que no cambiará su forma de jugar, el camino elegido para llegar a la final, en contraposición con Martino, quien afirmó que por esta vez le dará más al importancia al «cómo» que a la idea de juego que pregona si eso le asegura que los jugadores, a quienes respeta, ganan la copa.
El historial por Copa América marca una tendencia favorable para la Argentina que está invicta ante Chile con 19 triunfos y siete empates, pero con una final perdida registrada el año pasado en Santiago. La consagración de «La Roja», entonces dirigida por Jorge Sampaoli, se produjo por penales.
La Copa América Centenario es considerada oficial, por lo tanto, si la Argentina se alza finalmente con el trofeo sumará su décimoquinta estrella e igualará a Uruguay, mientras que Chile asumirá su segunda conquista.