Las fiscales Georgina Pairola y Viviana O Connell brindaron una conferencia de prensa donde dieron detalles sobre “la banda de los cerrajeros” detenida la semana pasada luego de una serie de allanamientos simultáneos en distintas localidades. Las funcionarias explicaron que el modus operandi de la banda consistía en el ingreso a las viviendas sin forzar la cerradura de casas residenciales con apoyo logístico de varios automóviles.
Pairola prefirió no arriesgar sobre el monto total de los robos aunque aclaró que es “mucho dinero” incluso refirió que con el producido cambiaron los vehículos que utilizaban en los hechos por rodados de alta gama, muchos de los cuales fueron secuestrados. Las fiscales destacaron la profundidad de la investigación y la colaboración de diversas fuerzas de seguridad, y si bien no detectaron una pata policial en la banda no lo excluyen. Pairola afirmó que la investigación continúa y no descartan nuevas detenciones. El grupo se dedicaba a robos de tipo entradera en el Gran Rosario y su mecánica era la siguiente: entraban a casas particulares generalmente forzando cerraduras sin romperlas y esperaban la llegada de los habitantes escondidos para maniatarlos y cometer el delito. La particularidad es que la banda liderada por un rosarino tenía varios integrantes de Buenos Aires que venían a la ciudad en sus autos particulares a pasar el fin de semana, alquilaban una casa o departamento temporario –siempre uno distinto–, concretaban los robos y regresaban a la provincia vecina. De esta manera, la inteligencia del grupo estaba garantizada por los miembros locales, que manejaban la información de los barrios y lugares donde robar. En tanto, se presume que los integrantes oriundos de Buenos Aires llevaban parte de la mercadería en sus autos y la reducían y revendían, dijo una fuente policial. Los ladrones corrían con una ventaja. Usaban autos a su nombre, tanto para los delitos como el traslado de las cosas robadas, lo que hacía que pasaran controles sin levantar sospechas.