Miles de venezolanos aprovecharon ayer la reapertura por 14 horas de la frontera y pasaron a Colombia para comprar los alimentos y los medicamentos que escasean en Venezuela, mientras los mediadores extranjeros continuaban tratando de convencer al chavismo y a la oposición para que se sienten a dialogar en busca de una salida a la crisis que vive el país caribeño.
Más de 35 mil personas –muchas de las cuales comenzaron a formar fila anteanoche– llegaron ayer a Cúcuta, capital del departamento colombiano Norte de Santander, informó la cancillería de Colombia.
En esa ciudad, la Policía Metropolitana desplegó un operativo especial para garantizar la seguridad de los visitantes y el gobierno local advirtió que sancionaría a los comercios que aumentaran los precios.
La mayoría de esas personas cruzó la frontera desde San Antonio, en el estado venezolano Táchira, a través del puente internacional Simón Bolívar, pero otros lo hicieron por el paso Unión Boca de Grita, que también vincula a Táchira con Norte de Santander.
La reapertura de la frontera fue acordada por los gobernadores de Norte de Santander, William Villamizar, y de Táchira, José Vielma Mora, luego de que el 5 de julio pasado, día de la independencia de Venezuela, unas 500 venezolanas desbordaran el control de la Guardia Nacional y pasaran a Colombia a comprar alimentos y remedios.
El chavista Vielma Mora, que días atrás afirmó que esas mujeres que cruzaron a Colombia eran “bachaqueras” (en Venezuela se llama “bachaqueo” al mercado negro de bienes de consumo), dijo que la frontera fue reabierta ayer porque la oposición tenía previsto “otro show mediático” argumentando “una falsa crisis humanitaria”.
El puente Simón Bolívar iba a estar abierto en principio 12 horas, de 6 a 18 (hora venezolana), pero a último momento las autoridades colombianas decidieron dejarlo habilitado hasta las 20.
Medios colombianos y venezolanos reportaron que también fue reabierto ayer el puente internacional José Antonio Páez, que comunica al municipio Arauca del departamento colombiano homónimo con El Amparo, en el estado venezolano de Apure.
Venezuela sufre una severa escasez de alimentos y medicamentos que estudios privados sitúan por encima de 75 y del 85 por ciento, respectivamente, y en esas condiciones proliferaron el “bachaqueo” y la inflación, que con más de 700 por ciento estimado para este año es holgadamente la mayor del mundo.
Expectativa por el diálogo
Mientras tanto, el español José Luis Rodríguez Zapatero, uno de los ex presidentes encargados de la mediación alentada por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), continuó ayer en Caracas intentando que el gobierno del presidente Nicolás Maduro y la oposición aceptaran sentarse a una misma mesa para dialogar.
Tanto la Unasur, –en un breve comunicado–, como su secretario general, Ernesto Samper, en declaraciones que hizo en San Pablo, manifestaron optimismo.
La Unasur expresó que registraba “de forma positiva la disposición del presidente Maduro y sus representantes designados para que se reanude la agenda de trabajo y los encuentros” en busca del diálogo con la oposición.
“Tenemos la buena noticia de que parecería ya abrirse camino una nueva fecha para que se sienten las partes a partir del 12, del 13, en todo caso la próxima semana, y esperamos que así sea”, dijo Samper.
Sin embargo, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) opositora ratificó que sólo aceptará conversar con el gobierno si éste acepta todas sus condiciones. “Vamos a hablar con quien sea porque es un objetivo de vida salvar a Venezuela, pero ninguna de nuestras condiciones es transable”, advirtió el presidente de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral), Henry Ramos Allup.
En una declaración emitida el jueves pasado, la MUD exigió, para dialogar con el chavismo, que el gobierno garantice que el referendo revocatorio del mandato de Maduro se realice este año, la “liberación inmediata” del centenar de opositores presos y “respeto” a la Asamblea Nacional.
Asimismo, reclamó la incorporación al equipo de negociadores de representantes del Vaticano y la OEA, así como “más ex presidentes”, y rechazó la posibilidad de que el esecenario del diálogo sea la República Dominicana, donde meses atrás los mediadores de la Unasur conversaron por separado con dirigentes del chavismo y la oposición.