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Iapos prometió solución para que Ambar siga su tratamiento

La obra social admitió “culpas compartidas” en el caso de la nena cuya atención corría riesgo por incumplimientos.

La solución llegó y desde Iapos se pusieron en contacto con la familia de Ambar Gómez, la nena de un año que tiene problemas respiratorios y de deglución, para anunciarle que van a “ponerse al día” con las deudas que la obra social venía teniendo con los prestadores médicos y que había determinado que le retiraran los servicios, lo cual puso en riesgo la recuperación de la beba, que en estos momentos está siendo atendida de manera domiciliaria en Buenos Aires tras nacer en esa ciudad por las complicaciones que tuvo su madre, empleada de la Municipalidad de Rosario, durante el embarazo.

El director de Iapos, Silvio González, explicó ayer a este diario que fue un caso del cual estuvieron pendientes “desde el mismo momento del parto hasta el tema de la internación domiciliaria”. “Lo que sucedió fue una suerte de culpas compartidas; por un lado, la empresa que administrativamente no cumplía con las gestiones necesarias para poder cobrar y, por otra parte, de la obra social que se quedaba esperando para que se cumplimenten esas cuestiones y no se encargaba de apurarlas para que no se llegara a esta situación”, destacó.

“Nosotros ya veníamos trabajando en el tema. Yo el martes estuve reunido con Roberto Sukerman, quien la estaba acompañando en este último tiempo, y lo que hice fue pedir que se levantara la feria para que se hiciera un urgente pago. Supuestamente el problema estaba resuelto y hoy (por ayer) nos encontramos con que los inconvenientes con la empresa seguían, por lo que decidimos cambiarla”, añadió.

El titular de la principal obra social de la provincia dijo que Ambar estaba en buen estado de salud. “Ya está en condiciones de continuar con su atención en Rosario. Suponemos que en los últimos días de julio o los primeros de agosto ya podrán venir. Nosotros asumimos nuestros errores y lo que nos pasó fue que tal vez no supimos transmitirle a la madre cómo se estaban desarrollando las distintas instancias del tratamiento”, reconoció.

Alivio

Desde Buenos Aires, el tono de voz de Analía Leishner, la mamá, sonaba muy distinto al del último miércoles cuando le contó a El Ciudadano la difícil situación que estaba enfrentando y que la había obligado a prácticamente “atrincherarse” para que no le quitaran el oxígeno, el saturómetro y el aspirador eléctrico por las deudas de la obra social con quienes alquilaban esos elementos médicos.

“Me llamó Pablo Maidana, uno de los directores de la obra social, y tras charlar un rato con él me dijo que van a cambiar el servicio de atención domiciliaria y que se van a poner al día con el propietario del departamento. Me explicó que el médico auditor se había visto desbordado, yo le expliqué que con una nena con problemas de salud en el medio no tendría que haber pasado esto nunca. La cuestión tuvo que llegar a los medios para que se movilizara, igual agradezco que se hayan puesto en contacto y lo importante es que está todo encarrilado”, indicó.

“La verdad es que estamos muy contentos porque también nos avisaron que comenzarán a enviarnos los insumos que la nena necesita como las jeringas, las sondas gástricas para alimentarla, los filtros, el alcohol en gel, todas cosas que son fundamentales para su tratamiento. También se comunicó conmigo el diputado (Ariel) Bermúdez para ponerse a disposición y quiero agradecer al doctor  Sukerman porque se estuvo moviendo mucho y realmente colaboró”, continuó.

Complicaciones

Cabe recordar que Ambar nació en el hospital Italiano de Capital Federal el 26 de junio del año pasado tras seis meses de gestación ya que su madre tuvo que ser atendida allí por un embarazo con complicaciones. La nena nació con problemas respiratorios y de deglución por lo que tiene una cánula y un botón gástrico. Una vez dada de alta tuvo que continuar con un tratamiento de manera domiciliaria en Buenos Aires. Desde ese momento, por diversos problemas burocráticos, su obra social, Iapos, dejó de pagarle al servicio de enfermería que se le venía brindando a la nena –que en la actualidad tiene un año– por lo que se vio amenazada la atención profesional diaria y necesaria.

La obra social también le debe meses de alquiler al dueño del departamento donde están alojadas y el último martes fueron a retirarle los elementos médicos que la ayudan para su recuperación.

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