Un hombre de 26 años condenado a 15 años de prisión por el homicidio de Luis Emmanuel Zalazar fue absuelto por la Cámara Penal por el beneficio de la duda. Así lo resolvió un tribunal pluripersonal de segunda instancia que revisó la sentencia de la jueza María Isabel Mas Varela y puso en duda la credibilidad del único testigo de cargo que sindicó con nombre y apellido al presunto tirador. El testigo y el imputado tienen una relación de parentesco, aunque las familias se encuentran enfrentadas. Según la defensa, el declarante, que era cuñado de la víctima, fue el entregador. Lo sacó del camino habitual, le pidió que lo llevara hasta la zona noroeste y luego del hecho desapareció de la escena, sostuvo la defensa.
Con esta decisión Sebastián Ezequiel B. fue liberado.
El 15 de abril de 2013 Luis Emanuel Zalazar circulaba en su Chevrolet Astra junto a su hijo de dos años, una adolescente y dos jóvenes. En Sorrento y Provincias Unidas una moto con dos ocupantes se le puso a la par y le dispararon. Como consecuencia, Zalazar recibió un balazo en el tórax y otro en la axila y murió.
En tanto, uno de los ocupantes fue herido en el muslo y el niño fue rozado por un plomo.
El dato de que había un quinto ocupante del auto llevó a los investigadores a determinar su identidad. Lo ubicaron una semana después y no sólo era el cuñado de la víctima, sino además la pareja de la joven que iba en el auto al momento del ataque. El testigo, que se había esfumado de la escena del crimen, declaró que a pesar de que los agresores estaban con casco reconoció al conductor como Mariano A. y Sebastián B.
Ello lo sostuvo en una segunda declaración y en la tercera dijo que en realidad el conductor no era Mariano A. pero que lo dijo porque fue amenazado. Y sólo Sebastián B. quedó en la causa como tirador.
Esta versión también la sostuvo la mujer de la víctima, aunque detalló que su hermano fue la persona que le dijo quiénes eran los agresores. Para el defensor Adrián Ruiz el testigo entregó a Zalazar. Ese día la víctima salió de su casa rumbo a la vivienda de sus suegros. Cuando terminó la visita, su cuñado le pidió que lo llevara a ver a un amigo al barrio Hostal del Sol. Al auto subieron su cuñado, la novia, un amigo y el pequeño hijo de la victima. El conductor tomó calle Provincias Unidas y al frenar para doblar por Sorrento fue atacado. El cuñado declaró que durante la agresión mantuvo la vista en los atacantes y por ello los identificó a pesar del casco.
En septiembre de 2015 la jueza Mas Varela condenó a Sebastián B. a la pena de 15 años por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y la defensa apeló la decisión, cuya revisión cayó en manos de los vocales Carina Lurati, Guillermo Llaudet y Georgina Depetris, que resolvieron revocar la decisión y absolver al procesado por el beneficio de la duda.
Los camaristas entendieron que la sindicación de Sebastián B. tiene respaldo en los dichos de su pareja y el hermano de ésta, aunque al depurar el testimonio concluyeron que ese dato lo incorporó el muchacho que huyó de la escena del crimen y declaró 8 días después. A ello se sumó el desconocimiento de la relación sentimental con la adolescente que iba en el auto, a la que describió como la niñera de los hijos de la víctima.