Un empleado municipal de la ciudad bonaerense de Necochea asesinó a puñaladas a tres de sus hijos y a su ex esposa, degolló a un vecino que quiso evitar que continuara con la masacre, luego hirió a dos policías que pretendieron detenerlo y finalmente se atrincheró en un galpón y se ahorcó, informaron fuentes policiales y judiciales.
Se trata de Roberto Daniel Vecino, de 56 años, quien según los testigos mantenía peleas frecuentes con una de sus víctimas, María Esther Curuchet, de 52 años, con quien tenía cinco hijos y actualmente se encontraba separado.
La mujer asesinada era prima lejana del senador provincial y ex campeón olímpico de ciclismo Juan Curuchet.
Según las fuentes, todo ocurrió ayer por la mañana, en el barrio Fonavi de Necochea, a unos 130 kilómetros de la ciudad de Mar del Plata, donde Curuchet residía con cuatro de sus hijos, en una vivienda situada en avenida 98. En tanto, Vecino vivía en un inmueble lindero, sobre calle 63.
De acuerdo con lo reconstruido por los investigadores, la mujer y su ex esposo, empleado en el Cementerio Municipal, regresaron al domicilio de él luego de haber llevado a su hijo de 10 años discapacitado a la escuela y una vez en la cocina de la vivienda se produjo una discusión.
En esas circunstancias, el hombre tomó una cuchilla tipo machete, con una hoja de unos 50 centímetros de largo, y asesinó a su mujer, tras lo cual se dirigió a la casa de ésta y en la planta alta atacó a sus hijas Rosa, de 21 años, y Etelvina, de 19, a quienes también mató de varias cuchilladas.
Esta situación fue advertida por un hermano de Curuchet, quien luego observó cómo Vecino atacó a su hijo Roberto, también de 19, quien alcanzó a salir de la casa a la carrera, pero el agresor lo persiguió unos 50 metros, dijeron los informantes.
Las fuentes precisaron que Vecino redujo a su hijo a golpes y lo mató a cuchilladas, maniobra que fue vista por un vecino, identificado por la Policía como Horacio Córdoba, de 70 años, que pasaba por el lugar a bordo de su camioneta y que intervino para detener al atacante.
Sin embargo, este vecino, que trabajaba como sereno de la Sociedad Rural local, terminó degollado en la calle, junto al cuerpo del hijo del homicida.
Mientras Vecino mataba a su hijo Roberto y a Córdoba, el hermano de Curuchet alcanzó a llamar al 911, por lo que un patrullero de la comisaría local arribó a la escena del crimen cuando el asesino aún estaba en la vía pública. Los voceros dijeron que los policías que llegaron inicialmente al lugar intentaron desarmar a Vecino, pero éste tomó una segunda arma blanca que llevaba en la cintura, más angosta y filosa que la primera, y los hirió a ambos en las manos, tras lo cual huyó a la carrera y se atrincheró en un galpón de su casa.
Los efectivos intentaron disuadirlo para que se entregara y cuando el personal del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) de Necochea ingresó al galpón con orden judicial halló a Vecino ahorcado, agregaron las fuentes.
En tanto, los dos efectivos heridos fueron trasladados a un centro asistencial donde permanecían internados aunque fuera de peligro.
Por otra parte, los peritos secuestraron las dos armas blancas utilizadas y trasladaron los seis cadáveres a la Morgue Judicial del Hospital Municipal de Necochea donde se llevaban a cabo las autopsias. La masacre es investigada por la fiscal Mirta Ciancio, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 20 de Necochea, quien confirmó en declaraciones a la prensa que Curuchet y Vecino “estaban separados y, según el hermano de la víctima, tenían discusiones frecuentes, (aunque) no existen denuncias realizadas”.
“Mi papá ha hecho un montón de cosas que hacían suponer que sí (que podía cometer un crimen), pero tal vez todos lo minimizaron, y pocas personas le dieron importancia”, contó ayer Daniela Vecino, la hija mayor del asesino y Curuchet y quien había abandonado el hogar familiar cuando tenía 16 años. La joven recordó una serie de antecedentes violentos cometidos por su padre, uno de ellos ocurrido cuando ella tenía 9 años y vio cómo él “le apuntaba con un arma” a su mamá.
“Cuando era chica lo denuncié a mi papá, pero fui sola a la comisaría porque mi mamá le tenía miedo, le tenía terror”, añadió Daniela.