Un grupo de yihadistas pertenecientes al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) decapitó a cinco personas, entre ellas, tres integrantes de un club de fútbol y su director técnico, en la ciudad de siria de Raqqa.
Los extremistas decidieron cortar las cabezas de los futbolistas Osama Abu Kuwait, Nihad al Hussein, Ihssan al Shawakh y el hermano de éste, el director técnico del equipo, Ahmed al Shawakh, y a otro individuo no identificado, frente a un grupo de ancianos.
El presidente de la Unión General de Deportes, Muafak Joma, condenó los brutales crímenes, pero al mismo tiempo admitió que no le resulta extraño el sanguinario comportamiento de esta organización extremista, que habitualmente comete acciones similares.