Una vez más la violencia fue la vedete de la Rosarina. Nuevamente un jugador fue preso de su impotencia y agredió a un árbitro en pleno partido. La víctima fue Víctor Lingotti y el victimario un futbolista de Juan XXIII.
El Hincha dialogó con el juez agredido, quien contó los detalles del mal momento que pasó en el encuentro entre Juan XXIII y Río Negro, por la 13ª fecha de la Copa Pinasco, jugado el domingo en el predio de Olympia situado en la ruta 34 kilómetro 1.
“De no haber sido por mis asistentes Sergio Benítez y Orlando Vega, hubiese sido peor. No había efectivos policiales y jugamos el partido igual, pidiéndole al club local (Juan XXIII) que ponga algunas personas de seguridad y una de ellas era el presidente, que nunca apareció”, comenzó a relatar Lingotti visiblemente golpeado en su nariz y en su pómulo izquierdo.
El árbitro relató el episodio en el cual fue víctima de un partido que hasta ese momento se jugaba en forma normal.
“En el minuto 45 de la parte final llegó el empate de Río Negro y tres más tarde convierte el segundo gol. Los jugadores de Juan XXIII alegaban que en el gol había una falta. En ese instante un jugador me escupe, le muestro la roja, hablamos durante cinco minutos y nunca pensé que iba a pasar lo que pasó. Se me acerca un jugador por detrás, me empuja y cuando quiero levantarme otro futbolista me aplica dos golpes de puño. Debe ser un chico de 29 o 30 años y jamás hubiera pensado que iba a reaccionar así”, contó Lingotti, quien debido a los golpes recibidos sufrió fractura del tabique nasal.
Tras la agresión el árbitro solicitó la atención médica por parte de los directivos de Juan XXIII, pero según Lingotti fue “Mateo Provenzano, presidente de Olympia, el único que se comportó bien con nosotros. Él llamó a la policía. Al presidente de Juan XXIII le pedí la asistencia médica, pero jamás llegó. Estuvimos más de 40 minutos en el vestuario, no dejaba de sangrar. En un momento entró el técnico de Juan XXIII y se llevó los carnets, aún diciéndole que no se los podía llevar”.
El juez, de 37 años y con 18 como árbitro, debió pedir permiso para no ir a trabajar por las agresiones recibidas.
“Hoy (por ayer) tenía que trabajar, me tengo que tomar un par de días y por suerte en el trabajo no tengo problemas. Tengo que esperar que cicatricen las heridas. No tengo que recibir golpes y que me olvide de dirigir por un tiempo”, expresó el referí.
Lingotti expresó su deseo que esto no ocurra más en la Rosarina.
“La Rosarina tiene cosas muy buenas y cosas a mejorar. Y este es un punto a mejorar, sin ninguna duda. Espero que las cosas de acá en más sean como tienen que ser. Que podamos dirigir tranquilos, que estén los policías presentes”, afirmó el árbitro. Y agregó: “Lo único que se les pide son los efectivos policiales, que nunca van. Entonces nosotros lo que hacemos es pedir dos personas para seguridad para no tener que suspender el espectáculo. Tratamos de agotar recursos para no suspender el partido”.
Por último, Lingotti agradeció el apoyo de sus colegas y ponderó el accionar de la policía perteneciente a la comisaría de barrio Cristalería.
“La gente del Sadra me llamó, estuvieron presente y me brindaron todo el apoyo. Incluso Mario Giammaría lo llamó a Néstor Verna (NdR: presidente del Colegio de Árbitros) y le dijo que se iba a llegar hasta las últimas instancias”.
“Tendrá todo el apoyo”
Gustavo Lechner es el Secretario Adjunto del Sadra en Rosario. El Hincha se comunicó con el árbitro, quien estuvo muy cerca de Víctor Lingotti tras la agresión que sufrió el pasado domingo. “Es un afiliado nuestro y por ende va a tener todos nuestro apoyo. Lo vamos a asesorar legalmente en todo sentido”, dijo Lechner.
Y agregó: “La pasó muy mal, está el jugador individualizado y la justicia se va a encargar de él. Me duele que la gente del club y el técnico no hicieron demasiado para que esta situación no pase y más teniendo en cuenta que son gente que hace mucho tiempo que está en el fútbol rosarino”.
Lechner pidió que de ahora en más las cosas se manejen de otra manera. “Acá se rompió todo lo que se venía dando. De ahora en más hay que pedir todas las garantías para que el partido se desarrolle en forma normal. Y esperamos que la sanción sea dura para todos los involucrados”, concluyó el representante del Sadra.
“Sanción muy dura”
Mario Giammaría, presidente de la Rosarina y uno de los dirigentes más experimentados del fútbol local, expresó a El Hincha sus sensaciones sobre la agresión sufrida hacia Víctor Lingotti.
“Pedimos la denuncia y nos vamos a poner a disposición del arbitro. Además de la justicia intervendrá el comité de Seguridad de nuestra Asociación. Vamos a pedir el máximo de las penas una vez que recabemos el informe arbitral”, manifestó.
“Es una cuestión que surgió dentro de la cancha, muy difícil de prevenir. Hacía rato que no pasaba. Son cosas impensadas e indeseadas. Seguramente nos manejaremos con mucho rigor. Vamos a ir hasta las últimas consecuencias, tanto en lo deportivo como en lo legal”, agregó el presidente.
“La violencia es un tema que nos preocupa. Nos reunimos todos los miércoles en sede local de Gobernación. A pesar de ausentismo de la policía habíamos mejorado bastante”, culminó.
Antecedentes más violentos
La agresión física, por parte de un jugador de Juan XXIII, que sufrió el árbitro Víctor Lingotti el domingo en el predio del Olympia encadena varios hechos violentos de este tipo que ocurrieron en la Rosarina.
En julio de 2010, durante el partido entre Río Negro y Oriental correspondiente al torneo Molinas, Luciano Acosta, jugador de Oriental, agredió a Marcelo Díaz. El futbolista recibió un año de suspensión. Durante el año 2013 en el torneo Ivancich fueron dos las agresiones sufridas por árbitros del fútbol local. El primero lo protagonizó Cristian Ferreyra, quien recibió varios golpes de jugadores de 7 de Septiembre en el encuentro ante Central Córdoba por los octavos de final. La otra víctima fue David Luzzi una vez terminada la final que Central le ganó a Alianza por penales, cuando jugadores aurinegros lo embistieron.
Ya en 2015, el 3 de mayo jugadores de Sparta le pegaron al árbitro del partido que perdían ante Social Lux en cancha de Mercadito.
Un mes más tarde, el 28 de junio, Cristian García, jugador de Alianza, agredió físicamente al árbitro Fabián Sosa en el partido que su equipo perdió con Tiro Suizo.
Sin dudas que son hechos que quizás no se puedan prevenir de la mejor manera. Será momento de pensar, barajar de nuevo y concientizar que los árbitros son seres humanos y que al fin y al cabo son la máxima autoridad dentro del campo de juego y merecen todo el respeto a pesar de sus errores.